Agentes migratorios de Estados Unidos lo
conducirán a la frontera con México
Luego de 19 años de encarcelamiento, Jesús Héctor Palma Salazar,
el Güero Palma, logrará su libertad definitiva en los próximos meses, tras
haber cumplido favorablemente sus condenas tanto en México como en Estados
Unidos, informaron autoridades de ambos países.
La Oficina Federal de
Prisiones de Estados Unidos (USBOP), reveló que será el próximo 11 de junio en
la mañana, cuando agentes de Migración junto a US Marshals vayan por el
narcotraficante del Cártel de Sinaloa a la cárcel de Atwater, en el norte de
California, para entonces conducirlo a México.
“Una vez liberado, la persona
no logra su libertad inmediata, sino que agentes de Inmigración van por él
para llevarlo a la frontera de Mexicali
con Caléxico, donde será entregado a
agentes de la PGR”, dijo uno de los voceros del Departamento de Inmigración y
Aduanas de Estados Unidos.
En México, el Güero Palma
será puesto a disposición de un juez federal, aunque ello es únicamente un
tramite necesario, pues se espera que el capo sea liberado a los días, sino es
que horas después de ser entregado a las autoridades mexicanas, pues en México
el capo ya cumplió una sentencia de 12 años de prisión por los delitos de
posesión de armas de fuego de uso exclusivo del ejército, tráfico de drogas y
documentación falsa.
LA NOSTALGIA DEL PODER
Aunque a sus 55 años, Palma
Salazar parece viejo, cansado y plagado
de rencores y enemigos, el otrora capo, quien operó para Joaquín el Chapo
Guzmán, uno de los jefes del Cártel de Sinaloa, se espera que regrese a su
antigua ocupación: el narcotráfico.
“El problema del Güero Palma
es que es el tipo de persona a quien le encanta el poder, y lo que se espera es
que busque una reunión con sus antiguos aliados y regrese al negocio”, comentó
Mike Vigil, agente retirado de la DEA y autor del libro Deal, que narra en
retrospectiva las operaciones del Cártel de Sinaloa.
La DEA dijo que no comentaría
sobre posibles especulaciones, y que no perseguirían al Güero luego de su
liberación, a menos de que volviese a las andadas.
Por otro lado, la supuesta
tensión que existe entre las fracciones de Ismael el Mayo Zambada y Joaquín el
Chapo Guzmán, no parecen favorecer la inserción del Güero Palma a los negocios
ya establecidos, con gente nueva y con estrategias completamente diferentes,
pues aunque el capo continuó operando desde dentro de la prisión, al ser
extraditado a Estados Unidos le cortaron todos sus operaciones, además de que
se rumoró durante mucho tiempo que Palma Salazar se había integrado al programa
de Testigos Protegidos.
Otras versiones señalan que
en alguna ocasión proporcionó información para localizar al Chapo Guzmán,
cuando éste estaba prófugo.
Los entonces defensores del
Güero Palma, aclararon que él nunca cooperó con el gobierno de Estados Unidos.
“Si la sentencia se redujo
fue por buena conducta, y no porque el señor Salazar haya cooperado con las
autoridades estadunidenses”, dijo Frank Ragen, abogado del Güero Palma.
PEREGRINAR EN LAS SOMBRAS
Hasta finales del año pasado,
Palma Salazar se encontraba confinado en la cárcel de Súper Máxima Seguridad de
Florence, en Colorado, donde los prisioneros sólo ven la luz del día una vez a
la semana, y apenas durante 30 minutos.
Pero tras una petición
especial hecha por la defensa al abogado Larry Alan Burns, éste accedió
transferirlo a la prisión de mediana seguridad de Atwater, en el condado de
Merced en el norte de California, donde el capo tiene mucha familia.
“Le voy a conceder esa
petición a cambio de que nunca regrese a Los Ángeles ni a ninguna otra parte
del sur de California”, dijo Burns a Palma.
Burns era el mismo juez que,
años después, sentenció a los hermanos Benjamín y Francisco Javier Arellano
Félix, el Tigrillo, y en ambos casos los condenó con todo el peso de la ley.
Sin embargo, con Palma
Salazar no fue tan implacable. Aunque la sentencia original fue por 16 años, el
juez le tomó en cuenta cinco años que había estado esperando su extradición en
la cárcel de Puente Grande, en Jalisco, así como su buena conducta, por lo que
el capo fue liberado a los nueve años de su extradición.
AQUEL PRINCIPIO
Cuando el Güero Palma fue
arrestado, el 23 de junio de 1995, era uno de los capos más buscados por la DEA
y por las autoridades mexicanas. Socio de Amado Carrillo, había una recompensa
de 5 millones que ofrecía el gobierno de Estados Unidos por su captura.
Según revelaron medios
informativos entonces, al capo ya le seguían los pasos desde meses atrás, y ese
día, el gobierno tenía información de que asistiría a una boda en Guadalajara,
Jalisco, pero la avioneta en que viajaba sufrió algunos desperfectos mecánicos,
por lo que tuvo que aterrizar de emergencia en una zona serrana, entre Jalisco
y Nayarit.
Como tenía a la Policía
Federal a su servicio, el narcotraficante fue asistido rápidamente, pero al
mismo tiempo tenía al Ejército rastreándolo muy de cerca, vía satelital, y fue
por ello que lograron localizarlo, aún cuando el capo estaba vestido de policía
federal, con placa, uniforme e identificación.
Fue encarcelado en el
Reclusorio Norte de la ciudad de México, y dos años después, trasladado al
penal de Puente Grande, en Jalisco, donde se reunió con su socio, el Chapo
Guzmán, luego de que un magistrado colegial lo condenara a siete años de
prisión.
En teoría el Güero saldría
libre en 2002, pero debido a que existía una orden de extradición en su contra,
emitida por la Corte Federal del Distrito Sur de California, el capo fue
mantenido prisionero hasta que el 9 de abril de 2007, cuando fue trasladado a
una prisión de San Diego, donde fue confinado mientras duró el juicio.
(RIODOCE/ Miguel Ángel Vega/ 3 abril,
2016)
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