Ante lo que se vislumbra como un
rompimiento de relaciones pacíficas entre México y Estados, debido a la
decisión del Presidente de aquel país de construir un muro y cobrárselo a
México, así como hacer un llamado a los inversionistas para no abrir nuevos
negocios en la República Mexicana, Enrique Peña Nieto, reaccionó cancelando la
visita que tendría a Washington el próximo 31 de enero, y retirando al
secretario de Relaciones Exteriores de la agenda que llevaba a cabo en aquella
capital. A México ahora no le queda más que intentar construir relaciones con
países que despreció porque apostó a la perpetuidad del TLC. Expertos coinciden
en la falta de estrategia en política exterior del gabinete del mandatario
mexicano para frenar las amenazas de Donald Trump.“Tenemos un gobierno que ha
cedido su soberanía por esa vinculación neoliberal y de intereses corruptos”,
señala el senador Manuel Bartlett
Enrique Peña Nieto tuvo la
oportunidad de dignificar la postura de México ante Estados Unidos, de haber
cancelado a tiempo su encuentro con Donald Trump, después de que éste
confirmara la construcción del muro entre ambos países, y que además, México lo
pagaría. Pero no lo hizo. Una vez más, permitió al estadounidense imponer su
agenda y marcar las reglas del juego.
El 26 de enero, después del
anuncio oficial, y de la negativa de Peña a que el país pague por el muro en
territorio norteamericano, Trump tuiteó que si México no está dispuesto a pagar
el muro, sería mejor cancelar la reunión programada para el 31 de enero.
Horas después, Peña Nieto
finalmente respondió, en Twitter: “Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca
que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con
el @POTUS (Presidente de Estados Unidos)”.
El rompimiento entre ambas
naciones se confirmó con un mensaje que Trump envió desde Filadelfia, lugar
donde se firmó el Acta de Independencia de Estados Unidos en 1776 y cuyo
simbolismo evocó el mandatario estadounidense, acompañado de su vicepresidente
Mike Pence y congresistas republicanos como Paul Ryan.
“No tiene sentido reunirnos
si México no respeta a Estados Unidos”, acusó el magnate, y repitió su discurso
de protección comercial que llevará a fábricas y a la industria minera de
vuelta a su país.
Reprochó que México se
benefició del Tratado de Libre Comercio (TLC) con un déficit de 60 billones de
dólares para Estados Unidos.
Con ello, prácticamente dio
por concluido el acuerdo firmado en 1990. Canadá había anunciado días antes que
de renegociarse el TLC, lo haría solo con Estados Unidos.
FOTO: MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ
/CUARTOSCURO.COM.- El senador Manuel Bartlett pide echar atrás la Reforma Energética
Analistas y expertos
coinciden que entre las repercusiones sociales y económicas para ambos países,
se vislumbra la caída del peso ante el dólar, así como una fuerte recisión en
México a raíz de los castigos arancelarios. Las consecuencias para Estados
Unidos, no son precisamente mejores. De entrada, castigar las importaciones
para privilegiar al mercado nacional implica un incremento a los precios para
los consumidores estadounidenses. Además, algunas industrias como la
automotriz, subsisten de las exportaciones. El rompimiento de tratados
internacionales podría afectar estas transacciones.
Caso contrario es la
dependencia de la manufactura china, casi un 70 por ciento de los artículos
vendidos en Estados Unidos son producidos en ese país, lo cual hace casi
imposible que el país pueda producir -con mano de obra tan barata- la totalidad
de productos que consume.
Consecuencia del
neoliberalismo y la corrupción: Bartlett
Para el senador Manuel
Bartlett, el rompimiento de relaciones con México es consecuencia de los años
de política neoliberal a partir del TLC y recientemente de la Reforma
Energética.
“México tiene que tener claro cuáles son sus
intereses nacionales. A las trasnacionales se les dieron garantías hasta para
pedir territorios, la seguridad nacional se dejó en manos de norteamericanos.
Tenemos un gobierno que ha cedido su soberanía de una manera inmensa con esa
vinculación neoliberal y de intereses corruptos entre cúpulas panistas y
priistas”, declara en entrevista con ZETA.
El ex secretario de
Gobernación apunta que tanto políticos del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) como del Partido Acción Nacional (PAN) se han encargado de atraer fondos
extranjeros y han metido las manos en negocios energéticos, a través de la
corrupción de intereses económicos.
No obstante, considera que el
TLC “tampoco es una maravilla para México, más bien es una camisa de fuerza,
beneficia a algunos, pero nos dejó un país con la mitad de su población en
pobreza”.
