FOTOS: Agustín Reyes
El hartazgo hacia la clase gobernante
que atraviesa Baja California, puede ser el inicio de una agenda más amplia de
exigencias ciudadanas. El líder del Congreso Nacional Ciudadano, opina que la
voz del pueblo debe continuar alzada “porque todos los problemas, inequidades,
injusticias, el pisoteo a la dignidad de la gente de Baja California, es
permanente”. También, los partidos
políticos comienzan a tejer estrategias ante las protestas ciudadanas, el PAN
intentó desviar la manifestación contra Peña Nieto y así proteger al gobernador
Entre Tijuana y Rosarito,
casi 20 mil personas tomaron las calles para protestar contra los gobiernos de
Enrique Peña Nieto y de Francisco Vega de Lamadrid, el domingo 15 de enero.
En ambas ciudades, de acuerdo
con registros históricos, se trató de las movilizaciones más numerosas.
También de las que convocaron
a sectores más diversos, no solo políticos ni activistas, marcharon juntos
médicos, abogados, familias, estudiantes y más.
“El perro que trae hueso en
el Hocico, no lo suelta mas que a patadas o con la unión del pueblo”
“Baja
California tiene muy claro que tiene un mandatario que no se merece, pero ahora
lo que nació es un mandante que levanta la voz y exige. El pueblo terminó con
la carrera política de ‘Kiko’ Vega, no creo que termine su mandato”, manifestó
Gilberto Lozano, líder del Congreso Nacional Ciudadano.
Desde hace cinco años, Lozano
fundó el movimiento que hoy reúne a un millón 700 mil personas organizadas en 3
mil 127 células, grupos de entre siete y 20 personas en cada ciudad.
“No estamos organizados para
ser sindicatos de la servidumbre pública, estamos organizando a todos los
pagadores de impuestos en México como mandantes constitucionales. El reclamo es
generar una estructura en el pueblo actuante, informado y organizado”, detalla.
El objetivo de las células,
agrega el empresario y catedrático regiomontano en entrevista con ZETA, es
actuar como jefes para “vigilar, fiscalizar, auditar, revisar, reconocer y en
su caso, castigar, al empleado público por corrupto, inepto o traidor”.
Aliados del PAN se unieron a
la marcha para acallar los reclamos contra “Kiko”
En Baja California, Célula
686 de Mexicali cobró notoriedad por colocar ratoneras gigantes frente a los
domicilios de los diputados que aprobaron la Ley del Agua, y sus líderes han
demostrado un gran poder de convocatoria a marchas en los últimos días.
Gilberto Lozano habla de su
experiencia en Baja California.
Empieza por referir la
injusticia para los pobladores y jornaleros de San Quintín, pero insiste en que
el problema de fondo es el gobernador: “Vega está ausente completamente como
mandatario, nadie lo ve ni lo encuentra, está más dedicado a sus negocios”.
Para Lozano, la popularidad
del Congreso Nacional Ciudadano radica en que “no aspiramos a ser presidentes
ni alcaldes, a ellos los vemos como empleados, nosotros lo que buscamos es ser
patrones. Un león vale más que mil bueyes”.
LA AGENDA PENDIENTE
Con la
Ley del Agua ya abrogada, Lozano considera importante que la ciudadanía no deje
de reclamar la corrupción, ineficacia e insensibilidad de los gobiernos
locales, estatales y Federal.
“El arma más poderosa que
tiene el político para hacer lo que se le pega la gana, es basarse en que el
pueblo no dice nada. Para un amo, en una sociedad de esclavos, es precioso que
el pueblo no demande ni diga nada”, dice.
FOTO: cortesía.- Tijuanenses también
tomaron el Centro de Gobierno del estado
De ahí que insista en
“convertir la voz del pueblo en un mandato real, debe ser permanente porque
todos los problemas, las inequidades, las injusticias, el pisoteo a la dignidad
de la gente de Baja California, es permanente. Si ‘Kiko’ no se pone a hacer su
trabajo, lo va a terminar sacando la gente”.
De entrada, opina que la
gente debe pedir el cero financiamiento público a los partidos políticos.
“Un político es un parásito,
depredador y zángano del sistema que forma ejércitos para mantener un sistema
podrido, obsoleto y rebasado”.
Lozano concluye que, para
cambiar a la clase gobernante, es necesario que la ciudadanía tome acciones:
“El perro que trae hueso en el hocico, no lo suelta más que a patadas o con la
unión del pueblo”.
