Fuerzas
federales y militares exponen una lucha a muerte entre células del Cártel de
Sinaloa y de la organización delictiva “Los Mazatlecos”, vinculados al Cártel
de los Beltrán Leyva y “Los Zetas”
En
La Paz se enfrentan el Cártel de Sinaloa, el de los Beltrán Leyva y quienes en esta nueva lucha por el poder,
van en alianza con “Los Zetas”.
Las
primeras conclusiones del crimen del líder de las Fuerzas Especiales de “El
Pantera”, Esteban Espinoza Velázquez; de su escolta, Alberto Montero Lizárraga
“El Betillo”; y el que pretendía ser instalado como nuevo jefe de la plaza del
narcomenudeo en La Paz, Enrique Urquiza Portillo “El Ferrari”, apuntan a una
traición y ruptura dentro del Cártel de Sinaloa.
Según
las investigaciones, “El René” y “El Pepillo”, otros cabecillas del Cártel de
Sinaloa traicionaron a la organización delictiva, al coludirse con policías
estatales y ministeriales y asesinar a integrantes del grupo criminal el 31 de
julio de 2014, en el Kilómetro 8.4 de la carretera a Los Planes, después de
enterarse que habría cambios en la plaza; luego, negociaron y pasaron a formar
parte de la célula criminal de “Los Mazatlecos”, una estructura delictiva al
servicio de los Beltrán Leyva y de “Los Zetas”, para tomar el control del
narcomenudeo de La Paz y de Los Cabos, lo que detonó una lucha a muerte que se
ha visto reflejada con los asesinatos de los últimos treinta días.
La
guerra de narcos ya había sido advertida desde hace más de un año al gobernador
de Baja California Sur, Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, y al entonces
secretario general de Gobierno, Armando Martínez Vega, cuando recibieron
nombres y apellidos de policías, mandos policiacos y colaboradores cercanos a
su círculo de seguridad involucrados con el crimen organizado.
Sin
embargo, no se tomaron medidas y tampoco hubo predisposición de despedir y
mucho menos presentar ante la justicia a los señalados. Por el contrario,
únicamente se hicieron reacomodos dentro del aparato gubernamental; unos fueron
enviados a la Coordinación de Giras del gobernador, otros más a la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE), y el resto se quedó en la Subsecretaría
de Seguridad Pública Estatal (SSPE).
Todavía
el día del crimen de Esteban Espinoza Velázquez “El Pantera”, el 31 de julio,
el nuevo secretario general de Gobierno del mandatario estatal, Andrés Córdova
Urrutia, aprobó el nombramiento de una parte de la lista de señalados, con la
complacencia de la subsecretaria de Seguridad Pública Estatal, Martha Cecilia
Garzón López:
* Jesús Rahgner Torres Moreno, nombrado
comisario de la Policía Estatal Preventiva.
* Fernando Guadalupe Ramírez Martínez,
asignado subcomisario operativo de la Policía Estatal Preventiva.
* Luis Alberto López López, designado
como director general de Prevención, Ejecución y Reinserción Social.
Desde
el inicio, “los nuevos mandos operativos agarraron partido con el bando de ‘Los
Mazatlecos’ y dieron la orden de no detener a vehículos de los vendedores de
droga, y casualmente, desintegraron al Grupo Especial Operativo de la Policía
Estatal Preventiva, responsable del combate al narcomenudeo, el cual había
estado capturando a connotados narcomenudistas como Miguel Ángel Vega Ramírez
‘El Gordo Vega’, Noé Fregoso Sosa ‘El Hitler’ y Óscar Anaya Gutiérrez ‘El Señor
de los Cerros’”, se informó.