El legislador de izquierda
asegura:
“El TLC no solo facilita el
tránsito de mercancías, reglamenta el funcionamiento de la economía nacional,
establece límites a las acciones del Estado. Le impide a México apoyar a sus
sectores y, por lo tanto, a los intereses nacionales porque va en contra de las
reglas del mercado”. Bartlett ve como “una agresión brutal” el comportamiento
de Trump.
“Es una majadería grotesca
que acepte la cita con Peña Nieto y antes de que llegue, dé la orden ejecutiva
de que construyan el muro”, añade.
Este tambaleo de la política
exterior entre gobiernos neoliberales, explica el senador, tiene consecuencias
mayores porque con el TLC, México se veía como parte de América del Norte, “la
zona más competitiva del mundo”.
Sin embargo, esta integración
energética representaba el dominio de Estados Unidos sobre el petróleo y la
electricidad mexicana.
“El gobierno mexicano se dio
cuenta 20 años después que la dependencia no debe ser porque generó las
concesiones y las entregas de la energía a empresas extranjeras, eso empeora la
situación”.
— ¿Cree que hay que dar
marcha atrás a la Reforma Energética?, se pregunta a Bartlett.
“Claro que sí. Ante esa
situación, se tendría que poner una política de emergencia y detenerse la
entrega (de la Reforma Energética) para recuperar la soberanía de México y
operar con libertad, no estar atenidos a esas vinculaciones que resultan
nefastas, peligrosas y gravísimas”
Y PEÑA NIETO,
COMO MOCTEZUMA
De acuerdo con Ernesto
Carmona Gómez, especialista en relaciones México-Estados Unidos, otra de las
funciones del discurso de Donald Trump en torno al muro es “hacer al gobierno
mexicano aceptar todas las condiciones que le están poniendo”. Lo preocupante
es la falta de respuesta por parte del equipo de Enrique Peña Nieto.
“No hay una preparación, se
ve bastante improvisación en el equipo de la presidencia actualmente. Están
respondiendo a las agresiones con una actitud que parece de temor”, manifiesta.
El comercio binacional, entre
los mas afectados
Carmona Gómez considera este aspecto especialmente
preocupante, en especial si se contrapone a la extradición de Joaquín “El Chapo”
Guzmán, un día antes de la toma de protesta de Trump, como un gesto de buena
voluntad.
“Me viene a la memoria
Moctezuma intentado apaciguar a Hernán Cortés, haciéndole regalos, cuando
Cortés no venía por regalos, venía por todo. Así está actuando este gobierno,
haciendo concesiones, tratando de tener gestos de buena voluntad con alguien a
quien no le interesan”, señala.
El doctor en Ciencias
Políticas y Sociales continúa su explicación:
“Estados Unidos no le está pidiendo apoyo al
gobierno mexicano para una postura democrática o acción económica, simplemente
quiere de México una serie de cosas, principalmente recursos públicos para
pagar su muro, y México está respondiendo de manera pasiva”.
Para Carmona Gómez, esta
actitud del gobierno mexicano le está cerrando las puertas diplomáticas en
otras naciones. Hace unos días, el gobierno de México canceló su participación
en la Cumbre CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
“Eso nos aleja de aliados
potenciales cuando deberíamos establecer canales nuevos para sustituir esta
gran puerta que se nos cierra. A Europa tampoco le estamos haciendo suficiente
caso ni a China”, afirma.
MÉXICO SIN ESTRATEGIA
“El gobierno actual subestima
el ejercicio diplomático y ahora que es tan importante para abrir las puertas
del otro lado, no tenemos a las personas indicadas ni profesionales en los
puntos clave para construir esas relaciones”, apunta el investigador.
Por el contrario, “parece que
en lugar de aprovechar esa coyuntura para disminuir y en el futuro desaparecer
esta codependencia, no la queremos dejar”.
La prueba, dice el
investigador, es la frase “vengo a aprender” de Luis Videgaray cuando fue
nombrado secretario de Relaciones Exteriores.
“Lo que nos podría salvar es
una diplomacia profesional, bien ejecutada, con pensamiento estratégico, que
nos acerque a Europa, América Latina y a nuestros socios en Asia, que revise
todos los acuerdos internacionales”, destaca.
Entre los aspectos que le
restan competitividad a México para buscar nuevos mercados, están la falta de
infraestructura carretera, de puertos y aeropuertos, así como la política
fiscal y la corrupción, observa el doctor Carmona Gómez.
“No podemos ofrecer mano de
obra más barata, ni más ventajas a las grandes trasnacionales, a las cuales ya
se les dan bastantes privilegios, se les regalan los terrenos, se les da acceso
a recursos naturales casi gratis”, manifiesta.
“Hemos dejado de lado las cosas que realmente
agregan valor a un país como la educación y las condiciones de inversión
extranjera, confiando que nuestra alianza con Estados Unidos nunca se iba a
terminar”, complementa.
