Desde
hace rato se sabe que los políticos y sus partidos, se encuentran cada
vez más divorciados de quienes dicen representar y de quienes se deben,
es decir los ciudadanos en general, o como antes se manejaba
discursivamente: el pueblo, la nación, el país, etc., etc.
Por
eso la gente que se dedica a la polaca, en más o menor grado, que los
policías y los MPs, son los que menos confianza generan en el respetable
y tal apreciación no es nada gratuita. Con creces se han ganado la
sospecha de quienes se supone sirven, por eso la ley les concede el
título de servidores públicos a quienes ejercen una función de gobierno.
El
reconocido politólogo Juan Poom Medina, ha venido sosteniendo que un
obstáculo para el cambio en México es que no han cristalizado los
cambios en las estructuras de poder, lo que ha provocado la persistencia
del autoritarismo, lo que se ha traducido en ver a la política
pragmática en una ventana de oportunidad para ciertos grupos, en lugar
de que la política se convierta en definiciones y soluciones de los
problemas. “¿Ta´claro?”, diría Florentino.
¿Al servicio de quién?
Llama
la atención la tranquilidad, el descaro o el franco cinismo con el que
cada tres años, en las piscas electoreras, personajes de diversa estofa
afloran a la luz pública con intenciones políticas de aspirar a la mano
de Doña Leonor.
Hoy
como ayer, empiezan a circular en los medios rostros con su mejor cara y
nombres –ahí quien sabe que tan buenos— dispuestos a rajársela y
sacrificarse por la raza de bronce. Entonces vemos a políticos en
funciones o aspirantes a serlo decididos a jugársela por el bien común
en los comicios en puerta y si es con la venía de los padrinos de los
clanes políticos, más que mejor.
Y
así figuran en lo local un José Luis León Perea a pesar del pizzaso, un
inventado Luis El Gato Bárcenas, Susana Corella Platt, el polémico
alcalde Otto Guillermo Claussen Iberri, Ramón López Meza, el Chimpitas
Germán Uribe Corona, Manuel Ibarra Salgado y demás fauna priísta
dispuestos a rifársela por el tricolor; un infartado José Bolaños Castro
coqueteando con Los Diablos del PRD léanse Oliver Flores y Santiago El
Yito Margarito, ambos con beca del New Son, para lanzarse al ruedo con
los colores solaztequinos; un Marco Antonio Ulloa Cadena que busca
alguna candidatura por el PT o quien se deje. Sonaban incluso Sara Valle
Dessens, José Ramón Uribe Maytorena, como posibles candidateables por
las izquierdas. En el PAN el tiro está entre Manuel Villegas, el
Villeguitas y Lorenzo Lencho Décima Dworack, ambos con gran movimiento
de gente y mejor padrino. A Alberto Albín también le atraía buscar la
local, al igual que a Carlos González Nemer, hombre de todas las
confianzas de Roberto Dagnino. En algún momento las aspiraciones
electorales del delegado Juan Pedro Montijo, provocó malestar entre los
grupos panistas porteños.
Primeros choques…
La
detención por órdenes “superiores” de miembros del movimiento de pinta
bardas “365 razones para no votar por el PRI”, una organización
filopanista por parte de la policía municipal, ha vuelto a poner en
evidencia la utilización política de la corporación gendarmeril por
parte del alcalde Claussen y sus allegados, como fueron los casos de
intervención de jefes policíacos y al menos un elemento en la embichada a
Omar Núñez Caravantes a instancias del exsecretario particular del
presidente municipal, el prófugo de la justicia Eduardo Chapo Gaxiola y
el uso de patrullas y recursos públicos en la entronización de la hija
del director de Desarrollo Social de la comuna Víctor Pérez Ascolani en
el FJR, un personaje de la vieja guardia priísta, de esos que Carlos
Cacho Zaragoza, cuando dirigía la organización “Yo con Bours”
consideraba obsoletos y “decrépitos”. Así lo decía sin empacho, aunque
se llevara entre las patas al tío Marco Antonio Llano.
El
reventón --con apoyo policíaco y esquiroles alquilados-- de la protesta
de los sindicalizados que mantenían en palacio es parte del uso
faccioso antes señalado.
Los
choques PRI-PAN, se ven reflejados en los diferendos
Profepa-CEA-Ayuntamiento, en donde han salido a relucir según Marco
Antonio Ahumada, trabajos mal hechos por constructoras avaladas por el
alcalde guaymense, lo que “ameritó” --show de por medio— la intervención
del contralor Héctor El Maizenas Hernández, para “investigar” los
hechos. El “fiscal del yerro” no escatima esfuerzos para salvar la cara
de su patrón.
Al
interior del PRI va a arder Troya cuando la imposición de El Gato
Bárcenas en la CNOP, fue visto como una amenaza para las ambiciones de
León Perea, cuando es sabido el minino cuenta con militancia en el
partido y mucho menos trayectoria política. Por eso el grupo del
exalcalde Antonio Astiazarán, con su escudera la regidora Karla Neudet
velan armas a la expectativa. Por lo pronto Jesús Aguirre, otro miembro
de la cofradía hace de las suyas en el programa Oportunidades al imponer
a priístas como vocales, con el disimulo de Lorena Garibay, pues la
Sedesol de la Chayo Robles Berlanga, es el brazo electoral del
peñanietismo y cuyo objetivo es restar clientelismo al perredismo en el
DF y a otras fuerzas en el resto del país.
Si
en política las coincidencias no existen, los reacomodos,
enfrentamientos y forcejeos que vemos es síntoma inequívoco de que en el
tablero de la política local, empiezan a acomodarse las fichas para
encarar el reto comicial del año que viene en una guerra en donde la
ética no estará presente.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna la Viña del Señor/ Viernes, 20 de Junio de 2014 07:14 )
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