MÉXICO,
D.F. (apro).- La violencia y el miedo entre la población volvieron a aparecer
en el estado de Michoacán la tarde del pasado miércoles, luego de que grupos
antagónicos del crimen organizado se enfrentaron en Uruapan.
En
la batalla sólo se registró un herido, pero dejó cuantiosos daños materiales y
causó pánico entre la población.
Este
nuevo incidente de violencia en plena calle echa por tierra el optimismo
oficial que pregona que la paz volvió a Michoacán. El último discurso en ese
sentido provino del titular de la Procuraduría General de Justicia del estado
(PGJE), José Martín Godoy Castro, quien hace cuatro días declaró que la
inseguridad está “bajo control en un 95%” y que la presencia de Los Caballeros
Templarios ha “desaparecido en un 98%”.
El
nuevo hecho de violencia se registró a las seis y media de la tarde afuera de
la capilla La Magdalena, en el barrio del mismo nombre. Casas habitación,
comercios y vehículos fueron alcanzados por los disparos que se prolongaron por
espacio de 15 minutos.
Tras
la balacera, elementos de la Policía Federal (PF), el Ejército y miembros de la
Fuerza Rural se movilizaron hacia el sitio del incidente, pero los agresores ya
se habían dado a la fuga.
Sólo
encontraron un vehículo presuntamente utilizado por los delincuentes. Dentro de
éste había una persona con vida que presentaba varias heridas de bala y fue
llevado a un hospital local, en calidad de detenido.
Pese
a los discursos triunfalistas de las autoridades, incluido el Comisionado para
la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo castillo, la
violencia no para.
El
mismo miércoles de la balacera, un vendedor de jugos fue asesinado balazos a
plena luz del día, afuera de la facultad de Veterinaria y Zootecnia de la
Universidad Michoacana, cuando se disponía a instalar su puesto.
La
víctima fue identificada por sus familiares como Azael, de 34 años de edad.
El
martes 16 de septiembre, un joven de 22 años, hijo de un notario fue hallado en
la cajuela de un auto BMW abandonado semicalcinado en una colonia residencial
en el Fraccionamiento Villas Lomas de Paraíso, en una exclusiva zona del sur de
la ciudad.
Los
servicios de emergencia recibieron una llamada de auxilio a las 06:00 horas de
ese día y cuando los bomberos llegaron, hallaron en la cajuela del auto el
cuerpo del joven, envuelto en cobijas y calcinado.
Ese
mismo día, una pareja de jóvenes fue baleada mientras transitaba por una
avenida principal, en la colonia Lomas de Guayangareo, al oriente de la capital
michoacana.
Uno
de ellos, murió al llegar al hospital, mientras que el otro permanece en estado
delicado, debido a las lesiones de arma de fuego.
Además,
el pasado sábado 13 falleció el regidor Ismael Gutiérrez, del municipio de
Tiquicheo, a consecuencia de 10 impactos de bala que recibió cuando fue atacado
por un grupo armado la semana pasada en su domicilio y frente a su familia.
(PROCESO
/ LA REDACCIÓN/ 18 DE SEPTIEMBRE DE 2014)
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