En el primer análisis y revisión de la
ejecución del ex jefe de la plaza del narcomenudeo en La Paz, Luis Antonio
Montoya Beltrán “El Artista” o “Don Carlos”, según autoridades federales y
militares, pudo haber sido asesinado por traición, entre otras causas
Investigaciones ZETA.-En el
análisis y revisión del asesinato del jefe de la plaza del narcomenudeo en La
Paz, Baja California Sur, Luis Antonio Montoya Beltrán “El Artista”, “Don
Carlos” o “El Montoya”, según integrantes del Grupo de Coordinación de
Seguridad Pública, tres son las posibles hipótesis de lo que pudo haber
ocurrido la mañana del 5 de mayo en la colonia Arboledas de La Paz, en torno al
sonado crimen del jefe criminal:
El principal cabecilla de los
cárteles de Los Beltrán Leyva y Los Zetas, fue traicionado y puesto para ser
ejecutado por sicarios del Cártel de Sinaloa y entregarle la plaza del
narcomenudeo a la organización delictiva del capo Dámaso López Serrano “El Mini
Lic”.
El fin del ciclo criminal del
delincuente. Para abrirle paso al Cártel Jalisco Nueva Generación y al Cártel
Arellano Félix.
Cualquiera que fuera el caso, “los asesinos
contaron en todo momento con el respaldo y protección de agentes de la
Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California Sur”, lo cual se
puede reflejar en los ataques de los últimos días en contra de vehículos
oficiales y domicilios particulares de peritos, agentes y comandantes de la institución.
Todos, presuntamente
coludidos o relacionados con la ejecución del ex cabecilla de la organización
criminal de Los Mayitos, cuyos ataques dejan lectura de una posible respuesta
al homicidio.
El día en que fue asesinado,
el jefe de la plaza del narcomenudeo vestía shorts y playera, se encontraría
con dos agentes de la Policía Ministerial del Estado.
Entonces fue cazado y
asesinado en la calle Josefa Ortiz de Domínguez y Chichen, Colonia Arboledas de
La Paz, a una cuadra del Centro de Operaciones Estratégicas, conocido
popularmente como “COE”, cuya institución es especializada en el combate al
narcomenudeo; y a escasas dos cuadras de las oficinas del procurador general de
Justicia del Estado, Palemón Alamilla Villeda, y de la delegada de la Procuraduría
General de la República, Ana Luisa Vera Andrade.
El 8 de mayo, tres días
después de la ejecución del jefe de la plaza del narcomenudeo en La Paz, Luis
Antonio Montoya Beltrán “El Artista”, vino la presunta respuesta de grupos
criminales, y lo cual es un preludio de la guerra que se viene en baja
California Sur.
Acorde al dictamen pericial,
el jefe criminal recibió cuatro tiros a una distancia de dos metros
aproximadamente, pegando dos en la cabeza y dos más en el costado izquierdo, a
la altura de las costillas.
En la escena del crimen,
según peritos de la PGJE, sólo encontraron un cartucho percutido calibre 9
milímetros, lo que de acuerdo con expertos, indica que los matones dispararon
desde un vehículo en movimiento, cayendo tres de los casquillos dentro del
vehículo en el que viajaban, y uno más en el piso.
Según datos recabados por
ZETA, “Don Carlos” traía fajada una pistola calibre 9 milímetros en la
cintura, la cual no pudo utilizar por su
exceso de confianza.
La hipótesis del crimen fue
hecha por autoridades federales y de las Fuerzas Armadas, en virtud de la total
desconfianza que acecha a los agentes de investigación de la PGJE, los cuales
podrían contaminar la investigación, en virtud de las sospechas de posible
vinculación en el crimen de agentes y mandos de la institución; como es el caso
del ex subprocurador de Investigaciones Especiales, Samgar Salvador Gómez
Reyes, y el ex encargado del despacho de la Policía Ministerial del Estado,
Bibiano Rigoberto Burgoing García; así como del todavía encargado del despacho
de la Policía Ministerial, Josué Geovanny Zúñiga Méndez.
Del crimen del también
conocido como “El Artista”, un agente de investigación consultado por este
Semanario expuso que apenas estaban iniciando las indagatorias oficiales del
crimen, y admitió que por estar en vigor el Nuevo Sistema de Justicia Penal, el
proceso de investigación sería complicado, máxime cuando la principal arma de
investigación es probar científicamente quién detonó el arma en contra del
narcomenudista.
Cabe destacar que, conforme a
la versión de algunos familiares, hacía poco tiempo que Montoya Beltrán se
había ausentado del Estado y estuvo viviendo en Jalisco, porque supo que
“algunos policías”, quería matarlo por órdenes del bando contrario, incluso
desde aquella entidad y durante algunos meses, estuvo dirigiendo sus
operaciones criminales en La Paz.
