FOTOS: cortesia.- Pedro Valentin Flores
Reyes "El Guero Camaron", Jose Albero Bojorquez Ceron "El
Pepillo", Jesus Adrian Torres Diaz "El Flaco", Wilfrido Bernabe
Zuñiga Colado "El Chivo"
En un operativo de búsqueda, tras desatarse un
enfrentamiento armado entre células criminales de los cárteles de Sinaloa y
Arellano Félix en Mulegé, Ejército y agentes ministeriales capturaron a cuatro
miembros de la organización delictiva de Damián y Eduardo Villavicencio
Arce
Villa Alberto Andrés Alvarado Arámburo, Baja
California Sur.- En el límite de la Península entre Baja California y Baja
California Sur, estalló el primer enfrentamiento armado entre células
delictivas de los cárteles de Sinaloa y Arellano Félix, en lo que es
considerada por autoridades federales y militares, la nueva guerra por el
control de la plaza del narcomenudeo entre dos grupos criminales rivales.
En este poblado al norte del
Estado y de apenas 5 mil 800 habitantes, la situación está que arde y a punto
de salirse de control, a raíz de la ejecución del ex cabecilla del Cártel
Arellano Félix (CAF) en Mulegé, Martín Anaya Gorosave “El Talibán”.
Aunque el Gobierno del Estado
presume una calma ficticia, la pugna explotó justamente cuando fuerzas
estatales, federales y militares iniciaron el operativo de búsqueda,
localización y detención de los cabecillas de los grupos que -de acuerdo al
Grupo de Coordinación de Seguridad Pública- iniciaron la ola de violencia a
partir del 1 de febrero. Se trata de:
* Eduardo Villavicencio Arce “El Lalo” o “El Lalito”,
jefe de la plaza del narcomenudeo en el poblado del Valle del Vizcaíno.
* Damián Villavicencio Arce “El Sombrerudo” o “El
Damián”, hermano de “El Lalo” y jefe de la plaza del narcomenudeo de Guerrero
Negro.
Ambos criminales tienen orden
de aprehensión junto con sus pistoleros, Agustín Zamora Aguilar “El Vago” y
Carlos Sergio Trejo Ojeda “El Trejo”, presuntos responsables materiales de la
triple ejecución en el poblado del Valle del Vizcaíno.
Cuando un convoy conjunto del
Ejército Mexicano y de la Policía Ministerial del Estado circulaba la tarde del
28 de febrero sobre la carretera transpeninsular de Santa Rosalía a Guerrero
Negro, en búsqueda de los presuntos criminales, recibió el reporte de que en
una vivienda particular de este poblado había un enfrentamiento armado entre
grupos delictivos en Avenida Pino Suárez y Calle Invierno de la colonia
Magisterial.
Los efectivos de las fuerzas
de seguridad –quienes casualmente pasaban por la zona- llegaron hasta el sitio
cuando agentes de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de
Mulegé, terminaban de acordonar el área, donde encontraron 16 cartuchos
percutidos, entre ellos uno de escopeta.
Según testimonios
recolectados en la escena del crimen, vecinos reportaron hombres armados con
pistolas y rifles de asalto, quienes estaban a bordo de cinco unidades, cuatro
de las cuales pudieron ser identificadas:
* Una camioneta Chevrolet Silverado de color azul, placas de circulación ZNB7657.
* Un Nissan Tsuru 2015, placas de circulación 6765ZNT.
* Una pick-up Chevrolet Silverado de color blanco,
modelo 2010.
* Un Nissan Sentra 1991.
Los vecinos relataron que ese
día el ocupante de la vivienda estaba acompañado de otras personas más -no
supieron decir cuántas- , cuando vieron llegar a dos unidades a toda velocidad,
de las cuales bajaron cuatro hombres armados, haciendo señas a los otros y
tratando de subir a dos de ellos, lo que detonó una balacera.
Testigos vieron cómo ambos
grupos de hombres sacaron armas a relucir, escondiéndose entre sus unidades y
comenzando a disparar.
En la refriega que duró entre
cinco y diez minutos, uno de los participantes subió a un automóvil Tsuru y
salió huyendo del lugar, y casi enseguida, otros dos, a bordo de la camioneta
Silverado de color blanco, quedando solo la otra camioneta Silverado de color
azul, estacionada afuera de la vivienda particular.
Asi fue encontrada la
camioneta color blanco, Silverado Chevrolet.
