Indalecio Benítez fue emboscado, junto con su familia,
por un grupo armado el 1 de agosto de 2014 en el municipio de Luvianos, Estado
de México. Esa noche, las ráfagas de cuerno de chivo alcanzaron a su hijo
mayor, un niño de tan sólo 12 años.
Desde entonces, el director de Calentana Mexiquense
98.1 FM se ha dedicado a exigir justicia, de manera pacífica, al Gobierno del
Estado de México, que encabeza el priista Eruviel Ávila Villegas, y a la
Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad
de Expresión, que depende de la Secretaría de Gobernación.
Pero las autoridades, que un año apenas si han
avanzado, amagan con cerrar el caso. Sin embargo él –autoexiliado de esa
región, donde colindan el Edomex, Michoacán y Guerrero, apoyado por activistas,
sigue desde la lejanía exigiendo dar con los autores intelectuales y materiales
de una tragedia que se ha hecho aún más grande gracias a la impunidad.
Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargoMx.
Indalecio Benítez, fundador y director
de Calentana Mexiquense 98.1 FM. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargoMx.
Ciudad de México, 12 de
agosto (SinEmbargo).– Era común ver autos desconocidos afuera de la emisora.
Normalmente la gente se juraba amor los sábados por medio de aquella radio.
Muchos detallistas, más hombres que mujeres, acudían a medianoche y le pedían a
Indalecio transmitir y poner “Las mañanitas” o alguna balada y mandarla al aire
con dedicatoria. Pero todo se fundió a negro la noche del 1 de agosto de 2014,
cuando un grupo de encapuchados fuertemente armado y que se encontraban en un
taxi robado atacó al fundador y director de Calentana Mexiquense 98.1 FM.
Eran cinco jóvenes, menores
de edad, quienes lo estaban esperando afuera de la radio comunitaria. Cuando se
dio cuenta que estaban armados con cuernos de chivo el locutor aceleró. Sólo
tiraron una vez. La bala alcanzó la camioneta en la que viajaban Indalecio Benítez,
su esposa y sus hijos.
Dos minutos después llegaron
al cuartel de la Marina de Luvianos, Estado de México. Sin embargo, aquella
bala se había fragmentado y tres esquirlas que se incrustaron en el corazón de
Juan Diego Benítez, quien murió instantáneamente.
“¿Todos están bien?”,
preguntó el padre de familia. “No papá, Diego se desmayó”, gritó su niño el más
pequeño. Indalecio Benítez bajó del auto mientras elementos de la Secretaría de
la Marina (Semar) gritaban y le pedían que se identificara. Tomó el pulso de su
hijo, pero no había respuesta. Apenas tenía 12 años.
La vida del comunicador y la
de su familia fue cortada por el crimen organizado. Con ello también, el
derecho a la información de los pobladores de aquella zona mexiquense.
***
Tras el asesinato de su hijo
el periodista dedicó horas frente al micrófono para denunciar la barbarie: “Ya
me lo entregaron, aquí lo tengo, un niño de tan sólo 12 años, de tan sólo 12
años; no sé qué decir, pero los invito, lo vamos a velar hoy, mañana y lo vamos
a sepultar hasta el día lunes por la tarde”.
“Me siento con una impotencia
tan grande, tan grande, como no se imaginan, el ver a mis hijos llorar, los más
pequeños, porque me quitaron el mayorcito; de tan sólo 12 años, un niño que
apenas iba a entrar al segundo año de secundaria, me lo quitaron de una manera
muy cobarde, rafageándonos por la espalda, me siento impotente”, dijo Benítez
al aire.
Aseguró que ha perdonado a
los asesinos de Juan Diego. “Yo ya los perdoné. Dios sabrá si los perdona y les
da su sentencia”, comentó Indalecio en entrevista con SinEmbargo. Y agregó: “a
lo que yo no he renunciado es a la justicia para mi niño. Eso sí no, y voy a
llegar hasta donde se tenga que llegar, porque yo creo en Dios, y cuando nos
haga juicio a todos y nos pida cuentas ellos tendrán que declarar, y yo diré
que los perdoné pero siempre busqué por la vía pacífica la justicia”.
Actualmente, Indalecio y su
familia están autoexiliados, luego que las autoridades mexiquenses, a cargo del
Gobernador Eruviel Ávila Villegas, incumplieran en su protección. Su paradero
es desconocido, y desde la lejanía ha estado al pendiente de la investigación
para dar con los culpables materiales e intelectuales del ataque de aquel
primero de agosto.