Ya que las instituciones
internacionales no tienen peso sobre Donald Trump y no se puede esperar un
gesto que suavice su postura hacia México, el académico insiste:
“Hay que reconstruir todo. Si
el gobierno no tiene un plan, desde la ciudadanía podrían crearse las
soluciones”.
Carmona Gómez propone establecer contacto con
asociaciones civiles y los gobiernos de California, Nueva York, Chicago, para
coordinar estrategias de resistencia.
“Esto va más allá de la
política interna norteamericana, se vuelve un problema binacional y hay que
darle una respuesta binacional. No nos tenemos que pelear con Estados Unidos,
el que se está peleando con México es Donald Trump y el grupo que lo apoya”,
argumenta.
EL CASTIGO PARA MÉXICO
Sean Spicer, secretario de
Prensa de Donald Trump, aseguró que entre las medidas para que “México pague
por el muro”, está una tasa del 20 por ciento a todas las exportaciones que
México realice a Estados Unidos. Aunque luego aclaró que no era una medida
aprobada, sino parte de un abanico de opciones, se trataría de una medida
dañina para la economía de ambos países.
De acuerdo con cifras del
Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en 2015, México realizó
exportaciones a Estados Unidos por 296 mil millones de dólares.
El impuesto del 20% a ese
monto representaría 53 mil 200 millones de dólares. Una cifra bastante alta que
perjudicaría a los consumidores estadounidenses, quienes absorberían el costo
con el aumento de precios.
En cuestión de importaciones,
México importó 235 mil millones de dólares en productos provenientes de Estados
Unidos. Una diferencia de 60 mil millones de dólares respecto a las
exportaciones.
“Vamos a tener meses muy difíciles,
pero lo que tiene que hacer México es echar mano de esos 45 tratados
comerciales que tiene con países de Latinoamérica, Europa y Asia”, señala el
economista Roberto Valero Berrospe.
El académico de la
Universidad Autónoma de Baja California (UABC) explica que las oportunidades en
otros países podrían traer alivio a los sectores productivos de México.
“Europa representa el 20 por
ciento del Producto Interno Bruto mundial. En China, que ofreció abrir sus
puertas, la clase media la componen más de 300 millones de habitantes, el
equivalente a la que tiene Estados Unidos”, detalla.
Sin embargo, esto no exenta
al país de atravesar una situación tensa.
“Este freno económico nos va
a traer problemas, nos puede llevar eventualmente a una recesión económica. Nos
va a costar trabajo, pero tenemos que encontrar nuevos mercados”.
Otra de las consecuencias de
este choque de declaraciones entre mandatorios, es la afectación en el tipo de
cambio.
“En el mercado al mayoreo, el
dólar tuvo un brinco muy importante. Se había mantenido debajo de los 20 pesos
y llegó a los 21.30 pesos hoy (jueves 26 de enero). Subió a 21.73 pesos”,
expone Valero. Trump también amenazó con revisar los estatus de las visas de
trabajo.
“Eso va a tener un impacto
fuerte en Baja California, tenemos a 156 mil bajacalifornianos con permiso para
trabajar legalmente en Estados Unidos. Cuando este grupo está en su máximo
apogeo, los ingresos en Baja California llegan a representar el 9.6 por ciento
del Producto Interno Bruto y tienen un efecto multiplicador muy fuerte”.
Mientras que el otro grupo
que podría verse afectado es el de las remesas.
Entre las medidas que anunció
la Presidencia de Estados Unidos, está el fijar cargos al envío de dinero que
se realice de ese país a México. Hasta el primer trimestre de 2016, México
recibió 26 mil millones de dólares en remesas y Baja California, alrededor de
600 millones, convirtiéndose así en uno de los tres flujos de ingresos más
importantes que el Estado recibe, ya que el 40% de los hogares bajacalifornianos
recibe remesas.
EL PRECIO QUE PAGARÁ EU
El profesor Valero Berrospe
considera que “Estados Unidos tampoco ha medido el impacto con el cierre de
fronteras, Trump habla de una cerrazón económica cuando la economía mundial se
rige por el libre comercio”.
De entrada explica que, por
su comportamiento demográfico, Estados Unidos “es de los pocos países
desarrollados que ha podido mantener sus niveles de productividad altos porque
se ha alimentado mucho de jóvenes migrantes. Si le cierran el paso a la migración,
van a tener problemas con la mano de obra. Estas ideas que está soltando el
Presidente no tienen sustento y hablan de un desconocimiento de la economía
mundial”.
Junto con la economía de
Estados Unidos, los Estados fronterizos Baja California y Chihuahua podrían ser
los primeros afectados de la guerra comercial por ser los de mayor apertura,
según el economista.
