En un contexto de creciente
consumo de heroína en Estados Unidos, el Cártel de Sinaloa contrató “cocineros”
colombianos de drogas para rediseñar su producto (las heroínas cafecita y
negra), hacerlo más claro –primero “canela” y ahora blanca– e inundar el
mercado de la Costa Este de Estados Unidos, hasta hace dos años acaparado por
proveedores chinos. De acuerdo al agente especial de la DEA en Phoenix, se
enfrentan a un grupo criminal mexicano “muy inteligente y muy ingenioso”.
PHOENIX/TUCSON, Arizona
(Proceso).- En su afán de adueñarse de todo el mercado de las drogas de Estados
Unidos, el Cártel de Sinaloa contrató a un ejército de “cocineros” de Colombia
para elaborar heroína blanca, lo que no tiene precedente en la historia del
narcotráfico mexicano, revela la agencia estadunidense antinarcóticos, la DEA.
“El Cártel de Sinaloa es, por
mucho, el más poderoso del mundo; muy fuerte, muy inteligente y muy ingenioso
en términos empresariales. Para apoderarse del mercado de la Costa Este de
Estados Unidos cambió su producto para satisfacer a los consumidores de esa
región, quienes nunca consumieron la heroína cafecita o la negra, la que
tradicionalmente se produce en México”, dice a Proceso Douglas W. Coleman,
agente especial a cargo de la División de la DEA en Phoenix.
La organización criminal “se
llevó a México a los cocineros para utilizar el proceso de manufactura colombiano
de cambiar la heroína negra y cafecita en blanca”, destaca Coleman, quien lleva
27 años como agente de la DEA y tiene a su cargo la frontera sur de Estados
Unidos, donde Arizona es la entrada principal de las drogas que contrabandea el
cártel mexicano.
En su primera declaración
oficial sobre el Cártel de Sinaloa, Coleman indica que esta modalidad del grupo
delictivo es reciente: “Cuando llegaron los cocineros colombianos a México,
hace unos dos años como máximo, comenzamos a ver una nueva heroína que en las
calles llamaban cinnamon (canela) por su color; era una combinación de las dos
heroínas mexicanas, la cafecita y la negra”.
La heroína repentinamente
apareció en las calles de Estados Unidos; primero en la Costa Oeste, donde el
mercado pertenece al Cártel de Sinaloa y donde se consumen cantidades
industriales de las variedades cafecita y negra por ser muy baratas. Entonces
la canela alcanzó gran popularidad y demanda.
“Nos preguntábamos qué era
eso. Hablamos con nuestros contactos, nuestros infiltrados en el narcotráfico
de México y nuestros informantes. Logramos algunos arrestos. Poco a poco, y
conforme disponíamos de mayor información, nos dimos cuenta de lo que ocurría:
el Cártel de Sinaloa había traído a cocineros colombianos para manufacturar ese
tipo de heroína. Los colombianos siempre han producido y vendido una más clara
que la mexicana”, explica Coleman.
Fragmento del reportaje que se publica
en la edición 2063, ya en circulación
(PROCESO / REPORTAJE ESPECIAL/ J. JESÚS
ESQUIVEL/ 14 MAYO, 2016)
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