–¿Hay avances en la investigación?
–se le cuestionó.
“Pues sí, pero si quisieran
cerrar el caso lo pueden hacer porque tres de los implicados están muertos, hay
dos detenidos. Pero faltan los autores intelectuales. Ahorita falta ver cómo
trabaja la nueva Fiscal de la Feadle [Fiscalía Especializada para la Atención
de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión]. Vamos a ver cómo manejan
el caso, y con la asesoría de los activistas que nos han ayudado vamos a seguir
exigiendo justicia y que se hagan las cosas como son”, dijo.
–¿Quiénes lo atacaron?
–Eran chamacos. No tenían ni
la mayoría de edad.
–¿Ha habido anomalías en la
investigación?
–A veces nos hacen pensar que
sí, pero cuando veo que se están yendo por otro lado yo les digo. Yo les he
hecho observaciones.
***
El municipio de Luvianos, al
sur del Estado de México, se encuentra en Tierra Caliente, región donde también
colindan los estados de Guerrero y Michoacán. Aquella demarcación mexiquense se
considera de abundancia, pues su tierra fértil y sus ríos, generan cosechas de
todo tipo –principalmente tomate verde– y ganado de razas bien cotizadas.
Hace unos años hubo una
disputa entre el crimen organizado por ese municipio, pues era la entrada a las
ciudades del centro del país, además que estaba llena de sierra, área perfecta
para la cocina de drogas sintéticas o el cultivo de amapola.
De acuerdo con datos del
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP)
detallan que el Edomex registró –de enero a abril de este año– mil 257
homicidios.
En su “Informe de víctimas de
homicidio, secuestro y extorsión 2015” refiere que el Estado de México ocupa de
nuevo al primer lugar con el registro de 272 casos, le sigue Jalisco con 266,
el Distrito Federal con 214 y Nuevo León con 178.
***
Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargoMx.
Indalecio hoy vive en el exilio con el
objetivo de cuidar de su familia y de él. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargoMx.
Indalecio Benítez narró que
durante este tiempo ha seguido de cerca el caso de su hijo y, a pesar que no es
reportero de oficio, ha sido autodidacta y ha emprendido sus indagatorias para
evitar que el crimen quede impune, a pesar que está bajo Mecanismo para la
protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, operado
por la Secretaría de Gobernación (Segob).
–¿Por qué querían atacarlo?
–sele cuestionó.
–No lo sé, pero yo he sido
una piedrita en el zapato para muchos. Yo tengo una empresa de perifoneo y
también tuvimos un periódico local donde denunciábamos varios hechos. En 1988
nos sumamos a la lucha contra el fraude electoral. Hace unos años también
denunciamos los abusos por parte de fuerzas del Estado quienes golpeaban a
nuestros jóvenes y realizaban detenciones arbitrarias.
–¿Qué hizo tras la muerte de
su hijo?
–Desde que estábamos en el
panteón enterrando a mi hijo todos me decían que nos levantáramos en armas o
vamos a echarles guerra, vamos a crear autodefensa. Recibí el apoyo de muchos,
pero lo que hicimos fue marchar y plantarnos en Toluca varias días para que nos
hicieran caso. Yo tengo mis creencias y para que haya paz en la Tierra y la
persona fallecida descanse, se tiene que otorgar el perdón, y decidí seguir una
lucha pacífica.
–¿Qué espera de las
autoridades?
–Yo a la justicia no voy a
renunciar en ningún momento, caiga quien caiga. Esto debe quedar como un
antecedente para la autoridad. Para eso está la Ley, para eso están los jueces,
para eso están los ministerios públicos… para que hagan su trabajo, y no los
voy a dejar, no voy a renunciar. El miedo no nos lleva a nada y con el trabajo
que hemos hecho tenemos los elementos para que se retracten en caso de que
quieran desviar la investigación.
La radio comunitaria
Calentana Mexiquense 98.1 FM no ha dejado de transmitir ni un solo día desde
hace dos años de su creación y con mayor dedicación luego de la muerte de Juan
Diego Benítez. Si bien ha dado un servicio informativo, su principal fuerte es
la programación musical y de contenido cultural. Muchos enamorados siguen
pidiendo canciones, como antes del ataque, el cual –según declaraciones de dos
detenidos– se debió a que los cinco encapuchados quisieron tomar por la fuerza
las instalaciones de la difusora para transmitir un mensaje de muerte a sus
enemigos.
(SIN EMBARGO.MX/ Sergio Rincón / agosto
12, 2015 - 00:00h)
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