De igual forma, el
historiador Luis Carlos López cree que la agenda ciudadana debe enfocarse ahora
en la fiscalización de recursos públicos. “Debe ser una exigencia permanente,
revisar sueldos, prestaciones, gastos sociales, decirle a la clase gobernante
que tiene las prioridades volteadas”.
Siguen los reclamos a
gobierno
Como profesor en la Facultad de Humanidades, cree que el momento que
atraviesa Baja California es consecuencia del hartazgo de 27 años de hegemonía
panista en el Gobierno del Estado y que la ciudadanía debe canalizar su enojo
hacia acciones concretas.
“Parecen tener una actitud de
‘ya me elegiste en las urnas, puedo hacer lo que quiera’, pero la ciudadanía
debe ser escuchada y tomada en cuenta, explicar decisiones, mantener las
puertas abiertas”.
Tanto en el gobierno estatal
como en el Federal, el catedrático observa “una política de oídos sordos”, en
la que ningún gobernante muestra voluntad política para escuchar a la
ciudadanía.
CÓMO EL PAN INTENTÓ MANIPULAR LA PROTESTA EN TIJUANA
Desde las once de la mañana del domingo 15 de enero,
junto con los primeros manifestantes que llegaron al Monumento al Libro sobre
Paseo de los Héroes en Tijuana, se hicieron presentes varios grupos asociados
al Partido Acción Nacional (PAN).
Ninguno con logos del
partido, pero sí con un fin acordado. Como lo confirmaron fuentes del Gobierno
del Estado, desde que el jueves 12 hizo eco en Mexicali el grito de “¡Fuera
Kiko!”, se giraron instrucciones a trabajadores del Estado para que acudieran a
la marcha a sumar voces contra Peña Nieto y con ello, minimizar las de
reprobación hacia el mandatario estatal.
Así ocurrió el domingo.
Varios autobuses de la empresa transportista Azul y Blanco, cuyo secretario
general, David Mondaca, fue nombrado director del Sistema Municipal de Parques
Temáticos de Tijuana (SIMPATT) como pago del alcalde Juan Manuel Gastélum por
unirse a su campaña electoral, salieron de sus rutas para trasladar a los
manifestantes.
A lo lejos, un soldado en la Aduana toma fotos de los manifestantes
Un hecho inusual, tan solo que se tratase de un bloqueo organizado por
transportistas, este sector se había mantenido, hasta ese día, al margen de
cualquier protesta en la ciudad.
Una vez en la Glorieta
Cuauhtémoc, punto de concentración, lideresas instruían a algunos de los
asistentes qué unidades abordar para ser trasladados a la garita de Otay,
mientras el grupo más numeroso caminó hacia la garita “El Chaparral”.
Desde un camión de sonido,
ajeno al de las organizaciones que han convocado a estas protestas, un animador
grita “¡La culpa la tiene el Gobierno Federal… que no se les olvide!”, es
precisamente la empresa animadora de los eventos de Antorcha Campesina.
Aunque a nivel nacional esta asociación se
relaciona más al PRI, encontró un aliado en el PAN de Tijuana. El dirigente
estatal de Antorcha Campesina, Ignacio Acosta, fue nombrado delegado de La
Presa Este, al inicio de la administración de Gastélum Buenrostro.
Ese día, familias asociadas a
esta organización civil también llegaron a la protesta, la mayoría procedentes
de la Zona Este de la ciudad, la más lejana al punto de reunión, todos con
letreros en contra del Presidente de la República.
Lo mismo hicieron algunos
internos de centros de rehabilitación, asociados a la Secretaría de Desarrollo
Social del Estado, quienes cargaban montones de cartulinas blancas con plumones
y daban instrucciones a quienes se acercaban de escribir frases en contra del
gasolinazo.
Aunque fueron menos, las
expresiones contra “Kiko” Vega se mantuvieron presentes durante las horas en
que la gente protestó.
LA TOMA DE LA GARITA MÁS IMPORTANTE DE MÉXICO
Ya pasada la tarde, algunos
manifestantes mantuvieron tomada la garita “El Chaparral”. Si bien, grupos organizados habían levantado
las plumas para permitir el libre acceso a los vehículos desde una semana
atrás, en esta ocasión miles de personas se unieron.
Históricas movilizaciones en
la Aduana Semanas antes de dejar la Presidencia de la República, en octubre de
2012, Felipe Calderón inauguró “El Chaparral”, nombre con el que rebautizó al
cruce fronterizo de Tijuana-San Ysidro, el más transitado, con un aproximado de
60 mil vehículos al día.
La remodelación costó 265
millones de pesos a los mexicanos.
