La mañana del jueves 17 de
diciembre, la Policía Estatal Preventiva (PEP) decomisó 265 kilos de cocaína en
el fraccionamiento Guaycura de Tijuana, hubo tres detenidos quienes informaron que la droga
había llegado procedente de un lugar conocido como Reacomodo, pegado a Pericos,
Sinaloa.
Pese al alto valor del
enervante que custodiaban, de la célula a la que pertenecen aseguraron saber
poco. Explicaron que sus contactos trafican para el Cártel de Sinaloa y, según
su versión, que les pagan 10 dólares por paquete que “cuidan”. Agregaron que se
cruza un porcentaje importante a Estados Unidos.
A su contacto lo identifican
como “El Beto”, pero negaron conocer el modus operandi del grupo criminal,
también la identidad de las personas que trasladan la droga hasta Tijuana y la
almacenan en casas de seguridad. Su participación se limita a cuidar y
trasladar el enervante dentro de la ciudad.
De acuerdo a sus dichos,
participan en el negocio ilícito desde el mes de marzo, tiempo en el que
también han custodiado cristal, incluso en las mismas casas.
Los detenidos son: Jesús
Nazario Castro Iribe y los hermanos Juan Diego y Carlos Precidiano de apellidos
Iribe Salazar, y según el parte
informativo los aprehendieron: “…en un recorrido de vigilancia y prevención del
delito sobre las calles Cabo virgen y Pericue de la colonia Guaycura”.
En la semana, el 15 de
diciembre, la misma PEP capturó al sinaloense Jesús Yovani Ríos Plascencia, en
posesión de otros 21 kilos de cocaína en un auto, sobre calzada Tecnológico de
la Mesa de Otay en Tijuana.
Y el 11 de diciembre el
Ejército anunció el aseguramiento de 592.450 kilogramos de cocaína y 56.9 kilogramos de heroína en un tracto camión en
San Luis Río Colorado, Sonora. El 1 de diciembre casi 3 kilos de la misma droga
fueron decomisados en el aeropuerto de Tijuana.
Consultados los grupos de
inteligencia del Consejo Estatal de Seguridad de Baja California, explicaron
que de acuerdo a reportes recibidos y declaraciones de detenidos, un alto
porcentaje de la cocaína del Cártel de Sinaloa está llegando al Estado en
avionetas por la vía de Mexicali, y de ahí es transportada por tierra. Pero se
enfrentan al problema de que el la mayoría de las autoridades de todos los
órdenes de gobierno que se desempeñan en el valle cachanilla -en parte compartido
con San Luis Río Colorado, Sonora-, están cooptadas o coludidas con los
narcotraficantes sinaloense.
“En los retenes paramos a
gente sospechosa les revisamos los teléfonos y se ven imágenes de los dueños
con armas largas mientras se ve despegar avionetas en pistas clandestinas. Y no
se puede hacer nada más que poner una alerta interna por la persona”, comentó
un elemento de las fuerzas operativas.
(SEMANARIO ZETA/ EZENARIO/ REDACCIÓN
ZETA/ 21 DE DICIEMBRE DEL 2015 A LAS
12:00:40)
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