Anteriormente
cuando Adonaí Carreón Estrada dejó el 31 de marzo de 2014 el cargo de
subsecretario de Seguridad Pública Estatal para integrarse como nuevo
procurador general de Justicia del Estado, el director de la Policía
Ministerial del Estado, Francisco Javier Camacho Manríquez, reactivó y colocó en
puestos clave a policías cuestionados y vinculados con grupos delictivos. Como
el actual subdirector de la Policía Ministerial, Martín Álvarez Savín, y los
comandantes Francisco Martín Güereña Escobar, Juan María Flores Álvarez y David
Martínez Castillo “El Tanguera”, ahora en una lista negra.
En
medio de esta lucha, el gobernador Marcos Covarrubias quedó atrapado en la
línea de fuego, porque “desafortunadamente los responsables de pactar el
reacomodo desde las altas esferas de gobierno, no supieron maniobrar los
cambios, se complicaron las cosas y el crimen organizado se salió de control, a
tal grado que comenzaron las matanzas”. Entre éstas, la del oficial de la
Policía Estatal Preventiva, Carlos Miguel Calderón Hinojosa “El Birolo”, quien
apenas el 31 de julio había dejado su cargo en la Coordinación de Giras del
gobernador, para ingresar a la Subsecretaría de Seguridad Pública Estatal.
De
acuerdo a la investigación, el asesinato fue tomado “como un mensaje al
gobierno de Baja California Sur”.
Como
una alerta quedó la captura de cinco sicarios detenidos la madrugada del 26 de
agosto en una gasolinera de la carretera Cuatro Carriles en La Paz, cuando
merodeaban la casa del subdirector de la Policía Ministerial del Estado, Martín
Álvarez Savín, y la del gobernador Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor.
Los
sicarios traían en su poder tres pistolas Pietro Beretta 9 milímetros con
cuatro cargadores, y circulaban a bordo de un vehículo Nissan Tsuru 1993, color
negro, sin placas de circulación.
EL CRIMEN DE “EL BIROLO”
La
mañana del 23 de agosto, la estructura operativa de la PGJE y de la
Subsecretaría de Seguridad Pública Estatal se cimbró cuando se supo de la
ejecución del agente de la Policía Estatal Preventiva, Carlos Miguel Calderón
Hinojosa “El Birolo”.
Aproximadamente
a las ocho de la mañana, la víctima, de 39 años de edad, salió de su casa y se
subió a su vehículo color uva, tipo Nissan. Testigos refieren que un pistolero
llegó hasta la ventana del piloto y realizó tres disparos en la cabeza del
elemento, para luego salir corriendo y abordar un vehículo que se marchó a toda
velocidad.
Las
detonaciones de arma de fuego despertaron a la mayoría de los vecinos de la
calle Encino, casi esquina con Algodones del fraccionamiento Villas del Encanto,
quienes dieron aviso del ataque armado al C-4.
Hasta
el sitio llegaron policías municipales, ministeriales y estatales, además de
las fuerzas armadas. Casi a la par del asesinato, un helicóptero de la
Secretaría de la Marina sobrevolaba la zona para ver si por aire podía detectar
la unidad de los sicarios, un automóvil compacto Honda color negro, sin
embargo, eso no sucedió. Es la primera vez que una aeronave es usada en un
operativo de búsqueda.
En
la escena del crimen, la PGJE encontró tres cartuchos percutidos de pistola
calibre 45, y en el cuerpo de la víctima, tres heridas de bala: una en la mano
izquierda y dos en la cabeza, cuyas ojivas todavía estaban alojadas en el
cráneo.
La
esposa de la víctima relató que el difunto iba a practicar cuando fue atacado
por un pistolero, el cual era resguardado por otro individuo arriba del
vehículo con el que se dieron a la fuga.
El
asesinato del oficial de la Policía Estatal Preventiva se interpreta como un
mensaje enviado al gobierno de Baja California Sur, porque la víctima estuvo
hasta el 31 de julio en la Coordinación de Giras del gobernador.
“El
Birolo” había sido rescatado y reclutado por el coordinador de giras del
gobernador, Irineo Martínez Ordaz, después de que el 20 de marzo de 2012, fuera
cesado por el entonces procurador general de Justicia del Estado, Gamill
Arreola Leal, por haber reprobado el examen de control y de confianza, entre
una lista de 117 policías ministeriales, entre ellos veinte comandantes.