La tecnología fue uno de los
aspectos más presumidos por el Gobierno Federal, los carros serían
inspeccionados con Rayos X y no a discreción de los oficiales de Aduana, sino
seleccionados mediante un estricto sistema de programación.
Ese domingo, la primera
garita moderna de México se convirtió en territorio de 10 mil tijuanenses que
tomaron las instalaciones federales.
Las sillas de centinela desde
donde los empleados vigilan a los vehículos que entran al país, eran ocupadas
por niños que ondeaban la bandera mexicana.
Aquello se volvió un festejo.
En uno de los cajones de inspección, entre pantallas, cámaras de vigilancia y
computadoras, un grupo de mariachi cantó a José Alfredo Jiménez, mientras la
gente cantaba, bailaba y saltaba.
Los mexicanos de la frontera
Norte, donde empieza la patria, tomaron la entrada al país para gritar su
descontento con el Presidente de la República: “¡Fuera Peña Nieto!”, para
gritar su hartazgo hacia el gobierno y desahogar los años de malos
gobiernos.
EN ROSARITO. TAMBIÉN CONTRA MIRNA RINCÓN
En Playas de Rosarito casi el
2 por ciento de la población, poco más de 2 mil personas, se unieron a la
protesta en contra del alza al precio de la gasolina, que acompaña a los
mexicanos desde el primer día de 2017.
Sin embargo, ese día no solo
se repitió el grito de “¡Fuera Peña!”, también los de “Fuera Kiko” y “Fuera
Mirna”, en alusión al gobernador Francisco Vega de Lamadrid y a la alcaldesa
Mirna Rincón Vargas.
El recorrido arrancó en
el hotel Rosarito Beach, al sur del
municipio, con un grupo de jinetes al frente.
El contingente siguió por el
Bulevar Benito Juárez, la principal arteria de la ciudad y dobló en la calle
Artículo 27 para dirigirse a un mitin en Palacio Municipal.
No obstante, un grupo de unas
30 personas, en su mayoría mujeres y niños, continuaron hasta la planta de
Petróleos Mexicanos, actualmente custodiada por elementos de la Policía
Federal, luego del violento desalojo del sábado 7 de enero.
El acto no tuvo mayores
consecuencias, pero causó intranquilidad entre los manifestantes, quienes
insistían en mantener la protesta pacífica.
Instalaciones de gobierno se
convirtieron en un campo de protesta
Una vez bajo el balcón de una
ausente Mirna Rincón, los manifestantes entonaron el Himno Nacional y el canto
a Baja California, para después dar voz a representantes de varios sectores de
la población rosaritense, quienes dieron mensajes de unidad y anunciaron nuevas
movilizaciones.
SEGUIRÁ VIOLENCIA CIVIL CONTRA GASOLINAZOS
Entre los diferentes eventos
que surgieron a raíz de las manifestaciones, la organización Fuerza Ciudadana,
presidida por Carlos Atilano, convocó a un foro de abogados para acordar las
acciones después de la abrogación de la Ley Estatal de Agua, la tarde del
martes 17 de enero.
De entrada, el abogado habló
de la “subordinación manifiesta” por parte del Congreso del Estado, cuya
mayoría panista y sus aliados, aprueban leyes a voluntad del gobernador.
No obstante, este grupo de
abogados anunció que solicitará a los legisladores locales que aprueben el
regreso de la jurisdicción municipal en el servicio de agua potable, tal y como
dispone el Artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Según Atilano, también
miembro del Colegio de Abogados, lo que sigue es la “desobediencia civil”, no
solo mediante el llamado a no pagar impuestos; también en la toma de
instalaciones oficiales, principalmente en las oficinas de Recaudación de
Rentas del Estado y del Servicio Administración Tributaria (SAT).
“Vamos a cerrarle la llave al
gobierno”, manifestó.
Horas después, un grupo de
ciudadanos tomó las instalaciones del Centro del Gobierno del Estado en
Tijuana.
Aunque elementos de
corporaciones policiales acudieron a intentar un desalojo, los manifestantes
optaron por retirarse.
Por su parte, Juan Ramírez,
uno de los principales líderes de las manifestaciones, informó que continúa la
invitación a una megamarcha nacional el domingo 22 de enero en la glorieta
conocida como “Las Tijeras” – junto al Centro Cultural Tijuana-.
El objetivo es mantener la
presión a los tres niveles del gobierno por las medidas perjudiciales a la
ciudadanía, principalmente por el gasolinazo.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ DANIEL
GASTÉLUM Y INÉS GARCÍA RAMOS/ LUNES, 23
ENERO, 2017 12:00 PM)
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