Sin los tripulantes abordo y
completamente rafagueada en una brecha al ejido Emiliano Zapata Enseguida los
atacantes iniciales salieron a bordo de las otras dos unidades, persiguiendo a
los que pretendían escapar de ellos, haciendo constantes disparos durante la
persecución.
LOS VEHÍCULOS
Durante la búsqueda de los
responsables de la balacera, y 30 minutos después, soldados y policías
ministeriales dieron con el paradero del automóvil Tsuru cuando circulaba en el
Kilómetro 131+250 del tramo carretero de Santa Rosalía a Guerrero Negro.
Los oficiales le marcaron el
alto, y tras detener la marcha iniciaron una inspección ocular, observando que
el conductor presentaba seis impactos de bala en el cuerpo, y dijo llamarse
Jorge Ismar Aguilar Osuna “El 27”.
El herido de 30 años y
originario de San José de Magdalena, dijo ser taxista y fue trasladado al
Hospital General de Guerrero Negro, Baja California Sur, a fin de brindarle
atención medica.
La unidad automotriz
presentaba varios impactos de bala en la carrocería, y en el interior había dos
cartuchos percutidos y otro más útil.
Posteriormente, alrededor de
las seis de la tarde, fue reportado el hallazgo de la camioneta de color blanco
línea Silverado, abandonada sobre el Kilómetro 2.5 del entronque que conduce al
Ejido Emiliano Zapata.
La camioneta, aparentemente
repintada -su color interior y original era de color guinda- presentó más de
120 balazos en la carrocería, por la parte trasera, laterales y delantera.
En esa zona, peritos de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) recolectaron 96 cartuchos
percutidos calibres 45 y .223 milímetros. Imágenes obtenidas por ZETA revelan
que la unidad pick-up presenta siete impactos de bala en el parabrisas
delantero y los cristales rotos en la parte trasera, así como la puerta trasera
del lado del chofer sin vidrio, y la del lado del copiloto con el cristal
estrellado.
Asimismo, las llantas
delanteras ponchadas, y las puertas traseras abiertas. Con base a declaraciones
de testigos, los dos tripulantes que subieron a esa unidad automotriz no
estaban, solo había rastros de sangre en el piso y los asientos de la
camioneta.
LA DETENCIÓN
En virtud de estos hechos
sangrientos, el Ejército Mexicano y la Policía Ministerial del Estado,
solicitaron el respaldo de más unidades y la integración de la Secretaría de
Marina, Procuraduría General de la República y hasta la Policía Municipal de
Mulegé, en la búsqueda de las otras dos unidades implicadas en la balacera.
Fue así como las fuerzas de
seguridad pudieron extender el radio de búsqueda sobre poblados de los ejidos
Gustavo Díaz Ordaz y Emiliano Zapata, así como el Valle de Vizcaíno, hasta que
una de las dos unidades de los sicarios fue interceptada cuando se desplazaba,
ya de noche y en completa obscuridad, sobre una brecha e intentaba llegar a
Villa Alberto Andrés Alvarado Arámburo.
Un convoy se había internado
sobre la zona de brechas, ampliamente conocidas y utilizadas por el crimen
organizado en ese territorio, y como era de noche, habían estado esperando con
las luces apagadas el paso de vehículos.
Para su suerte pasó una
unidad, por lo que encendieron sus motores y le siguió la pista, marcándole el
alto, pero intentaron darse a la fuga, por lo que inició una persecución que
terminó en calles de la colonia Oaxaca.
Inicialmente los tripulantes
del Nissan Sentra gris modelo 1991 se negaron a bajar después de que fueron
rodeados.
Los minutos pasaban y los
tripulantes seguían arriba, al grado de generar nerviosismo entre los propios
elementos estatales y militares.
Por ser de noche, no había
luz, y por ende, no podía verse nada hacia dentro de la unidad.
Entonces se dio la orden: “O
se bajan o disparamos”, les advirtieron, y comenzaron a contar; fue así como
los cuatro tripulantes comenzaron a bajar uno a uno y con las manos en alto.
Efectivos de las fuerzas
castrenses solicitaron a los tripulantes tirarse al piso y poner las manos en
la cabeza, y así lo hicieron.
Los captores se acercaron y aseguraron a los
detenidos para emprender una inspección del vehículo, encontrando dos rifles de
asalto R-15 y una pistola 45. Los detenidos son:
* Pedro Valentín Flores Reyes “El Güero Camarón”, de
27 años, originario de Obregón, Sonora.