A
la fecha los pistoleros no fueron detenidos, y la investigación sigue en
proceso.
LAS REACCIONES
A
raíz del homicidio de Calderón, en
conferencia de prensa realizada el 25 de agosto, el gobernador Marcos
Covarrubias declaró: “Hay preocupación de la ciudadanía, porque se han
presentado casos que anteriormente no se habían presentado, y podemos decir que
la mayoría de los involucrados, de acuerdo a los expedientes, son familias que
vienen de fuera, quienes han presentado conductas antisociales y cuyos
comportamientos distan muchos de quienes tienen años viviendo en Baja
California Sur”.
Reconoció
que los indicios que tienen hasta este momento permiten suponer que “los
crímenes se tratan de hechos relacionados con delincuencia organizada”, por lo
que la PGJE y la PGR, trabajan en conjunto para que el Gobierno Federal atraiga
las investigaciones.
Covarrubias
Villaseñor estuvo acuerpado por el llamado Grupo de Coordinación de Seguridad
Pública, integrado por la SSPE, PGJE, PGR, Secretaría de la Defensa Nacional
(SEDENA), Secretaría de Marina (SEMAR), Policía Preventiva y el Centro de
Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
Durante
el encuentro con la prensa, el mandatario estatal externó que el Grupo de
Coordinación de Seguridad Pública “de ninguna manera desestima los sucesos, por
el contrario, si un solo caso se hubiera presentado, y si una sola vida se
hubiera perdido, tuviera la misma atención de todas las instituciones”.
Sin
embargo, pidió evitar exageraciones: “No le demos a Baja California Sur una
imagen que no se merece, es muy común que cuando sucede un hecho lamentable de
esta naturaleza, por el mismo nervio, a través de las redes sociales, empiezan
a escucharse disparos y persecuciones que no existen. El hecho de escuchar una
sirena, termina alterando aún más el propio ambiente”.
De
igual manera, anunció que había
instruido al procurador de Justicia y a la SSPE iniciar con las investigaciones
sobre los policías involucrados en los hechos sangrientos.
A
pregunta expresa de los reporteros, de si actuarían legalmente en contra de los
agentes vinculados con el crimen organizado, Marcos Covarrubias guardó silencio
y cambio el tema.
Por
su parte, la presidenta estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD),
Rosa Delia Cota Montaño, condenó que “no es posible que el gobernador se haya
limitado a reconocer los hechos violentos como un reacomodo de los cárteles de
la droga por la plaza de La Paz, y en vez de hablar de un reajuste, tiene la
obligación de reunir a todas las instancias de gobierno municipal, estatal y
federal, y combatir a la delincuencia”.
En
tanto el líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Baja
California Sur, Juan Alberto Valdivia Alvarado, solicitó que el Gobierno del
Estado refuerce la seguridad para evitar un mayor brote de violencia, como está
sucediendo en otros estados.
“Estamos
a tiempo de evitar que el clima de inseguridad siga creciendo en un estado que
históricamente se ha caracterizado como de los más tranquilos y seguros”,
manifestó el dirigente.
El
senador priista Ricardo Barroso Agramont fue un poco más crítico. El 20 de
agosto presentó un Punto de Acuerdo urgente y de obvia resolución, donde
exhorta al Presidente de México y al gobernador de Baja California Sur, a
implementar acciones coordinadas para que bajo una estrategia integral, se dé
combate al clima de inseguridad por el cual atraviesa la entidad.
El
legislador comentó que tan solo el 16 y 17 de agosto, la PGJE reconoció el
registro de más de 80 disparos relacionados a ejecuciones en La Paz, “por eso
no debemos hacer oídos sordos, tomar cartas en el asunto y procurar acciones
positivas a favor de los ciudadanos del estado”.
