Saúl Alejandro Ramírez E.
El transportista
está sujeto a diversos a trámites costosos para que sus vehículos circulen en
territorio nacional y para cruzar la frontera. Sin embargo, son cuotas
establecidas a nivel nacional que resulta difícil modificar en beneficio del
prestador de servicio
El trabajo cotidiano
de un transportista, por lo menos en Baja California, está condenado a una
obsoleta burocracia que los afectados no
entienden del todo. Para que las llantas de un transporte de carga rueden en
carreteras del estado, primero tienen que sortearse una serie de trámites y en
el peor de los casos multas que, por supuesto, merman sus ganancias.
Los transportistas
relatan a ZETA el proceso burocrático con sus desgaste de tiempos y costos,
desde la gasolina, pagar por un gafete para los patios aduanales 5 veces más
del costo de impresión, la licencia, la expedición de placas, dar de alta
seguros, y realizar cada seis meses una inspección vehicular que no tiene mayor
seguimiento que el de operativos carreteros “temporales y programables”.
Pero los dueños de
las empresas de fletes no tienen otra opción. Deben seguir los procesos
ordenados tanto por la Administración de la Aduana como por la Secretaría de
Comunicaciones y Transporte, algunos sin costo en los Estados Unidos donde, por
ejemplo, se hace más de una revisión mecánica anual.
Un transportista que
tiene a su cargo 5 unidades, 2 camiones de carga y 3 panales –camionetas tipo
Van–, gana semanalmente por exportar o importar materia prima, alrededor de mil
450 dólares a la semana si consideramos que se hacen alrededor de 15 cruces
cotizados entre 90 y 110 dólares cada uno.
A una ganancia
mensual estimada en 71 mil pesos –según el tipo de cambio actual– habría que
restarle de entrada 20 mil pesos al mes por el concepto de gasolina y 24 mil de
nómina para sacar una ganancia bruta, sin considerar gastos variables y en
números cerrados, de: 27 mil pesos cada
30 días.
De lo restante hay
que sacar para los requisitos federales y aduaneros anteriormente referidos,
unos anuales y otros semestrales. Sobre el mismo ejemplo, este transportista
debe considerar anualmente 9 mil 700 pesos y 2 mil 450 dólares –30 mil 135
pesos– cada año en pólizas de seguro, también, 3 mil 700 pesos en placas
federales y estatales en México, y mil 420 dólares en láminas americanas –17
mil 466 pesos.
Pero también está el
costo de la verificación que es obligatoria cada seis meses, hay que pagar por
vehículo de carga 786 pesos y en caso de multa la cifra ascendería a 7 mil 771
pesos, cosa muy factible por la dinámica del negocio, según las consultas de
ZETA.
“Ya casi estamos
tablas con este negocio, por eso te digo que mes con mes que va subiendo la
gasolina, van bajando las ganancias para nosotros”, comenta un transportista y
agrega que de subir los precios de fletes para recuperarse el monto saldría del
rango de competencia entre el gremio.
Por su parte, la
subdirectora de transporte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en
Baja California, Sandra Berenice Ávila Piñuela, sostiene que son requisitos y
costos determinados en la Ley Federal de Derechos de la secretaría, mismos que
han mantenido sus costos desde diciembre del año pasado, “realmente no
considero que sea un cobro excesivo cada uno de los conceptos”, expresa.
GAFETE OBSOLETO
Y CARO
Cada chofer de transporte de carga debe contar
con un gafete que le permitirá el ingreso a los patios aduanales y la realización
de sus actividades ahí dentro, se requiere uno por cada recinto fiscal:
Tijuana, Mexicali, Tecate y Ensenada. Dicha identificación tiene vigencia,
independientemente de la fecha de expedición, hasta el 31 de diciembre de cada
año.
Según los
“Lineamientos para el trámite de gafetes de identificación en los recintos
fiscales y fiscalizados”, son 13 las agrupaciones autorizadas para su
expedición. En el caso de Baja California solo la Cámara Nacional de
Autotransporte de Carga A.C (Canacar) y la Confederación de Asociaciones de
Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM), pueden hacerlo.
Y aunque el apartado
2.3.10 de las Reglas en Materia de Comercio Exterior dicta que el precio final
de éste, no debe exceder los 60 pesos, en las agrupaciones autorizadas la
tarifa rebasa los 200 pesos.
Existen dos precios,
para agremiados y no agremiados, en Canacar son 200 y 350 pesos, mientras que
en la Asociación de Agentes Aduanales solo tiene un costo para no afiliados de
393 pesos.
Sin embargo, un
chofer entrevistado, expresó que ha pagado por el trámite alrededor de 60
dólares en una agencia aduanal, según su dicho, el argumento es una
“cooperación para mejorar los patios aduanales”, cosa no existente en los
reglamentos.
