Contra la expectativa, la ceremonia fue de más de un
minuto. Al gritar y al ondear la Bandera Nacional, estuvo acompañado por su
esposa, Angélica Rivera Hurtado, la actriz conocida como “gaviota” quien iba en
un vestido negro con bordados oaxaqueños en el escote. Al final, para apreciar
los juegos pirotécnicos, aparecieron los seis hijos que tienen entre los dos.
Si el Zócalo es un termómetro, los Gritos de Peña Nieto empezaron fríos en 2013
y están concluyendo helados. La noche de ayer, debido a la tragedia en el Istmo
de Tehuantepec por el sismo del pasado 7 de septiembre, ni siquiera acudió el
Gabinete.
Ciudad de México, 16 de
septiembre (SinEmbargo).- El Presidente Enrique Peña Nieto por primera vez
rompió el protocolo de la Fiesta Patria. Entre las vivas a los héroes,
introdujo un “Viva la solidaridad de los mexicanos con Chiapas y Oaxaca”.
Antes, gritó: “¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Allende! ¡Viva Galeana! ¡Viva Guerrero! ¡Viva Matamoros!”
Contra la expectativa, la
ceremonia fue de más de un minuto. Al gritar y al ondear la Bandera Nacional,
estuvo acompañado por su esposa, Angélica Rivera Hurtado, quien iba en vestido
con bordados oaxaqueños en el escote. Al final, aparecieron los seis hijos que
tienen entre los dos.
Hace nueve días que la tierra
mexicana se estremeció con un sismo de 8.2 grados Richter. La capital del país
no presenta estragos; pero Oaxaca y Chiapas padecen entre escombros y muerte.
Peña Nieto viene de Cintalapa, Chiapas, donde adelantó la arenga nacional. Allá
gritó qué viva Cintalapa, Chiapas y México.
Peña Nieto ha cumplido con
cinco Gritos de Independencia. En ninguno faltó el abucheo ni los reclamos, ni
las protestas. Esta vez, lo que se impone es el desánimo. Hay protestas que se
desinflan hasta opacarse frente a la transmisión nacional y darle paso a lo
inverosímil: “¡Te queremos Peña, te queremos!” La tarde no trajo ningún
elemento que sustentara ese exabrupto. Lo que sí se encontró fue el vacío. La
Plaza de la Constitución, a las siete de la noche, estaba llena apenas en 70
por ciento.
Enrique Peña Nieto ha gritado
“¡Viva México!” y la reprobación de su gestión se mantiene lo que lo convierte
en el Mandatario más repudiado de la Historia desde que en 1994 se iniciaron
los ejercicios para medir la evaluación de los Jefes del Ejecutivo. La última
encuesta al respecto fue la del Pew Reasearch Center, un Think tank con sede en
Washington que dio a conocer que sólo 28 por ciento de los mexicanos tiene una
opinión favorable.
Si el Zócalo es un
termómetro, los Gritos de Peña Nieto empezaron fríos y están concluyendo
helados. Esta noche, debido a la tragedia en el Istmo de Tehuantepec por el
sismo, ni siquiera está el Gabinete.
Incluso el guión del acarreo
se realiza sin misterio ni emoción. La cincuentena de camiones proveniente de
Tepetitlán y La Paz, Estado de México, así como de Hidalgo, se estaciona desde
las 16:00 horas en las calles de Tacuba, 5 de mayo, y también a un costado de
El Palacio Nacional, en República de Chile y de Guatemala. Es el preámbulo de
la noche del 15 de septiembre de 2017 y filas de personas llevan en el lado del
corazón un engomado que dice: 207. “Es la sección donde está anotado su
nombre”, suelta un hombre mientras lava uno de los autobuses.
Un hombre sentado en el suelo
y recargado en una valla palomea una lista del municipio La Paz, región III. Es
un palomeo a través de un celular. Poco le importa ser captado por la cámara.
Palomea, revisa, hace el trabajo.
Si esta noche alguien no
porta un brazalete rojo, será mejor que no intente ingresar a la parte frontal
de El Zócalo, la que le da cara al balcón presidencial.
– ¿En dónde los están dando?
-se le pregunta al miembro de la Secretaría de Seguridad Pública que resguarda
esa entrada.
– No sé. Se los dieron a
personas especiales -sostiene.
La falta de emoción se instala. Ni siquiera desfilan los manifestantes con los reclamos típicos del peñanietismo. No hay gritos por los 43 de Ayotzinapa, no hay gritos por Tlatlaya, no hay gritos por los feminicidios (al mediodía el Gobernador de Puebla, Tony Galino, confirmó que Mara Castilla fue asesinada) no hay gritos por el gasolinazo de enero, no hay gritos porque el Presidente renuncie, no hay petardos de los llamados anarquistas… Y Christian Castro y Alex Sintek quieren poner ambiente; pero nadie los secunda. Nadie baila ni aplaude sus canciones ni sus bromas. Uno le dice al otro que han llegado a los 40 años y empiezan a usar peluquines, y tienen panza.
Sólo la activista Julia Klug
está en 16 de Septiembre con una cartulina. Le grita mentadas a Enrique Peña
Nieto y Miguel Ángel Mancera. Al primero le pide que se vaya. Ella, con su
típica cartulina, protagoniza la tarde. Mueve a risas que en un rato, se
desploman.
Acaso este ambiente es el que
describe el mismo informe del Pew Research Center. El estado de ánimo en México
está por los suelos. El 85 por ciento está insatisfecho por el desempeño de la
economía nacional. Cada siete de cada diez mexicanos creen que la situación es
“mala”. Es la foto del quinto año del Presidente Enrique Peña Nieto, el hombre
que se presentó como el gran reformista, el que para 2014 había estampado su
firma en cinco reformas constitucionales. El político que una vez logrado el
cometido de las modificaciones a la Ley para abrir el sector energético al
capital privado se fue a Atlacomulco a rendir homenaje a Isidro Favela. El que
a través de spots ofreció que bajarían los precios de la energía eléctrica. El
que firmó ante Notario 266 compromisos durante su campaña y es la hora en que
no los ha cumplido.
Si en el Zócalo de la Ciudad
de México no hay emoción, en Oaxaca hay llanto. El Gobierno estatal dio a
conocer, a través de sus redes sociales, que por la festividad patria sólo se
desarrollará el acto cívico correspondiente al inicio de la Guerra de
Independencia; pero no habrá festejo. En la capital del país lo hubo, entre
guiones consabidos. Peña Nieto cumple con cinco de seis. Y así, se empieza a
vivir el fin de su era.
Sobre todo del Edomex. En camiones.
Foto: Sandra Sánchez, SinEmbargo
Hubo alegrías, además de tortas. Foto:
Daniela Barragán, SinEmbargo
Los preparativos para el cerco de
seguridad empezaron temprano. Foto: Daniela Barragán, SinEmbargo
La tarde caía, la gente de que llegó de
los estados tomó sus lugares en orden. Foto: Sandra Sánchez, SinEmbargo
Afuera, una protesta. . Foto: Sandra
Sánchez, SinEmbargo
Las gradas para invitados especiales.
Foto: Sandra Sánchez, sin embargo
(SIN EMBARGO/ LINALOE R. FLORES/ SEPTIEMBRE 16, 2017,
12:00 AM)
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