Como
era de esperarse, la andanada de críticas contra el gobierno estatal tuvo una
respuesta del gobernador Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor: “La seguridad
no es un tema para politizar, es un tema de todos; trabajar, dar respuestas y
seguir buscando los recursos que permitan mantener la estabilidad, redoblar
esfuerzos y la coordinación”.
La
alerta
Aún
no había pasado un día de la rueda de prensa del gobernador Covarrubias cuando,
aproximadamente a las dos de la mañana del martes 26 de agosto, el Grupo
Jaguares de la Policía Ministerial del Estado capturó a cinco sicarios, justo
frente de su residencia.
Los
pistoleros habían sido denunciados vía llamada anónima al merodear la vivienda
del gobernador y la casa del subdirector de la Policía Ministerial del Estado,
Martín Álvarez Savín.
Aunque
oficialmente nadie reconoció el caso, según el parte informativo
correspondiente, el vehículo se estacionó por 30 minutos casi frente de la casa
del subdirector de la Ministerial, en la colonia La Esperanza II, y
repentinamente se fue a cargar gasolina a una estación ubicada sobre la
carretera al norte, frente a la vivienda de
Marcos Covarrubias.
Los
detenidos fueron encañonados con armas largas por policías, y en la revisión de
la unidad tipo sedán que abordaban, encontraron una pistola debajo del asiento
del piloto, y otra más, atrás del asiento del copiloto.
Según
el dictamen del armamento, se trató de tres armas Pietro Beretta calibre 9
milímetros, abastecidas con cuatro cargadores. Los detenidos fueron
identificados como Eusebio Orona Quiñonez, de 33 años; Teodoro Orona Quiñonez,
de 38; Rubén Adrián Ávila Quiñonez, de 27; Fausto Rodolfo Zavala Robles, de 37;
y Martín Octavio Burgueño Reyes. Este último no apareció en el parte
informativo, ni tampoco en fotografía oficial.
Según
datos de fuerzas federales y militares, los primeros cuatro fueron consignados
por el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo de las fuerzas
armadas, y consignados a la Agencia del Ministerio Público de la Federación de
la PGR; Burgueño Reyes fue consignado por ultrajes a las insignias de las
instituciones, delito por el que alcanzó fianza.
DÍA NEGRO
Aproximadamente
a las 3:48 de la tarde del martes 26 de agosto, el C4 recibió una llamada
anónima donde un sujeto con acento sinaloense reportaba que en la colonia La
Esperanza II, se escucharon disparos de arma de fuego; el portón de una casa
estaba abierto y había rastros de sangre.
La
alerta roja se activó. Todas las unidades de las policías Municipal, Estatal,
Federal y fuerzas armadas, se trasladaron hasta la calle Nautilus para
acordonar la vivienda. En el patio, los agentes de seguridad encontraron
huellas de sangre seca y esperaron la llegada del Agente del Ministerio Público
del Fuero Común y de la Dirección de Servicios Periciales. A la fecha no se ha
informado más del caso.
Al
día siguiente, en el poblado de Los Barriles, localizado entre La Paz y San
José del Cabo, una balacera mantuvo con el alma en un hilo a los habitantes de
la colonia El Ancón, a raíz de la persecución de un Tsuru color gris que
después fue abandonado con 17 impactos de bala calibre 7.62 milímetros, utilizado
por rifle AK-47.
Las
primeras investigaciones de la PGJE indican que el propietario del vehículo
baleado responde al nombre de Rosendo Jesús Acevedo, quien, según el mapa
delictivo elaborado por autoridades federales y militares, es una de las cabezas
del narcomenudeo en esa población turística.
Los
sicarios habían marcado el alto al presunto delincuente que se dio a la fuga,
pero fue alcanzado en una carretera de terracería donde se desató la balacera,
dejando 75 cartuchos percutidos. Acevedo alcanzó a bajarse del vehículo y se
introdujo entre la maleza, por lo que sus agresores huyeron con rumbo
desconocido.
