CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El
ejército mexicano opera para matar. Por cada enemigo que hieren, los soldados
de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asesinan a ocho personas y en
el caso de la Secretaría de Marina (Semar), la tasa de letalidad es aún mayor:
los marinos asesinan a 30 personas por cada una que hieren, según un reportaje
que publicó hoy el diario New York Times.
Al retomar las cifras
oficiales, el rotativo neoyorquino observó que estas tasas de letalidad son
increíblemente elevadas, ya que según el Comité Internacional de la Cruz Roja,
“en muchas formas de combate entre grupos armados, alrededor de cuatro personas
están heridas por cada persona asesinada”.
“Los militares dejaron de publicar sus
estadísticas sobre matanzas hace dos años. Sin estos datos, dicen los expertos,
resulta difícil saber qué tan violenta se volvió la guerra contra el crimen
organizado”, planteó.
Para entender esta disparada
tasa de letalidad, el New York Times no dio mucho crédito a la explicación de
las autoridades mexicanas, según las cuales “los soldados de la nación están
simplemente mejor entrenados y mejor equipados que los cárteles que combaten”.
En su lugar, el periódico sostuvo que “hay ejecuciones sumarias”.
De acuerdo con el rotativo,
paralelo al despliegue del ejército en el país –decidido por el expresidente
Felipe Calderón en su llamada “guerra contra el narcotráfico”–, surgieron
violaciones a los derechos humanos.
Sin embargo, planteó que “los
militares permanecen relativamente inmunes, protegidos por un gobierno reacio a
actuar contra la única fuerza capaz de combatir”.
El NYT recordó que en su
último informe, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) “condenó
el balance de México en materia de derechos humanos, incluyendo las ejecuciones
extrajudiciales”. Luego, enlistó algunos de los casos de violaciones graves a
los derechos humanos en los que se involucró el ejército, entre ellos la
masacre de Tlatlaya o la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas
de Ayotzinapa.
“Poco ha sido emprendido para
investigar las miles de acusaciones de tortura, desaparición forzada y
ejecuciones extrajudiciales”, abundó y recordó que solamente 15 de las 4 mil
quejas por tortura que la Procuraduría General de la República (PGR) recibió
desde 2006 desembocaron en condenas.
Juan Méndez, relator especial
de la ONU sobre tortura, aseveró al periódico que “si el gobierno sabe que es
frecuente y que no hay prosecuciones, y que los (casos) que sí investigas
terminan yendo a ningún lugar, la culpa recae en el Estado”.
El New York Times también
planteó la responsabilidad del ejército estadunidense y sus “crecientes lazos”
con las fuerzas armadas mexicanas, los cuales despiertan críticas entre ciertos
legisladores demócratas.
“En la historia de las
guerras modernas, resulta más probable que los combatientes hieran a sus enemigos
a que los maten”, dijo.
Según las cifras oficiales
que retomó la publicación, el ejército mexicano mató a 3 mil personas entre
2007 y 2012 y sufrió 158 bajas.
Y remató: “Mientras las
quejas por tortura contra el ejército disminuyeron desde 2011 –lo que coincidió
con una reducción general del número de tropas desplegadas en el país–, la
letalidad de sus combates no declinó”.
(PROCESO/ MATHIEU TOURLIERE /26 MAYO,
2016)
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