MÉXICO,
D.F. (apro).- El alcalde perredista de Cuetzala del Progreso, Feliciano
Álvarez Mesino, fue declarado hoy formalmente preso por su probable
responsabilidad en la comisión del delito de delincuencia organizada en
su modalidad de secuestro.
Luego de que el Juez Noveno en el
estado de Guerrero resolvió su situación jurídica, el indiciado fue
ingresado al Centro federal de Readaptación Social número 3 Noroeste,
ubicado en Matamoros, Tamaulipas.
Álvarez Mesino fue detenido el
pasado martes 8 a las 12:40 horas en las inmediaciones de una
gasolinería ubicada en Iguala, sobre la carretera federal que conduce al
municipio de Cocula.
El edil regresaba de la capital guerrerense
donde despacha desde este año y se dirigía a Cuetzala del Progreso,
municipio enclavado en la convulsionada zona norte de la entidad, en
compañía de su esposa, su hijo de seis meses y un tío político, a bordo
de una camioneta Nissan gris, placas de circulación HD-20102.
Mesino
iba escoltado por seis policías estatales que a principios de marzo le
fueron asignados por el gobernador Ángel Aguirre, cuando fue
interceptado por al menos 10 agentes federales que se desplazaban en dos
camionetas Suburban, quienes le mostraron al edil una orden de
aprehensión librada desde el 31 de diciembre de 2013 por el delito de
“delincuencia organizada”, misma que se encuentra relacionada con la
causa penal 31/2013, informaron fuentes oficiales a Apro.
Según
la Procuraduría General de la República (PGR), al inculpado le
aseguraron tres vehículos, y se le atribuye pertenecer a una
organización delictiva dedicada a cometer de manera permanente delitos
de secuestro en los estados de México, Guerrero y Michoacán.
Esta es la primera detención de un presidente municipal luego de que Proceso
dio a conocer, en el reportaje “Guerrero: muchas armas listas para
disparar”, publicado el 28 de diciembre de 2013, que la PGR estaba
investigando al menos a 15 alcaldes por sus presuntos nexos con el
narco.
El sumario de ese texto señala: “La red de corrupción en la
cual participan autoridades de los tres niveles de gobierno agravó la
situación de los guerrerenses, ahora atrapados entre la delincuencia
organizada, los alcaldes vendidos al narco y los gobiernos estatal y
federal, que van de la indolencia a la sospechosa ineficacia en el
combate a la inseguridad. El resultado: la proliferación de las
autodefensas comunitarias, la represión a las mismas por el Ejército y,
en consecuencia, más tensión en una entidad con muchas armas listas para
disparar”.
El alcalde perredista de Cuetzala forma parte de la
corriente política denominada Grupo Guerrero que dirigen David Jiménez
Rumbo y el actual presidente estatal del PRD, Carlos Reyes Torres, quien
junto a su hermano, el edil de La Unión Crescencio Torres, han sido
vinculados con el líder del grupo delictivo Los Caballeros Templarios,
Servando Gómez La Tuta.
Desde que inició su administración
en octubre de 2012, Feliciano Álvarez señaló que era acosado por la
delincuencia y denunció públicamente al menos cuatro atentados en su
contra de los cuales salió ileso y por eso se refugió en Chilpancingo.
Incluso,
en abril de 2013, un comando irrumpió en la cabecera municipal de
Cuetzala y “levantó” a una decena de policías que, posteriormente,
fueron localizados ejecutados en una casa de seguridad en Iguala.
Los
alcaldes de la zona norte y la región de Tierra Caliente han sido
exhibidos públicamente por sus presuntos nexos con la delincuencia o
sometidos por los grupos criminales que operan impunemente y mantienen
una brutal confrontación por el control de esta emblemática zona del
narcotráfico en Guerrero.
/17 de abril de 2014)
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