miércoles, 20 de noviembre de 2013

ESPACIO FUE INSUFICIENTE PARA VELAR LOS 8 CUERPOS




Ninguna funeraria tuvo el espacio para suficiente para velar a toda una familia asesinada. Los parientes, amigos y vecinos iban de un lugar a otro para estar con todos las ocho víctimas del multihomicidio ocurrido el domingo.

En un espacio aguardaron dos cuerpos; en otro, los seis restantes.

El cuerpo de la pequeña Valeria Lara Castañeda de apenas cuatro años de edad, en su féretro color rosa, estuvo cerca del de su madre, Rosa María Castañeda Morales, de 28 años… la mujer, recostada en ese pequeño espacio color blanco.

Descansan juntas, mientras que afuera decenas de seres queridos y amigos fungen como celosos guardianes e impiden el paso a extraños. En otro extremo de la ciudad, es velado el resto de familia.

Entre las decenas de personas, un joven con un traje color verde. Sus ojos enrojecidos y la boca seca.

Por varios minutos intentó mostrar fortaleza, pero no lo logró. Es uno de los hijos de María del Carmen Morales Infante. Llora mientras sus demás familiares lo abrazan.

“No puedo hablar”, dice con lágrimas en los ojos. Pide privacidad.

En la capilla de la Funeraria Ríos, ubicada en las calles Piña y Centeno no hay arreglos florales, ni imágenes religiosas.

En el exterior del local, los miembros de la congregación de los Testigos de Jehová se han organizado y llevan alimentos que comparten entre todos.

Entre los asistentes se observa que integrantes de la familia victimada van y vienen. En la funeraria ubicada en la calle Centeno velan a madre e hija; mientras que en la de la calle Guadalupe Victoria y Ramón Rayón, en Zaragoza, se encuentra el resto de las personas asesinadas a cuchilladas la madrugada del domingo.

“Sí vamos a hacer un servicio religioso privado, en la Fiscalía General del Estado nos dijeron que no habláramos con la prensa”, dice una joven que pidió a reporteros y fotógrafos se retiraran del lugar.

Cerca se observaba al personal de sicología de la Unidad de Atención a Víctimas que instó a los deudos a rechazar a los representantes de los medios de comunicación en el servicio funerario.

“Nosotros confiamos en la justicia de Dios, esa llegará”, dijo una mujer mayor que reiteró la posición de los integrantes de esta congregación.

Esta miércoles por la mañana será sepultada la familia en un panteón municipal. Las últimas instrucciones de los deudos era que los ocho quedarían en el mismo cementerio, ya que inicialmente se había dicho que Rosy y su hija Valeria serían trasladadas a su lugar de residencia.

(EL DIARIO, EDICION JUAREZ/ Luz del Carmen Sosa/  2013-11-20 | 00:45)

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