Después de 99 años, la carta
magna es un documento completamente distinto al redactado por los
constituyentes. Los gobiernos neoliberales acabaron con símbolos como el ejido
y la propiedad de los hidrocarburos, concluyen investigadores.
Peña Nieto es el Presidente
que ha realizado más cambios a la Constitución. Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México, 5 de
febrero (SinEmbargo).– La Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que hoy cumple 99 años, vive otro sexenio sujeta a la mayor cantidad
de modificaciones de su historia.
Después de que los 38
decretos y 110 cambios publicados por el Presidente panista Felipe Calderón
Hinojosa lo convirtieran en el mayor reformador del texto Constitucional desde
1917, Enrique Peña Nieto presenta el mismo patrón y, a la mitad de su
administración, ha enviado a la imprenta del Gobierno federal otros 22 decretos
con 145 ajustes al texto de la Carta Magna.
Entre ellos, las “once
reformas estructurales” que lograron modificaciones detenidas por años, como la
aprobada en materias Educativa, Energética, de Telecomunicaciones, Hacendaria,
Laboral y otras.
En total, de acuerdo con el
conteo de modificaciones registrado por la Secretaría de Servicios
Parlamentarios de la Cámara de Diputados, la Constitución que los académicos
consideran “rígida” –por el proceso que exige aprobar cada cambio– ha tenido
697 modificaciones en casi un siglo de existencia. El más reciente, el
publicado el pasado 29 de enero “en materia de reforma política de la Ciudad de
México” y que implicó 52 adecuaciones en la Carta Magna.
CIENTOS DE ALTERACIONES
De acuerdo con expertos
consultados, estos cientos de alteraciones y su secuencia puede ilustrar la
historia de las agendas de cada periodo presidencial y, en un análisis general,
narran también la transformación jurídica que ha dado cabida a los cambios
políticos y económicos impulsados en las últimas tres décadas.
Así, por ejemplo, el registro
de las reformas publicadas hasta hoy muestra cómo la mayor cantidad del total
de cambios, 484, se hicieron a partir del Gobierno de Miguel de la Madrid
Hurtado, entre diciembre de 1982 y 1988, periodo en el que inicia la apertura
de la economía mexicana a los mercados internacionales y, en ese contexto, se
aprueban también 66 reformas, la mayor cantidad hasta ese momento.
Una de ellas, se observa en
la lista de decretos publicados en su sexenio, fue la hecha el 23 de diciembre
de 1986 al Artículo 123 Constitucional, que norma “el trabajo y la previsión
social” y al que, en esa ocasión, se le eliminó la existencia de “comisiones
regionales” de salarios mínimos y se centralizó la decisión alrededor de este
indicador en una Comisión Nacional que diversos análisis consideran sometida al
Ejecutivo y sin representación de la población trabajadora.
Entre 1994 y 1988, Carlos
Salinas de Gortari decretó otras 55 reformas y dio inicio al primer “gran
momento de las reformas estructurales”; Ernesto Zedillo Ponce de León continuó
con 77 y sólo el panista Vicente Fox Quesada, el primero emanado del Partido de
Acción Nacional, logró un número menor de cambios, 31.
La contabilidad de las
reformas disponibles en la Secretaría de Asuntos Parlamentarios muestra también
que las modificaciones se han concentrado en tres artículos en particular; dos
de ellos considerados ejemplos esenciales del “sentido social” que tenía el
texto constitucional aprobado hace cien años: el Artículo 27, que establece los
términos de lo que debe considerarse como “propiedad de las tierras y aguas
comprendidas dentro de los límites del territorio nacional” y que ha sufrido 20
reformas –tres de ellas en este sexenio; y el Artículo 123, que regula el
trabajo y que ha sufrido 26 cambios; también los tres últimos en la actual
administración de Peña Nieto.