De
acuerdo con el parte informativo, dentro del vehículo se encontraron diez
envoltorios de marihuana, un envoltorio con cocaína y algunos casquillos
percutidos.
Cuando
apenas se investigaba el caso, un nuevo hecho violento tuvo lugar en La Paz.
En
plena calle, y corriendo por las calles Isla Coronado y Bahía Asunción de la
colonia Miramar, un hombre descalzo, sin camisa y esposado de las manos, corría
en medio de la calle, solicitando auxilio y observado por decenas de gente que
a las 4:38 de la tarde, salía y regresaba de sus trabajos.
La
víctima fue interceptada por agentes de la Dirección de Seguridad Pública,
Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz, y subida a una patrulla para
su traslado a las oficinas de la corporación.
En
el trayecto, relató a los policías que estaba privado de su libertad y lo
llevaban a un sitio donde iban a matarlo junto con otras dos personas, solo que
logró escapar.
Los
policías lo cuestionaron y respondió que momentos antes había sido torturado
por “unos batos que llegaron de Sinaloa”, quienes le dijeron que la agresión en
su contra “era un mensaje de ‘El Pantera’”.
Luego
relató que él y dos de sus amigos estaban escondidos en una casa de la colonia
La Esperanza II porque tenían amenazas de muerte, sin embargo, sufrieron un
levantón y de ahí fueron llevados a una casa de seguridad. “Venían por todos
los putos traidores, fueran narcos, policías o funcionarios del gobierno,
porque pagarían cara la traición a la empresa”, dijo.
Según
el afectado, cuando iban en la cajuela de un automóvil se abrió la puerta, por
lo que se lanzó al suelo junto con un amigo. “Yo corrí hacia la ciudad, y él
hacia el monte. Corrí y corrí, y ya no volteé hacia atrás, hasta llegar a donde
había gente”.
Según
el plagiado, les habían” pegado una putiza en el monte”, supuestamente ahí
murió uno de sus acompañantes.
La
víctima solo recordó que los enterrarían atrás de la subestación de la Comisión
Federal de Electricidad del Bulevar Pino Payas, hasta donde más tarde llegó la
Policía Municipal de La Paz, Policía Ministerial y Policía Estatal Preventiva,
así como las fuerzas armadas.
El
lugar es un terreno baldío casi frente al nuevo fraccionamiento Fortalezza. De
acuerdo con la PGJE, allí se encontró una fosa clandestina con el cuerpo de una
persona del sexo masculino. Las investigaciones señalan que la persona tenía
entre 24 y 48 horas de haber sido asesinada.
El
sobreviviente declaró pertenecer a la célula delictiva de “Los Mazatlecos”,
vinculada al Cártel de los Beltrán Leyva y “Los Zetas”. El destino del otro
hombre se confirmó cuando llegó al Hospital General “Juan María de
Salvatierra”; se le localizó en las calles Bahía Grande y Bahía de Samanta,
Colonia Paraíso del Sol, específicamente en el parque de la colonia. Portaba
pantalón de mezclilla y huaraches color azul. Al cierre de esta edición,
todavía recibía atención médica.
Los
sobrevivientes responden a los nombres de Jesús Ernesto Tirado Palomares, de 20
años, y José Francisco Lizárraga Félix, de 24, ambos originarios de Mazatlán,
Sinaloa.
La
víctima que apareció en la fosa clandestina no ha sido identificada.
EL OPERATIVO DE LA MARINA
La
ola de violencia incontenible de los últimos días obligó a la Secretaría de
Marina, a preparar el Operativo Código Rojo. Al cierre de edición se recababa
la opinión de los mandos policiacos para diseñar y preparar una estrategia en
combate a la delincuencia que disputa el control de la actividad criminal en
Baja California Sur.
(SEMANARIO
ZETA BCS/ Investigaciones ZETA/ 02 de
Septiembre del 2014 a las 12:00:01)
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