“Lo que preocupa es que el
gobierno no esté preparando una estrategia para enfrentar la situación. No veo
un gobernador líder reuniéndose con las maquiladoras ni con COPARMEX para ver
cómo apoyar a la industria”, concluye.
EL ABSURDO E INÚTIL MURO
De acuerdo con la Oficina en
Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), construir tan solo 665
kilómetros de muro (de los más de 2 mil que se estiman) tendría un costo de 11
billones de dólares, según un presupuesto formulado por la Oficina de Aduanas y
Protección Fronteriza (CBP). Mientras que reparar la malla actual representa un
costo superior a 25 millones de dólares.
Trump basó su retórica del
muro en cuestiones de seguridad nacional.
Argumentó que así se frenaría
el ingreso de migrantes indocumentados, se reduciría el número de delitos
violentos que cometen, se mantendrían a peligrosos delincuentes fuera del país
y se bloquearía el cruce de droga.
“La administración de Trump
ha decidido ignorar los datos y las cifras”, declara el doctor Jesús Peña
Muñoz, investigador del Colegio de la Frontera Norte (COLEF), quien expone los
números de la Encuesta de Migración en la Frontera Norte sobre el flujo de
mexicanos indocumentados a Estados Unidos, el cual ha bajado 50% desde el año
2000.
En efecto, la CBP reportó 415
mil 816 detenciones en la frontera durante el año fiscal 2016, uno de los
números más bajos en su historia.
Tan solo entre 1980 y 2008, el
promedio de aprehensiones era de 1.1 millones por año. La agencia también
informó del cambio en el perfil de los migrantes indocumentados detenidos en
relación a los últimos 15 años.
“Menos mexicanos y adultos
intentan cruzar la frontera sin autorización, mientras que más familias y niños
no acompañados están escapando la pobreza y violencia en Centroamérica”,
detalla un documento publicado en diciembre de 2016.
El informe sobre los
resultados de la agencia en el año fiscal 2016, añade “un número creciente de
migrantes no autorizados se entregan a agentes para pedir protección
humanitaria, en lugar de evadir ser detenidos”.
Tan solo en el año fiscal
2016, 59 mil 797 menores no acompañados fueron detenidos por la Patrulla
Fronteriza, mientras que 77 mil 857 familias fueron arrestadas en todo el país.
Según las estadísticas de la
agencia, en 2016, las detenciones de mexicanos descendieron un 17% en
comparación a 2014, mientras que las aprehensiones de centroamericanos bajaron
un 13%.
También el argumento del paso
de droga cae cuando se contrasta información oficial.
Según reportes de la Agencia
Antidrogas (DEA), el método más común para transportar drogas de México a
Estados Unidos es a través de vehículos en las garitas y no del muro.
Mientras que la inversión en
tecnología e infraestructura más compleja y eficiente que un muro, también ha
visto importantes mejoras en los últimos años.
Entre el equipo con el que
cuenta la CBP están cientos de radares y sensores desplegados en la frontera,
así como unidades aéreas no tripuladas capaces de transmitir información de
blancos en movimiento a agentes, mientras captura información forense y
estratégica.
Al respecto, el doctor Peña
Muñoz opina:
“El muro es algo simbólico,
más que controlar la migración irregular y del cruce de drogas. En la frontera
sabemos que es totalmente ridículo, pero es una explicación que vendió Trump y
que compró mucha gente. Ahí está el resultado de su elección. Es una cuestión
absurda construir el muro tanto para Estados Unidos como para México, va a ser
un gasto innecesario”.
El doctor en Estudios de
Población comparte:
“No van a aumentar las
deportaciones por poner un muro fronterizo, eso es casi garantizado. Es la
realidad de la migración. Es algo que ha ignorado Trump”.
Sobre el papel del magnate
republicano en la política migratoria en la Unión Americana, para el
investigado “es una continuidad de los últimos 20 años de política migratoria,
más que una ruptura, pero no es político, es una figura de la televisión que se
convirtió en un elemento distractor muy grande”.
Para el también investigador
Ernesto Carmona, Donald Trump ha dejado claro su desprecio por el orden
institucional, el Partido Demócrata, la opinión pública y los medios de
comunicación.
La última barrera de
contención para evitar que prosperen las medidas impuestas por él es el grupo
del Partido Republicanos en el Congreso que no lo apoya. Sin embargo, recuerda
la responsabilidad de Peña Nieto y su equipo en permitir que Estados Unidos,
una vez más, decidiera el rumbo de las relaciones binacionales.
La pasividad del gobierno
mexicano y esperar hasta que la relación se vuelva irreconciliable, la resume
de manera simple.
“Es como apagar las luces
cuando ya todos se fueron”.
(SEMANARIO ZETA/ INÉS GARCÍA RAMOS / LUNES, 30 ENERO,
2017 12:00 PM)
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