Por dos homicidios
perpetrados hace más de 20 años en Nayarit, Héctor Palma fue reaprehendido y
enviado al penal del Altiplano.
Las víctimas del doble crimen
son un subdirector de la Policía Estatal nayarita y su acompañante, quienes
brindaban información a los Arellano Félix.
Abogados del narcotraficante
solicitaron un amparo para que su cliente no sea incomunicado y maltratado. “El
Chapo” Guzmán no tendrá la suerte de Palma, asegura el periodista y escritor J.
Jesús Esquivel ¿Estoy detenido?, fue la
primera pregunta que escapó de los labios de Héctor Palma Salazar, “El Güero
Palma”, a su llegada a la frontera de Tamaulipas, Matamoros.
Su repatriación de los
Estados Unidos, donde pasó los últimos nueve años, había sido pactada desde el
11 de junio después que logró su pre libertad –dicen las autoridades de aquel
país que por buena conducta.
El 15 de junio de 2016 se
concertó el traslado entre autoridades de ambos países.
Sería por Matamoros, luego
que se había especulado que podría ser por Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez e
incluso por Nuevo Laredo.
La duda se disipó cuando los
aviones de la Defensa Nacional, la Armada de México y la Procuraduría General
de la República tomaron sus lugares en el Aeropuerto Internacional Servando
Canales en Matamoros. Además fue evidente el despliegue de seguridad.
“Vienen por un pesado”,
decían en las inmediaciones los testigos del operativo federal. Poco a poco se
dieron cuenta que el operativo no era para algún jefe local, sino para quien
fue capturado el 23 de junio de 1995, cuando el avión que lo trasladaba de
Ciudad Obregón, Sonora, hacia una fiesta en Guadalajara, tuvo un accidente en
Nayarit.
Las horas que antecedieron a
la llegada del otrora jefe del Cártel de Sinaloa, uno de los más importantes
capos de la historia del país, no representaron cambio alguno en la vida de la
ciudad fronteriza donde la maquiladora es la principal actividad económica y el
patrullaje de las fuerzas federales es permanentes desde el 2008 cuando la
Policía Municipal Preventiva fue desarmada y encuartelada para dar paso a la
presencia militar en las actividades de seguridad en toda la frontera
tamaulipeca.
El operativo que quiso ser
discreto, no logró el objetivo, pues si bien la actividad militar es constante
en los cruces internacionales, en dirección de sur a norte no lo es tanto.
El reloj marcó las 5 de la
tarde y en los torniquetes de paso peatonal se detuvo la actividad, quienes
tenían urgencia por llegar a los Estados Unidos no se quedaron a conocer el porqué
de este bloqueo y buscaron el otro cruce cercano.
Quienes decidieron esperar,
también lo hicieron por conocer al personaje de la historia del narcotráfico en
México.
A medio puente elementos del
Servicio de Inmigración y Aduanas detuvieron el tráfico, para dar paso al
operativo. Esposado llegó “El Güero Palma” hasta las inmediaciones del Puente
Nuevo Internacional Brownsville & Matamoros, donde agentes del Instituto de
Migración lo esperaron.
En sus manos portaba sus
pocas pertenencias en una bolsa que aunque transparente no permitía ver
libremente su contenido.
Para muchos el personaje era
desconocido, volteaban a verlo y hasta tomaban fotografías únicamente por el
operativo que se cernía a su alrededor.
Los cuatro policías
estadounidenses protegidos con chalecos antibalas e incluso con una tipo
bufanda para evitar ser identificados, entregaron al ex socio de los Arellano
Félix a las autoridades mexicanas.
Entregaron a un hombre cuyos 55 años se
notan en su cara, pero no en la mirada, que aún conserva esa dureza de otros
años.
Una camisa de color claro a
rayas, pantalón obscuro y una gorra negra, vestía el detenido a su llegada.
Bigote, hasta cierto punto
bien cuidado, un reloj digital que se observaba en su muñeca, su caminar firme,
su cuerpo aun a través de la camisa se denota atlético, no es un hombre acabado
a pesar que los últimos 21 años ha estado en prisión.
Desde el enero del 2007 “El
Güero” Palma no permanece en cárceles mexicanas; ese año el gobierno de Felipe
Calderón lo extraditó junto a otros 10 criminales de alto perfil, entre ellos
Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo, de esta ciudad donde fue
repatriado el que fuera líder del Cártel de Sinaloa.
Lo que siguió fue el
protocolo, el papeleo, la revisión médica y psicológica para que una vez en
territorio nacional no se acusará de maltrato o violencia de las autoridades
locales.
