Desde la irrupción de un grupo armado la
policía federal y estatal han permanecido en Chilapa para mantener el orden.
Foto: Cuartoscuro.
Ciudad de México, 12 de
agosto (SinEmbargo).– Las detenciones de los principales capos mexicanos han
dado lugar a “llamativos titulares de prensa” y a una fragmentación de los
cárteles de la droga que ha resultado en importantes picos de violencia en
lugares como Chilapa, Guerrero, donde dos grupos se disputan el control del
territorio, publica este día The New York Times.
“Durante años, los Estados
Unidos han llevado a los países que luchan contra los poderosos cárteles de la
droga, como México, a decapitar a estos grupos ya sea con la muerte o el
arresto de sus líderes. El pináculo de esa estrategia fue la captura del
narcotraficante más poderoso de México, Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido
como ‘El Chapo’, quien escapó de manera espectacular el mes pasado de una
prisión de máxima seguridad. Y mientras que las detenciones de los capos han
dado lugar a llamativos titulares de prensa, el resultado ha sido una
fragmentación de los cárteles”, dice un amplio reportaje firmado por William Neuman.
El diario neoyorquino da
cuenta de la irrupción de un grupo de hombres armados en Chilapa, ocurrida en
mayo pasado, donde al menos 14 personas fueron levantadas, y de quienes hasta
la fecha no se tiene información.
“Por casi una semana, hombres
encapuchados y armados hasta los dientes, que pertenecen a una banda de
narcotraficantes locales, invadieron esta pequeña ciudad [Chilapa] situada a lo
largo de una ruta clave de contrabando. Oficiales y soldados de la policía
permanecieron junto a los hombres armados que patrullaban las calles en busca
de sus rivales, y quienes levantaron al menos a 14 hombres de los que no se ha
visto desde entonces”, dice la publicación.
Refiere que la ocupación se
produjo a pesar de que soldados y policías federales de élite estaban
estacionados en Chilapa, debido a la creciente violencia. “Algunos dicen que
las autoridades se contuvieron porque los invasores pretendían ser una fuerza
de defensa de la comunidad, como las que han surgido en otros lugares para
hacer frente a los traficantes, a falta de las acciones del gobierno”.
Dice que desde que la
ocupación terminó el 14 de mayo, la policía federal y estatal ha permanecido
allí para mantener el orden, y los funcionarios se comprometieron a investigar
las desapariciones, pero prácticamente no hay señal de progreso.
“Están peleando por la ruta
de Chilapa”, dijo Virgilio Nava a The New York Times, padre de un joven de 21
años de edad, conductor de un camión del negocio familiar y no tenían vínculos
aparentes con el crimen, quien fue capturado por los sujetos armados. Otros
testimonios recopilados por el medio corresponden a historias similares:
pobladores que vieron a sus familiares ser plagiados por sujetos armados.
The New York Times recopila testimonios
de pobladores de Chilapa que vieron a sus familiares ser plagiados por sujetos
armados. Foto: Cuartoscuro.
“Un grupo conocido como Los
Rojos, controla la ciudad, dijeron los residentes y los funcionarios [de
Chilapa]. Pero los pueblos rurales cercanos son controlados por los Ardillos
[...]. La violencia entre los grupos se ha acelerado durante meses. Un
candidato a la Alcaldía fue asesinado en mayo; pocos días después, un candidato
a Gobernador fue amenazado por hombres fuertemente armados [...]. Es común encontrar cuerpos, a veces
decapitados o con signos de tortura”, reseña Neuman sobre la situación de
violencia.
Sobre esta situación, The New
York Times menciona que mientras que los grandes cárteles “son como monopolios
que intervienen en la producción, transporte, distribución y venta de drogas”,
los grupos más pequeños, que a menudo carecen de alcance internacional, “sólo controlan
una parte de la cadena de suministro de las drogas”.
Dice que es por ello que
recurren a otras actividades delictivas para aumentar sus ingresos, como el
secuestro, el robo de autos, venta de protección y el tráfico humano.
“Mientras los grandes cárteles
tienen los recursos para comprar a los funcionarios del gobierno a nivel
nacional, las pandillas más pequeñas, en general, se centran en los niveles
locales y estatales, a menudo con consecuencias desastrosas para las
comunidades. Eso fue muy claro en un caso que sorprendió a la nación el año
pasado, cuando 43 estudiantes desaparecieron en Iguala, una ciudad a poca
distancia de Chilapa”, dice el reporte.
Dice que después de la
desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa
ocurrida hace casi un año “se hizo evidente que se necesitan cambios
fundamentales, ya que la violencia y los secuestros en Chilapa han puesto de
nuevo al descubierto la incapacidad o falta de voluntad del gobierno para dar
una respuesta eficaz”.
El medio estadounidense dice
que “los sucesivos gobiernos han hablado de una vasta reforma de la Policía del
país, pero sus esfuerzos no han podido eliminar la corrupción ni crear fuerzas
de seguridad profesionales. El Presidente Enrique Peña Nieto propuso una serie
de cambios en noviembre pasado, que incluye la centralización y el control de
la policía local en cada estado, lo cual no se ha llevado a cabo”.
Señala los más recientes
datos del gobierno muestran que la tasa de homicidios a nivel nacional ha ido
disminuyendo de manera constante desde su pico en 2011, lo que lleva al
gobierno a afirmar que su enfoque es funcional.
“Pero a pesar del descenso,
muchas zonas del país siguen siendo sacudidas por la violencia de pequeños
grupos de traficantes que luchan para llenar el vacío dejado por el deterioro
de los grandes carteles. Los expertos creen que incluso el poderoso cártel de
Sinaloa, que está dirigido por el Sr. Guzmán, con el tiempo va seguir el camino
de otras organizaciones de tráfico grande y romperse en pedazos, incluso con su
líder una vez más al frente”, dice.
(SIN EMBARGO.MX/ Redacción / agosto 12,
2015 - 14:00h)
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