Periodo
|
Reformas
|
Porcentaje (%)
|
Decretos
|
Extensión (Palabras)
|
Diferencia (Palabras)
| |
---|---|---|---|---|---|---|
Álvaro Obregón | 1920-1924 | 8 | 1.2 | 2 | ||
Plutarco Elías Calles | 1924-1928 | 18 | 2.8 | 5 | ||
Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez | 1928-1934 | 28 | 4.4 | 12 | ||
Lázaro Cárdenas | 1934-1940 | 15 | 2.3 | 10 | ||
Manuel Ávila Camacho | 1940-1946 | 18 | 2.8 | 10 | ||
Miguel Alemán | 1946-1952 | 20 | 3.1 | 13 | ||
Adolfo Ruiz Cortines | 1952-1958 | 2 | 0.3 | 1 | ||
Adolfo López Mateos | 1958-1964 | 11 | 1.7 | 9 | ||
Gustavo Díaz Ordaz | 1964-1970 | 19 | 3 | 8 | 27,638 | |
Luis Echeverría | 1970-1976 | 40 | 6.2 | 14 | 28,532 | 864 |
José López Portillo | 1976-1982 | 34 | 5.3 | 14 | 29,938 | 1,406 |
Miguel de la Madrid | 1982-1988 | 66 | 10.3 | 19 | 34,916 | 4,978 |
Carlos Salinas de Gortari | 1988-1994 | 55 | 8.6 | 15 | 36,856 | 1,940 |
Ernesto Zedillo | 1994-2000 | 77 | 12 | 18 | 42,802 | 5,946 |
Vicente Fox | 2000-2006 | 31 | 4.8 | 17 | 45,365 | 2,653 |
Felipe Calderón | 2006-2012 | 110 | 17.2 | 38 | 54,815 | 9,450 |
Enrique Peña Nieto | 2012-2015 | 90 | 14 | 20 | 66,073 | 11,258 |
EL ARTÍCULO 27
“Hay un sustrato ideológico
neoliberal en muchas de las reformas”, dice Francisco Ibarra Palafox, académico
del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM).
Uno de los principales
ejemplos, explica, es la serie de alteraciones hechas Artículo 27, al que
Carlos Salinas de Gortari, en 1992, en la víspera de la entrada en vigor del
Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), le eliminó un párrafo para
acabar con el carácter inalienable de las tierras comunales o ejidos para que
pudieran ser propiedad privada y vendidas a empresas extranjeras. Veintidós
años después, en diciembre de 2013, Peña Nieto le adicionó el permiso para que
empresas privadas pudieran participar en actividades de exploración y extracción
de petróleo e hidrocarburos, oficializando así la Reforma Energética.
“El libre comercio ha
generado una serie de privatizaciones que vieron la Constitución como un texto
renovable”, dice Ibarra en entrevista.
“Las grandes petroleras
internacionales siempre vieron al Artículo 27 Constitucional como un obstáculo,
porque establecía no sólo el dominio de la nación sobre los hidrocarburos, sino
la prohibición de la participación de capital privado, ya sea de capital
nacional o extranjero; en consecuencia, los círculos económicos internacionales
y los pequeños grupos económicos mexicanos vieron desde hace décadas al
Artículo 27 como un rival a vencer, porque, sin modificarlo, sería imposible la
Reforma Energética”, agrega.
La sustancia de lo modificado
en ese sentido, explica, es de tal proporción que el cambio no sólo es
jurídico, sino ideológico, “un giro completo” a lo que los Constituyentes de
1917 decidieron que sería la política nacional hacia las petroleras
internacionales. Y no sólo por el control de los hidrocarburos, dice, sino por
el de la seguridad en los territorios en los que operaban estas empresas.
“Las petroleras extranjeras
eran no sólo un grupo ajeno, sino grupos con guardias paramilitares que las
protegían. Y, como los revolucionarios tenían la intención de crear un
Ejército, se encontraban con que los petroleros tenían grupos de seguridad
privada. No nos extrañe que, en el futuro, y ante el crecimiento de las
empresas no sólo petroleras sino mineras y de algunos otros sectores, veamos crecer
aún más la seguridad privada, que ya ha estado creciendo en México”, dice.
REFORMA POR REFORMA
De acuerdo con la lista de
“Reformas Constitucionales por Artículo”, disponible en el sitio electrónico
gubernamental www.constitucion1917.gob.mx, las 20 modificaciones hechas al
Artículo 27 lo colocan como el tercero más distorsionado, mientras que el 123
es el segundo.
En primer lugar, con 76
cambios, se encuentra el Artículo 73, que regula las facultades del Congreso y
cuya ampliación, de acuerdo con José Antonio Caballero, profesor del Centro de
Investigación y Docencia Económica (CIDE), muestra la tendencia política a
centralizar decisiones que contradicen el carácter federal de la República.
“Esto se puede entender como
una manera de subsidiar a los estados en cosas que no pueden hacer solos”,
dice. “Indica es que la estructural federal, la soberanía de los estados, en
algunos casos pareciera que no está funcionando, y la manera de resolver el
problema es quitándoles atribuciones”, agrega.