* José Alberto Bojórquez Cerón “El Pepillo”, de 35,
oriundo de Guaymas, Sonora.
* Jesús Adrián Torres Díaz “El Flaco”, de 26, nativo
de El Dorado, Sinaloa.
* Wilfrido Bernabé Zúñiga Colado “El Chivo”, de 33,
nacido en Puerto Adolfo López Mateos, Baja California Sur.
Ese mismo día, los
trasladaron desde Villa Alberto Andrés Alvarado Arámburo hasta la Agencia del
Ministerio Público de la Federación de la PGR en La Paz, en virtud de que en la
lista de contactos de uno de los detenidos tenía registrado en su teléfono
celular al agente de investigación de la PGR, Christian Saldaña, y al militar
José Luis López Librado.
Los dos asignados en el
poblado del Valle del Vizcaíno, por lo que -según sus captores- presumieron una
relación entre el delincuente, el policía federal y el efectivo militar.
De otra manera no se explica
que estuvieran en la lista de contactos.
Durante el trayecto del Valle
del Vizcaíno a La Paz, uno de los detenidos de apodo “El Pepillo” contó a sus
captores que “hace una semana habían llegado, después de haber sido contratados
como sicarios por un reclutador de los hermanos Villavicencio en Guaymas,
Sonora”.
El delincuente expuso que
andaban buscando gente “porque se estaba viniendo una guerra por el control de
la plaza del narcomenudeo en la zona norte de Mulegé”, y reclutaban pistoleros
que salieran hacer frente a los rivales para defender su territorio.
Sin necesidad de presionarlo,
el criminal confesó que cuando fueron contratados les ofrecieron un sueldo base
y hospedaje en La Posada del Galopeador, un hotelito de 20 habitaciones donde
sabía, habían sido hospedados varios pistoleros “que venían de Ensenada,
Sinaloa y Sonora”.
Cuando los captores
preguntaron cuántos sicarios habían sido contratados, dijo que -según sabía-
“habían armado seis células de cinco
sicarios cada una”, las cuales habían sido distribuidas para labores de
vigilancia y reacción inmediata en el Ejido Gustavo Díaz Ordaz, Ejido Emiliano
Zapata, Villa Alberto Andrés Alvarado Arámburo, Valle del Vizcaíno, Guerrero
Negro y toda la zona Pacífico Norte, desde Punta Abreojos, La Bocana hasta
Bahía Asunción. De acuerdo con el pistolero, “los jefes tenían información de
algunos contactos de la Policía Estatal Preventiva, de que los Arellano Félix
iban a pelear la plaza, quienes se habían aliado recientemente con ‘El Montoya’
y su gente, los cuales querían apoderarse del control desde Vizcaíno hasta
Guerrero Negro”.
Cuando los captores
preguntaron quiénes eran los policías, “El Pepillo” declaró “eso sí no sé”, pero “fueron unos que
enviaron hace poco de La Paz, los cuales anduvieron por Mulegé trabajando y se
arreglaron con los jefes por órdenes del comisario”.
Los oficiales cuestionaron
por qué traían en la lista de sus contactos a agentes de la PGR y soldados, y
sin dudarlo, respondieron que “estaban arreglados”, incluso, uno de ellos se
atrevió a decir que saldrían rápidamente, ya que sus jefes pagaban una cuota
semanal a la PGR, y a cambio los iban ayudar en todo.
Sobre los detenidos, según
datos recabados por ZETA, Pedro Valentín Flores Reyes “El Güero Camarón” fue
detenido hace dos años como presunto responsable de haber mancillado a una niña
de ocho años en el Campo 60 de Bacum, Sonora.
El matón -en ese tiempo de 25
años- fue acusado por el Agente del Ministerio Público, tras presentarse la
denuncia penal por parte de los padres de la víctima, aunque fue dejado en
libertad, ya que supuestamente no se le detuvo en flagrancia.
Finalmente, otro de los
sicarios de nombre José Alberto Bojórquez Cerón “El Pepillo” cuenta con
antecedentes penales, al haber sido aprehendido en 2010 en posesión de 3.4
gramos en la calle Las Torres del fraccionamiento San Marino en Guaymas,
Sonora.
El Agente del Ministerio
Público de la Federación de la PGR abrió la averiguación previa
AP/PGR/SON/GYM-AEN/11/2010.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA
/INVESTIGACIONES ZETA MARTES, 8 MARZO, 2016 01:00 PM)
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