
Pero no para esos cientos de peces, que un día después del descubrimiento del derrame comenzaron a flotar sin vida en las lagunas, mientras otros, en las orillas, intentaban aún sobrevivir. Las tortugas vieron mermados sus espacios y las aves, prácticamente sus alas cortadas, mojadas con el aceite que les impide levantar el vuelo.
El ecosistema de peces, tortugas, patos, aves, fue alterado y la vida alrededor de las lagunas también.
Primero fue la sorpresa y después el temor de los lugareños, sobre todo en una zona que vive del campo y el agua es fundamental para los cultivos.
Entonces llegan los aditamentos, los aisladores, las bombas de extracción, las muestras y los trabajos de limpieza. Salvar el cuerpo de agua era el objetivo y las especies que aún sobrevivían, también.
Parte de la meta se ha estado cumpliendo: las lagunas se están regenerando con los trabajos de mitigación aplicado y se espera que continúe hasta quedar completamente sana.
Y aunque el olor aún permea en la zona, ya hay animales que han regresado a este su ecosistema, los que viven en el agua y los que visitan desde el aire.
Pero ese olor, el que ha significado la muerte para diversas especies, aún está, recordando el peligro que ha significado durante estos meses.
(NOROESTE/LUIS BRITO, IVÁN CONTRERAS Y HÉCTOR PARRA /FOTOPERIODISTAS/ 7 DE JUNIO 2014)
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