Como Ibarra, Caballero
advierte que los rasgos de la política económica vigente son visibles en los
cambios constitucionales, como los que dieron paso, ejemplifica, a la creación
de órganos reguladores de todo tipo de negocios e industrias.
Pero estos cambios de las
últimas décadas, agrega, también han reflejado otras causas impulsadas por la
sociedad civil, como las aprobadas en materia de transparencia y derechos
humanos.
También hay modificaciones,
dice Caballero, que son “frívolas o absurdas”, como la que hizo obligatoria la
educación preescolar y creó una problemática para quienes no tienen acceso a
este tipo de servicios a la hora de inscribir a sus hijos en primaria.
Otras, agrega el investigador
del CIDE, reflejan “amarres” políticos o consensos con respecto a contextos
específicos, como la reforma del 18 de junio de 2008 en materia penal, cuando
se modificó el Artículo 20 para establecer que “el proceso penal será
acusatorio y oral” y, entre otros cambios, elevó a rango constitucional la
aplicación de procedimientos de extinción de dominio para acusados de
delincuencia organizada.
“Lo que Calderón quería era
más herramientas contra la delincuencia organizada, y no se veía mal que la
extinción de dominio se subiera a la Constitución, como la transición a la
oralidad”, dice Caballero.
Otro “amarre” visible que
afectará el texto constitucional, agrega, es el consenso de gobernadores
alrededor del “mando único” y que, en esta ocasión, restará soberanía a los
municipios, a los que ahora se les quitará el poder para decidir sobre
seguridad pública que les da, hasta ahora, el Artículo 115.
Desde el inicio de su
mandato, Enrique Peña Nieto hizo de las “reformas estructurales” la principal
estrategia de su sexenio. Así, desde el 2 de diciembre de 2012 obtuvo la firma
de los dirigentes de los principales partidos de oposición para sacar adelante
la cargada agenda de modificaciones que, de acuerdo con Ibarra y varios
documentos, eran a su vez parte de las agendas de empresas internacionales.
La efectividad de los
acuerdos políticos con los que la administración de Peña Nieto sacó adelante
estas “reformas estructurales” le ganaron, como en su tiempo a Salinas, elogios
en los medios extranjeros. Uno de ellos, el de estar “salvando a México”, como
publicó en febrero de 2014 la revista Time.
“Hace cinco años, la
violencia de las drogas estaba explotando, la economía mexicana se tambaleaba y
un informe del Pentágono comparaba a la nación azteca con el caso perdido de
Pakistán”, indicó el artículo de Time.
“Ahora las alarmas están
siendo reemplazadas con aplausos. Después de un año en el despacho, Peña Nieto
ha sacado adelante el más ambicioso paquete de reformas sociales, políticas y
económicas de las que se tenga memoria. Las fuerzas económicas globales,
también, se han movido en dirección al país. Lanzado por la apertura de las
reservas de petróleo a la inversión extranjera por primera vez en 75 años, y el
dinero inteligente ha empezado a apostar al poder del peso”, agregó el medio.
Otras investigaciones, en
cambio, muestran que el camino recorrido durante 33 años de intensas
transformaciones fijadas en la Constitución han derivado, entre otros
problemáticas, en el estancamiento del poder adquisitivo de la población.
“Entre 1982 y 1992 se da la
peor caída del salario mínimo en la historia del país: 6.36 por ciento anual
acumulando un baja de 63.6 por ciento. Posteriormente, entre 1992 y 1995, la
caída es un poco más suave: 2 por ciento anual, para luego volver a
incrementarse entre 1995 y 2003 a un ritmo negativo de 2.5 por ciento anual.
Finalmente, entre 2003 y 2014, el salario mínimo se mantiene constante, ni
crece ni decrece”, advirtió desde diciembre de 2014 el investigador del
Instituto Nacional de Antropología e Historia, Saúl Escobar Toledo.
En general, coinciden los
estudiosos entrevistados, el texto de la Carta Magna ha sufrido tal cantidad de
transformaciones y varias de ellas de tal sustancia que puede afirmarse que
“queda poco” del original. O, como considera Ibarra, “estamos frente a un texto
Constitucional materialmente nuevo”.
(SIN EMBARGO.MX/ SANDRA RODRÍGUEZ NIETO / FEBRERO 5,
2016 - 00:00H)
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