Para quienes a esa hora
recorrían la calle Sexta –la principal de la ciudad fronteriza– y su
prolongación, la avenida Pedro Cárdenas hacia el Aeropuerto, no vieron extraño
que algunas patrullas de la Policía Federal permanecieran apostadas en alguna
esquina o lugar estratégico.
No es raro, aunque eso podría
ser el aviso de operativos especiales y el temor de un enfrentamiento, de esos
que en los últimos tres meses de acuerdo a la Armada de México se han hecho
menos frecuentes por los cambios de jefes de plaza.
“Tienen la instrucción de no
buscar el enfrentamiento, porque desgraciadamente porque cuando los enfrentan
pues ellos pierden la vida”, señaló hace unos días el comandante del Sector
Naval, Elías Caballero Rosas.
En esta ocasión no era el
anuncio de Situaciones de Riesgo como se les dice comúnmente a estas acciones,
ahora el paso a toda velocidad de por lo menos sietes unidades del Ejército,
varias de ellas blindadas, eran para trasladar a quien será el nuevo huésped
del Penal del Altiplano.
Ya en el Aeropuerto Internacional el personal militar responsable de los andenes, los pilotos, y demás integrantes del vuelo especial tomaban sus lugares. Nueve minutos desde su ingreso al puerto aéreo local fue lo que tardaron en resolver lo que faltaba.
Jesús Esquivel
Primero el avión militar, después un Lear Jet con matrícula ANX
1204, tomarían las pistas para emprender el vuelo hacia la Ciudad de México, en
el segundo de ellos viajaba ya Héctor “El Güero” Palma hacia su nuevo destino
carcelario.
Su primera pregunta en suelo
mexicano había sido respondida. Jesús Héctor Palma Salazar ya durmió en prisión
mexicana. La misma de la que se fugó su ex socio Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El gélido penal de máxima
seguridad del Altiplano en Almoloya de Juárez dio cobijo al capo la noche del
miércoles 16 de junio. Ni 25 minutos hizo el helicóptero del hangar de la
Procuraduría General de la República a Almoloya de Juárez. Durante ese día, las
informaciones iban y venían.
También las desinformaciones.
“El Güero Palma” no salió por la frontera de Baja California como se había
estimado inicialmente. Por estrategia, al sinaloense le deportaron de Estados
Unidos por Matamoros, Tamaulipas, donde México cuenta con una importante flota
de la Marina.
Las expectativas generadas la
víspera sobre el horario de la entrega de Palma Salazar al gobierno mexicano se
despejaron poco después de las 5 de la tarde con 10 minutos, cuando caminando
por el puente internacional aparecieron los agentes de aduanas norteamericanos
acompañando al narcotraficante deportado.
Como lo había anticipado ZETA
en su edición anterior, Héctor Palma lucía delgado y con más años encima, muy
notorios en su rostro serio e inmutable.
De pantalón negro, camisa
blanca de vestir con tenues líneas cuadriculadas, gorra negra y una chamarra
negra cargada en sus manos el hombre fue entregado a la autoridad de su país.
Soldados y marinos,
acompañados de agentes del Ministerio Público Federal realizaron el traslado
del “Güero Palma” en tanquetas artilladas hacia el aeropuerto tamaulipeco, de
donde le llevaron en avión de la Procuraduría General de la República hasta la
terminal aérea de la Ciudad de México.
La incertidumbre del futuro inmediato
hizo presa de Jesús Héctor Palma al arribar a la capital de la República.
¿Estoy detenido? Habría preguntado a sus acompañantes. Pronto saldría de la
duda.
Personal ministerial de la
Fiscalía General del Estado de Nayarit le preguntó su nombre y le notificó
“tiene usted una orden de aprehensión por el delito de homicidio”.
Así el recién repatriado
recibió la “invitación” de miembros de la Policía Federal y las Fuerzas Armadas
para abordar un helicóptero de la Marina que le llevó hasta las instalaciones
del Centro Federal de Readaptación Social número 1 “Altiplano”, en el Estado de
México, donde pasó su primera noche.
PRIMER AMPARO
Desconcertados por la
detención que no esperaban, los abogados del narcotraficante presentaron
durante la noche una demanda de garantías ante el juzgado de Distrito de Amparo
en Materia Penal de turno en la Ciudad de México reclamando actos fuera de
juicio.
En su escrito, los
representantes de Palma señalaron como responsables de esa aprehensión al
Presidente de la República, a la titular a de la PGR y a otras autoridades,
reclamando “actos de detención, incomunicación, malos tratos, tortura y
cualquiera de los contrarios al artículo 22 Constitucional”.
El juez de amparo concedió al
quejoso la suspensión provisional del acto reclamado para que no sea aislado ni
pierda contacto con sus abogados, y no sea maltratado durante el tiempo que
permanezca a disposición de representantes de autoridad.
