Desde
la segunda quincena de diciembre de 2016 a la primera de 2018 los precios en
Gas LP -que se consume en 75 por ciento de los hogares mexicanos- aumentaron
49.5 por ciento, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía.
Si
se comparan enero y diciembre de 2017, meses para los que la Comisión
Reguladora de Energía (CRE) da cifras más detalladas, el precio por litro en
auto tanque (cisterna) pasó de 8.10 a 10.12, o 24.9 por ciento más.
Martí
Quintana
México,
26 ene (EFE).- La liberalización del gas en México en enero de 2017 ha causado
una marcada subida de hasta 50 por ciento en los precios, una realidad que
desde el sector atribuyen al costo internacional y a fallas logísticas, aunque
expertos alertan de una posible ampliación en el margen de beneficio de los
distribuidores.
“La
liberalización de precios en el sector no se empató con un nuevo análisis de
las condiciones monopólicas, y en el momento en que se libera el precio, los
monopolios, como en toda parte del mundo, ejercen el poder de mercado y
aumentan precios”, dijo a Efe Mariano Ruiz-Funes, socio de la consultora
Energea.
De
acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi),
desde la segunda quincena de diciembre de 2016 a la primera de 2018 los precios
en gas LP -que se consume en 75 por ciento de los hogares mexicanos- aumentó
49.5 por ciento.
Si
se comparan enero y diciembre de 2017, meses para los que la Comisión
Reguladora de Energía (CRE) da cifras más detalladas, el precio por litro en
auto tanque (cisterna) pasó de 8.10 a 10.12, o 24.9 por ciento más.
El
precio del gas en el caso del cilindro (bombona), pasó de 15.02 a 18.82 pesos,
25.3 por ciento más. Esto en el promedio regional, pues en algunas regiones el
alza ha sido más severa.
“El
aumento de precio de referencia internacional subió y se devaluó el peso. Pero
no sabemos si oculto (en el nuevo precio) está un margen mayor para el
intermediario”, advirtió a Efe la consultora en energía Araceli Espinosa.
Para
Ruiz-Funes, el problema radica en que en muchas regiones hay pocos jugadores
que se reparten el mercado, por lo que controlan los precios.
“Si
el precio del gas LP solo dependiera del de referencia internacional y el tipo
de cambio, lo veríamos fluctuando, y no en subida permanente”, aseveró el
experto.
Espinosa
agregó que el aumento lo ha absorbido, en su mayoría, el consumidor mexicano.
Estos
especialistas consideran en que el precio internacional, la devaluación del
peso y la logística contribuyen al alza, pero chocan frontalmente con las
razones que esgrimen -incluso en los datos- de los distribuidores.
El
presidente de ADG, Luis Landeros, explicó hoy a Efe que, por el contrario, los
distribuidores han tenido que “reducir el margen en algunas zonas”, absorbiendo
ellos parte del gigante incremento del gas.
De
acuerdo con datos de esa asociación, que reúne 250 empresas con el 40 por
ciento de distribución de gas LP a nivel nacional, desde junio de 2017 a la
fecha el precio de referencia para México, el del Mont Belvieu de Texas, creció
56.5 por ciento.
En
el país, se calcula que 45 por ciento del consumo es importado y 55 por ciento
es de origen nacional, según Adigas, una asociación que reúne a pequeños
distribuidores.
Hoy
día, buena parte de la importación pasa todavía por la empresa estatal
Petróleos Mexicanos (Pemex), que tras la caída de producción ofrece al mercado
gas LP foráneo y nacional, con un precio que ya no es subsidiado como antaño.
Debido
a la liberación de precios del gobierno federal, el aumento en el precio del
gas. Foto: Martín Zetina, Cuartoscuro
El
presidente de Adigas, Víctor Figueroa, apuntó a Efe que, en ese nuevo contexto
de precios de mercado, las empresas distribuidoras en México ocupan el tercer
lugar mundial de bajos ingresos, según un estudio de la Agencia Internacional
de la Energía.
Antes,
cuando Pemex controlaba la importación y venta -hoy domina 70 por ciento del
mercado- se ofrecía un solo precio de venta nacional, lo que “distorsionaba” el
sector y obligaba a vender por debajo del “precio de equilibrio”, apuntó
Figueroa.
Ello
sin contar con la absurda logística que todavía acontece en algunas partes del
país a la hora de importar o distribuir el gas.
Por
ejemplo, la inexistencia de un ducto que transporte desde Texas -la mayor zona
de producción del continente americano- hacia el noroeste de México lleva a que
mucho gas LP se transporte por vía marítima bajando el Golfo de México hasta el
Canal de Panamá y suba hasta la costa del estado de Sinaloa, en el Pacífico,
añadió el titular de Adigas.
“Es
necesario construir una mayor cantidad de ductos que unan los mercados
regionales”, agregó, pues es la opción más barata, seguida del buque, el
ferrocarril y, finalmente, el camión.
Para
Figueroa, una demostración de la falta de rentabilidad en el mercado es la poca
presencia internacional tras la apertura del sector, a diferencia de otros
negocios como el petrolero.
Expertos
y distribuidores coinciden en algo: La liberalización de precios en el sector
era necesaria y este 2018 los precios internacionales podrían dar tregua,
beneficiando a millones de mexicanos que, con la factura del gas por las nubes,
se esfuerzan en reducir su consumo.
Incluso
con temperaturas bajo cero en algunas regiones.
(SIN EMBARGO/ EFE/ENERO 27, 2018, 4:30 PM)
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