México, D.F.- De
regreso a México, después de su gira por Asia, el presidente Enrique Peña Nieto
vivirá su propio “Día D” para intentar librar la crisis política y social que
vive el país provocada por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El gobierno de Peña
Nieto llega a una etapa clave y crucial en donde la toma de decisiones por
parte del mandatario federal se vuelve un asunto impostergable por la gravedad
de la realidad que se vive en México.
La pregunta que más
se escucha hoy en día en México es si habrá o no golpe de timón en la
administración federal para responder a esta primera crisis del sexenio
priista.
En los próximos días
se sabrá la respuesta por parte del Ejecutivo federal.
Al arribar este fin
de semana al país, después de su gira por China y Australia, Peña Nieto
encontró un país sumergido en una situación tan grave como la que existía hace
10 días cuando decidió viajar a la cumbre del G20 y del APEC.
Nada ha cambiado en
México desde la partida del presidente a Asia el pasado 8 de noviembre. Al
contrario.
Las condiciones que
enfrentará el mandatario federal, de vuelta a México, lucen más adversas hoy
por los últimos acontecimientos que se han ventilado en el país y que han
ocasionado el momento más álgido para el presidente en lo que va de su sexenio.
Hoy al reclamo de
justicia y de indignación por la desaparición de los 43 estudiantes de
Ayotzinapa se le han agregado cuestionamientos a decisiones del gobierno
relacionadas con la obra pública, la cancelación de la licitación para la
construcción del tren rápido México-Querétaro y el caso del inmueble vinculado
a la pareja presidencial ubicado en la colonia Lomas de Chapultepec.
A su llegada de
China, el presidente adelantó que en los próximos días el Gobierno Federal
explicará a detalle la adquisición de este inmueble.
Hasta hoy lo único
seguro es que –ni la renuncia del gobernador de Guerrero, el perredista Ángel
Aguirre, ni la captura del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca- han
conseguido bajar el tono del reclamo ciudadano en contra de las autoridades por
la desaparición de los estudiantes.
No hay día que no se
convoquen a marchas y protestas en la Ciudad de México y movilizaciones en
estados como Guerrero, Michoacán y Oaxaca.
El puente vacacional
de este fin de semana fue afectado por varios bloqueos de carreteras que se
realizaron en diferentes estados y centros turísticos para protestar por la
desaparición de los estudiantes.
Para el Presidente
está pendiente de resolver además el conflicto en el Politécnico Nacional, que
la próxima semana cumplirá dos mes en paro de labores y sin director nombrado
por el Gobierno federal.
Algunos analistas
aseguran que Peña Nieto debe de retomar el liderazgo en la conducción del país
y una sacudida del gabinete presidencial podría ser el comienzo de este viraje
en su administración.
En los últimos días
han trascendido posibles cambios en el gabinete presidencial: el del titular de
la Procuraduría General de la República por la investigación del caso Iguala.
En caso de que se
confirme su salida de la PGR, el Procurador perdería la oportunidad de
encabezar la Fiscalía General de la República, que se designará en los próximos
días.
En su lugar llegaría
Alfonso Navarrete Prida, actual Secretario de Trabajo y quien ya se desempeñó
como procurador con Peña Nieto en los tiempos cuando fue gobernador del Estado
de México.
Entre otros
eventuales cambios se habla también que Rosario Robles, actual secretaria de
Desarrollo Social, dejará su cargo para contender por un cargo de elección
popular en la elección del 2015.
UNA GIRA A LA REALIDAD
El presidente estuvo
la última semana fuera de México, cuya sociedad está movilizada por la
desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.
En China participó
en la 22 Cumbre de Líderes de las Economías del Foro de Cooperación Económica
Asia-Pacífico, donde sostuvo encuentros con Barack Obama y Xi Jinping.
También participó en
Australia en la Cumbre G-20.
El viaje al
extranjero del mandatario mexicano no aminoró la primera crisis política y
social que enfrenta su mandato desde el 1 de diciembre de 2012 que tomó
protesta.
El fin de semana, en
una conferencia de prensa se refirió a los últimos acontecimientos ocurridos en
México.
El presidente hizo
un llamado a la paz, al diálogo y evitar los hechos violentos que han salpicado
las últimas movilizaciones.
Entre otras cosas,
sobre la convusionada situación social, el mandatario recordó algo que parecía
olvidado cuando señaló que mantener el estado de derecho y hacer cumplir la
ley, es responsabilidad de los tres órdenes de gobierno, y que todos deben
cumplir con ella.