Personal del órgano
jurisdiccional no tuvo oportunidad de notificar personalmente a Palma Salazar
ni de que ratificara la demanda de amparo promovida en su nombre, pues fueron a
buscarlo a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en
Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde el quejoso no estaba.
Los abogados estaban
confiados de que el ex fundador del Cártel de Sinaloa sería liberado al tocar
suelo nacional y que solo tenían que esperar al protocolo que se emplea para
estos casos.
Habían verificado
personalmente las versiones de que en el Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos
Penales Federales de Guadalajara existían dos causas penales contra su
defendido.
Las lograron inactivar en
estos años que Palma estuvo en Estados Unidos.
Sin embargo, no contaban con
que en el estado de Nayarit había un añejo asunto –como debe haber varios en
diversas entidades– que sigilosamente aguardaba el momento de llevar ante la
justicia local al afamado narcotraficante.
CRIMEN ORDENADO
Antes de su
detención en Zapopan el 22 de junio de 1995 por el seguimiento al accidente
aéreo que sufrió cerca de Tepic un día anterior, Jesús Héctor Palma contaba con
el control casi total del Cártel de Sinaloa en la región del Pacífico debido al
encierro de su compadre Joaquín “El Chapo” Guzmán desde 1993. Especialmente supervisaba
personalmente dos territorios: Sonora y Nayarit.
El dominio de “El Güero”
Palma se ejercía en Nayarit a través de sus dos hombres de mayor confianza. Uno
de ellos su cuñado Ramón Laija Serrano “El Colo” o “El Colochón”, hermano de
Guadalupe, la decapitada esposa de Héctor. El otro, su hermano Luis
Valerio Palma “El Vale” o “El Alacrán”.
Puerto aledaño al puente
nuevo de la garita internacional de Matamoros
Ellos realizaban las tareas de
logística, trasiego de drogas y traslado de dinero para la organización.
En 1995, Jesús Héctor recibió
el pitazo de que el comandante Antonio Contreras, subdirector de la Policía
Estatal de Nayarit, quería entregarlo a sus enemigos, los hermanos Arellano
Félix, que dominaban el estado vecino de Jalisco.
Molesto porque supuestamente
el comandante Contreras pasaba información de sus actividades a la competencia,
el narcotraficante originario de Mocorito, Sinaloa, habría ordenado a su cuñado
“El Colo” que lo eliminara para evitar una sorpresa.
De esa forma, Laija Serrano
cumplió la instrucción y junto con varios de sus sicarios dio muerte al
policía, quien estaba acompañado de otra persona.
El testimonio –de oídas– es
del cuñado de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Marcelo Peña García, vecino de
Compostela, Nayarit y quien fungió como testigo de la PGR con clave
confidencial “Julio”, quien traía y llevaba mensajes del Centro Federal de
Readaptación número 2 “Occidente”, en Puente Grande, cuando visitaba a la
pareja de su hermana Estela y trataba con Héctor Palma.
Las declaraciones de “Julio”
fueron empleadas en un fracasado proceso penal incoado por la PGR contra “El
Güero” Palma, para acreditar que el capo seguía dirigiendo la organización
criminal desde el interior del centro penitenciario de Jalisco.
Las correrías narradas sobre
el “El Colo”, “El Vale” y otros pistoleros como Gonzalo “El Chalo” Araujo,
Eduardo Gastélum “El Pony” y Jorge Navarrete “El Cholo” no funcionaron para
incriminar a Palma.
UN BUEN "TRATO"
Palma Salazar
fue liberado por el Buró de Prisiones de los Estados Unidos el 10 de junio y finalmente
repatriado a México el día 16.
El delincuente estuvo preso
en la unión americana poco más de nueve años. Le fue muy bien, comparado con lo
que le espera a su ex socio Joaquín Archivaldo Guzmán.
Héctor recibió una condena de
16 años de prisión en una Corte de Distrito de California por transportar 50
kilos de cocaína. Le contaron para la pena, cinco años que estuvo recluido en
Puente Grande en espera de la declaración de procedencia de la extradición
(entre 2002 y 2007) y finalmente le redujeron la sentencia por buen
comportamiento.
El periodista y escritor J.
Jesús Esquivel, corresponsal del semanario Proceso en Washington y autor del
libro “Los narcos gringos” publicado en mayo pasado por Editorial Grijalbo,
asegura que ya no había razón de ser para que Jesús Héctor continuara en una
cárcel federal estadounidense.