LOS ATAQUES
Alrededor de 72 horas después
del crimen de “El Montoya”, la madrugada del 8 de mayo, dos vehículos oficiales
de la PGJE fueron atacados con bombas molotov
El primero sobrevino
alrededor de las 3:20 am, en el domicilio particular de un perito en la calle
de Península de San Francisco y Península del Portugal en el fraccionamiento Península del Sur, cuando
el automóvil Nissan Sentra de color blanco se encontraba estacionado en la
cochera de la casa.
La ejecución del ex jefe de
la plaza de narcomenudeo en La Paz, Luis Antonio Montoya Beltrán “El Artista” o
“Don Carlos”, detonó ataques en contra de vehículos oficiales y viviendas de
funcionarios de la Procuraduría General de Justicia del Estado, por presuntamente
haberlo entregado a los asesinos del cabecilla de las organizaciones de Ismael
#El Mayo” Zambada, los Beltrán Leyva y Los Zetas
El segundo percance tuvo lugar
cerca de las cinco de la mañana en el domicilio del comandante de la Policía
Ministerial del Estado, Alfredo Avilés en la calle de Damiana y Geranios en el
fraccionamiento Jardines del Sur, donde una camioneta Dodge Ram estaba
parqueada en un estacionamiento público.
La primera unidad sufrió
daños parciales, y la segunda, daños totales en el motor.
Después del ataque, la PGJE
anunció la apertura de dos carpetas de investigación por el delito de daños en
contra de quien o quienes resulten responsables de los hechos.
Sin embargo, apenas
investigaban y, cuatro días después, es decir, el 12 de mayo -al cierre de esta
edición-, el domicilio particular del ex encargado del despacho de la Policía
Ministerial del Estado, Bibiano Rigoberto Burgoing García, fue atacado a tiros
alrededor de las tres de la madrugada en Bahía Campeche y Bahía Banderas número
68, Fraccionamiento Paraíso del Sol en La Paz.
Los atacantes dispararon en
contra de la vivienda de interés social, tres asestaron en la reja de
protección de la entrada, el cristal de una ventana y en el vidrio trasero de una camioneta Honda
CRV de color blanco, placas de
circulación 145-PMX-2.
Después del tercero y último
ataque, la PGJE emitió un comunicado de prensa,
donde el procurador Palemón Alamilla Villeda se deslindó de sus
principales hombres de confianza:
“En relación a la nota
informativa que aparece en algunos medios electrónicos el medio día de hoy,
sobre un supuesto ataque dirigido al C. Bibiano Rigoberto Burgoing García, de
quien algunos medios se refieran como funcionario de la Procuraduría General de
Justicia del Estado, esta institución aclara que dicha persona no labora en
ninguna de sus áreas, pues presentó su renuncia con carácter de irrevocable el
30 de abril del presente (…).
Cuatro días después del ataque de patrullas de la
Policía Ministerial y de Servicios Periciales, la casa del comandante de
Homicidios de la Policía Ministerial, Bibiano Rigoberto Burgoing García, fue
baleada la madrugada del 12 de mayo en la calle de Bahía Campeche No. 68 y
Bahía Banderas en la colonia Paraíso del Sol en La Paz. Uno de los tres tiros,
pegó en la reja, uno en la ventana y otro en una camioneta de RAV4
El C.
Burgoing García estuvo como encargado de la dirección de la Policía Ministerial
en el periodo que comprende del 1 de marzo al 30 de abril del presente. De
igual forma y con la misma fecha, el Lic. Samgar Salvador Gómez reyes, quien
fungió como encargado de la Unidad Especializada en la Investigación del Delito
de Privación Ilegal de la Libertad, Secuestro y Judicialización, presentó su
renuncia voluntaria con carácter de irrevocable…”.
Cabe destacar que ambos
funcionarios fueron señalados en sendas narcomantas de estar vinculados con el
Cártel de Sinaloa, los cuales -según los escritos- vendieron la plaza del
narcomenudeo por 5 millones de pesos, pero no habrían cumplido.
“Sangar y Viviano (sic) tienen 5 días para entregar
los 5 millones que les pagamos por limpiar la plaza traidores hijos de su puta
madre contesten los blackberry ratas traidoras… (Cartel de Sinaloa) CDS”, transcribía la última manta colgada en un puente
cercano a la Plaza Paseos de La Paz.
(SEMANARIO ZETA/ FOTOS: cortesia
Reportajez BCS /Investigaciones Zeta /Martes, 17 mayo, 2016 12:30 PM)
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