“Queremos convocar
al orden, a la paz, hemos o se han establecido distintas mesas de acercamiento
y de diálogo para dar atención a los grupos, para convocarles al orden sobre
este momento”, comentó Peña Nieto.
“Espero que no sea
el caso de lo que el gobierno tenga que resolver, y no lleguemos a este extremo
en tener que hacer uso de la fuerza pública”.
En México, las protestas
por los estudiantes desaparecidos siguen registrándose todos los días y se han
extendido a estados como Michoacán y Oaxaca, encabezadas principalmente por los
maestros disidentes y padres de los normalistas.
Las manifestaciones
cada vez se tornan más intensas y violentas. En la última semana manifestantes
quemaron la puerta de Palacio Nacional, tomaron el Aeropuerto Internacional de
Acapulco, realizaron bloqueos de las principales carreteras en Oaxaca e
incendiaron las sedes de los poderes de Guerrero.
Para este jueves 20
de noviembre los estudiantes están convocando a una manifestación
multitudinaria que ahora irá acompañada de un paro nacional.
La protesta está
considerada por las autoridades de alto riesgo y se espera que grupos
anarquistas vuelvan a intentar reventar la manifestación como ha ocurrido en
las últimas protestas.
Este fin de semana
la comunidad estudiantil se agitó más cuando elementos de la Procuraduría
capitalina que realizaban una investigación de un robo de un teléfono celular
irrumpieron en Ciudad Universitaria y balearon a un estudiante en un
enfrentamiento.
El hecho provocó
disturbios dentro de Ciudad Universitaria y hasta el intento de tomar la
Rectoría de la UNAM por parte de estudiantes inconformes por el operativo policiaco.
EL PAÍS SIGUE AGITADO.
La tragedia de
Iguala y sus repercusiones obligan hoy a Peña Nieto a actuar con más firmeza y
urgencia.
Sus dos antecesores
en el cargo –Vicente Fox y Felipe Calderón– también enfrentaron crisis
políticas antes de llegar a las elecciones de mitad de su sexenio, lo que
parece obligar al actual mandatario a dar un golpe de timón como señal de
normalización y fortalecimiento de la gobernabilidad para los mexicanos.
Hoy quizá Peña tenga
una desventaja: mediáticamente, la crisis que enfrenta parece más grave que
aquellas con las que tuvieron que lidiar, en su momento, Fox y Calderón.
MÉXICO EN LOS OJOS DEL MUNDO
En los dos primeros
años de gobierno a cargo de Enrique Peña Nieto, el impulso reformador fue bien
visto a nivel internacional.
No solo eso, el
paquete de reformas estructurales promovidas por el mandatario generó altas
expectativas y colocaron a México en plano de interés internacional.
Sin embargo, el país
parece descomponerse.
Por aún, la debacle
del “Mexican Moment” no es exclusiva del país. El escepticismo internacional
ante la crisis que se vive en México se recrudeció. Por ello, la importancia de
que el presidente Peña Nieto asistiera a la cumbre de la APEC en China y a la
del G-20 en Australia.
No asistir al foro
económico que representa el 60 por ciento del PIB mundial podría haberse mal
interpretado. Un atrincheramiento simbólico por parte de el presidente hubiese
sido una señal de que la situación es muy grave. Y puede serlo, pero la
estrategia de contención de crisis también radica en el contexto
comunicacional.
Por otro lado, la
asistencia de Peña Nieto a las cumbres económicas también tendría el sólido
propósito de encarar la situación frente a los jefes de Estado más prominentes
del mundo y de la prensa internacional.
OPERACIÓN CONTROL DE DAÑOS
Ha sido bien
documentado por analistas políticos e internacionalistas que una de las
políticas más exitosas del Gobierno Federal ha sido el manejo de la política
exterior.
Las principales
potencias mundiales vieron en México una oportunidad explotable de largo plazo.
Los países
asiáticos, árabes y europeos detectaron que las reformas representaban progreso
y un valor agregado que convertían al país en un atractivo económico.
Pero tal y como las
reformas estructurales en México tuvieron una proyección internacional a gran
escala, el caso de Ayotzinapa también ha colocado al país en el ojo del huracán.
Las presiones
nacionales e internacionales arreciarán conforme el caso de los jóvenes
normalistas permanezca en una especie de limbo.
Las llamadas de
atención y las voces que exigen rendición de cuentas por parte del gobierno
mexicano se acumulan y provienen ya de los jefes de Estado de países
considerados como aliados de México.