“‘El Güero’ Palma al igual
que ‘El Chapo’ Guzmán, es un cartucho quemado, está muy enfermo, ya no le sirve
para nada en los Estados Unidos. Lo interesante es ver qué es
lo que va a hacer el gobierno de Enrique Peña Nieto con él. Creo que ésa es la
gran pregunta”, dijo Esquivel antes de la deportación.
La duda se disipó cuando
Palma Salazar fue reaprehendido para que se le juzgue por un par de homicidios
y de los cuales podría salir bien librado en el futuro por la cantidad de años
que han pasado desde la comisión del hecho y la verdad perdida durante todo ese
tiempo. Sin embargo, esa misma suerte no será la de Joaquín Guzmán, establece
el periodista.
“Se ha especulado mucho sobre
sí ‘El Chapo’ será testigo protegido. Yo no creo. Lo descarto totalmente porque
Guzmán Loera no va a hablar y lo saben los agentes federales de los Estados
Unidos. Si hablara, imagínate, provocaría una guerra interna mayor entre las
diversas fracciones del Cártel de Sinaloa y sobre todo estaría poniendo en
riesgo a sus hijos”.
A diferencia de Palma, “El
Chapo” seguramente va a ser sentenciado a una cadena perpetua o una cadena muy
larga de años en prisión para mandar la señal, que es lo que siempre hacen
aquí, en los Estados Unidos, de castigos ejemplares a los que consideran
narcotraficantes significativos y que en este caso son capturados y enviados a
este país”, finalizó el corresponsal.
MALOVA CONFIRMÓ LA IRRUPCIÓN DE UN GRUPO ARMADO
El Gobernador Mario López
Valdez confirmó la irrupción de un grupo armado en algunos poblados de
Badiraguato pero hasta el momento no tiene reporte de enfrentamientos ni
personas fallecidas. Mencionó que al parecer se trata de un pleito entre
familiares y no entre grupos delincuenciales rivales.
Algunos pobladores optaron
por dejar sus viviendas y se están desplazando hacia otras comunidades, indicó.
Señaló que el grupo armado recorrió varias comunidades y eligieron a los
habitantes que se retirarán.
Hasta el momento, dijo, no
han confirmado que hubieran allanado la casa de Consuelo Loera, la mamá de
Joaquín el Chapo Guzmán. Elementos del
Ejército se encuentran en la zona y agentes de las corporaciones locales se
dirigen hacia el lugar. (Nota publicada por Ríodoce)
TOMA GRUPO ARMADO LA TUNA Y OTRAS DOS COMUNIDADES EN
BADIRAGUATO
Unos 150 hombres fuertemente
armados entraron desde este sábado a la comunidad La Tuna, ubicada en el
municipio de Badiraguato y comunidad donde nació Joaquín Guzmán Loera el Chapo,
donde mataron a tres personas y saquearon la casa de Consuelo Loera, madre del
capo del Cártel de Sinaloa.
Según testigos que
prefirieron mantener el anonimato, habrían sido al menos ocho los residentes
que fueron masacrados a tiros por pistoleros que desde las 10 de la mañana de
ese mismo sábado que entraron al pueblo, pero esto no ha sido confirmado.
Solo tres cadáveres ha sido
localizados hasta el momento: uno de ellos fue ultimado afuera de su casa, y
otros dos en las afueras del poblado.
FOTO: tomada de internet
Simultáneamente, otro comando
entró a la casa de Consuelo Loera, y tomaron dos vehículos conocidas como
Razers, y al menos otras tres motocicletas todo terreno, además de cortar
líneas telefónicas, y de Internet.
También despojaron de
vehículos a residentes de San José del Barranco, y de Arroyo Seco, lo que ha
provocado que muchas de sus habitantes hayan emigrado desde el domingo pasado a
Culiacán, y a la cabecera municipal de Badiraguato.
Las comunidades que se
reportan quedaron desoladas son Arroyo Seco, La Tuna y La Palma, y según al
menos dos fuentes consultadas por Ríodoce, fueron integrantes de la
organización criminal de los Beltrán Leyva y del Isidro Meza Flores, conocido
como el Chapito, quienes encabezaron los ataques, aparentemente dirigidos
contra los Guzmán Loera.
De acuerdo con una familia
entrevistada por Ríodoce, a pesar de que reportaron a las autoridades estos
ataques, no han acudido a esa región policías ni efectivos militares.
La Secretaría de Seguridad
Pública del Estado anunció hoy que se iniciaría un operativo en la zona, junto
con elementos del Ejército Mexicano, para retomar el control, pero hasta la
tarde de este miércoles no hay reportes oficiales de que esto se haya llevado a
cabo.
(SEMANARIO ZETA/ Investigaciones Zeta
/Lunes, 20 junio, 2016 12:00 PM)
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