La operación para
replantear la política exterior bajo la administración de Peña Nieto inició
cuando este era todavía presidente electo.
Y fue sagaz en
reposicionar al país en el plano mundial tras el estancamiento diplomático que
produjo la denominada “guerra con el narcotráfico” del sexenio pasado.
Hoy, la operación
diplomática es de control de daños. Frente a los jefes de Estado más prominentes
del mundo
UNA CRISIS POSTERGADA
En el caso mexicano,
se trata de una crisis que se había postergado.
La acumulación de
una serie de factores que han generado malestar sociales desde hace décadas
aunada al contexto delictivo y a la transformación institucional del sistema
político mexicano.
Se trata de una
crisis que llega en un momento en el que el país parecía -en ojos de la
comunidad internacional- despegar y consolidarse como emergente, sólido y
estable.
Un país que parecía
ir superando el fenómeno delictivo y de violencia.
Para el principal
socio comercial de México (Estados Unidos) el escepticismo internacional y el
espasmo por el que atraviesa la república podría serle benéfico.
O al menos, no es
algo que tenga preocupado al inquilino de la Casa Blanca y su administración.
El “coqueteo”
diplomático de México con países como China no converge con los intereses de
Estados Unidos.
China por su parte,
vio en México una ventana de oportunidad singular.
La segunda economía
más grande de Latinoamérica, el segundo socio comercial de Estados Unidos con
el que comparte 3 mil kilómetros de frontera.
Si algo no se puede
ignorar, es que la súbita cancelación del contrato otorgado a China Railways
para la construcción del tres México-Querétaro no se habría dado solamente en
un momento de análisis sobre las implicaciones legales y políticas, si no en
que Estados Unidos con la enorme influencia que tiene en México, podría haber
hecho presión para la revocación del contrato.
Y si bien es cierto
que la relación bilateral México– Estados Unidos pasa por una cuesta ante el
posicionamiento del Gobierno Federal sobre los términos de cooperación en
materia de seguridad, no menos cierto es que son más los intereses de México
con Estados Unidos que con China.
EL ESCEPTICISMO CONTAGIOSO
La apertura del
sector energético y de las telecomunicaciones atrajo la atención de un variado
espectro de países.
Desde Medio Oriente
hasta Asía y Europa, cada día son más los interesados en invertir en México.
Sin embargo, la
seguridad de esas inversiones debe estar garantizada. Un país políticamente
inestable no es óptimo, y medir la probabilidad de que una crisis sociopolítica
escale es poco fiable.
La comunidad
internacional ve en México un país con una amplia legitimad política y
económica, pero la incertidumbre sobre el desahogo de la crisis, crea
escepticismo, el cual es contagioso y muchas veces difícil de erradicar.
Ahora bien, las
principales potencias mundiales ven en México un país rico y con potencial.
Pero también a un país que no se decide a participar de lleno en el debate
internacional.
Los posicionamientos
de México -si bien históricamente han sido un tanto neutrales- continúan siendo
vagos.
Por ejemplo, México
no condenó, pero tampoco apoyó la adhesión de Crimea a la Federación Rusa.
México es signatario
del tratado de la no-proliferación nuclear y aún así ha sido incapaz de dar un
posicionamiento firme y claro sobre el programa de energía nuclear de Irán.
En el Medio Oriente,
México no hizo un pronunciamiento sobre la guerra civil en Siria. Y ahora, ante
los alegatos de congresistas estadounidenses sobre supuestos informes de
inteligencia que revelarían planes de la ISIS para penetrar células terroristas
a Estados Unidos a través de la frontera el país tampoco se pronunció.
En ojos de los
principales potencias mundiales hoy México es un país joven con gran potencial
económico, pero que esta inmerso en un ciclo vicioso de problemáticas internas
que lo retienen y frenan.
Y por otro lado,
también ven a un país que no está decidido a comprometerse en los temas
difíciles de orden internacional. Ya sea terrorismo, ciberterrorismo, derechos
humanos en Venezuela, compras militares de Brasil, migración, la problemática
Palestino-Israelí, Libia, disputa por en el Mar del Sur de China, con quienes
México participa en los ejercicios navales del Rin del Pacifico entre otros.
Pareciera que el
país quiere el reposicionamiento a nivel internacional sin compromisos
geopolíticos.
(ZOCALO/ Reporte
Índigo/ 18/11/2014 - 02:07 PM)
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