Entrevistado al
respecto, Alejandro González Guilbot, asegura que son 60 pesos por gafete lo
que se debe cobrar en Talleres Gráficos de México –únicos facultados para su
impresión– no obstante, sobre la diferencia de las cuotas reales, responde: “La
verdad que los desconozco porque son gastos que tienen ellos, de los cuales la
aduana no se entera, nosotros desconocemos, cuál es el costo”.
Refiere que su único
trabajo en el tema es recibir la documentación requerida, los gafetes impresos
–previamente gestionados y vendidos por las agrupaciones– y la oficialización
de éstos con su firma.
En todo caso podrían
actuar si hubiese queja de los transportistas o choferes: “se tomaría y se
analizaría para hablar con la administración”, pues refiere que son
lineamientos de aduana central.
Por su parte,
Alfonso Isaías Esquer Millán, delegado de Canacar en Tijuana, Tecate y Ensenada
argumenta que se trata de costo de impresión y gastos de operación, que Canacar
México es responsable de adquirir el cartón impreso, del traslado y la gestión
con los transportistas. Definió la responsabilidad como un “permiso incómodo”.
“Nosotros como
transportistas estuvimos en desacuerdo de que fuera ese el formato pero la
regla la pone aduanas no Canacar, entonces Canacar está siguiendo el requisito,
para facilitar las cosas a sus choferes agremiados y no agremiados, pues puso
una oficina de gestión de gafetes”, comenta a su favor.
Además, insiste en
que es necesaria la modernidad en estos procedimientos para ganar efectividad,
menores precios y mayor vigencia en el gafete, “me parece una aberración que el
gafete tenga que ser un cartón oficial, que lo tenga que firmar el chofer, el
transportista, el administrador cuando hay formatos electrónicos, en donde tú
aplicas en línea con aduanas y subes la información para que se valide…de
manera que el trámite sea más barato gasta menos en papel y menos en tantas
vueltas”.
FALTA DE
DISPOSICIÓN DE SCT
Anualmente SCT
recauda más de 29 millones en altas, bajas, multas y otros trámites
Por otro lado, está la renovación de licencias
de chofer de carga emitidas por la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Un requisito que para
librarse tiene que llevar de por medio un examen médico y un curso donde cada
dos años se ofrece el mismo conocimiento.
“Teoría y práctica,
la practica la da un mecánico, prácticamente son tráileres, si tú manejas un
camión más pequeño te dan el curso para tráileres grandes. Te dicen como
enganchar, desenganchar, revisarle presión a las llantas, todo eso que ya saben
muchos choferes”, menciona el transportista quejoso.
La licencia tiene
una vigencia de cinco años, no obstante, tanto el examen médico como el curso
deben hacerse cada dos años sumando 3 mil 396 pesos, tomando en cuenta que el
dictamen médico asciende a mil 620, el curso a mil 776 pesos.
Esquer Millán
explica que con anterioridad, estos procedimientos eran hechos directamente por
personal de SCT, sin embargo, ahora se cuenta con los servicios de terceros
especializados en el área médica y mecánica. Precisa que se trata de exámenes
completos, físicos y psicológicos que comparados con los costos de médicos
particulares, no se podría hablar de una alta tarifa.
No obstante,
coincide en que, en el caso del curso de mecánica, se trata de una “mala
disposición” de la SCT, pues sería prudente que para los choferes que ya hayan
adquirido cierto conocimiento se les ofertaran habilidades distintas, o que en
todo caso, al que demuestra la capacidad se le dé el certificado.
Verificación sin seguimiento constante
Después de haber sido un requisito anual, a
partir de julio del 2012, la revisión físico-mecánica y de contaminantes en el
transporte de carga adquirió el carácter de semestral, según consta en el
Diario Oficial de la Federación del viernes 29 de junio del mismo año.
En el documento
regulador además se emite una calendarización con la que, según el número de
placas, cada chofer asistirá a uno de los centros en el Estado concesionados
por la SCT: Tres en Tijuana, uno en Mexicali y otro en Ensenada.
Así, cada seis
meses, se pagan por vehículo 499 pesos de la inspección físico-mecánica y 287
por la de gases contaminantes, 786 pesos en total. Sin embargo, para hacer la
revisión, cada camión tiene un margen de dos meses semestralmente, y de haber
un día de retraso la multa llega a 7 mil 771 pesos –6 mil 476 mecánica y mil
295 contaminantes–. Esta última debe ser saldada en la SCT.
Consultada al
respecto, la subdirectora de transporte de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes en Baja California, Sandra Berenice Ávila Piñuela, refiere que los
costos ya están establecidos en la Ley de Derechos de la secretaría.
Sobre lo recaudado
por concepto de multas en la SCT dice no tener conocimientos, sin embargo, los
ingresos derivados por el concepto caen directamente a la secretaría para
“cubrir gastos de operación e inversión en tecnología y programas vinculados al
autotransporte”, según la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal.
De acuerdo con
Alfonso Esquer, es “muy factible” que los transportistas y choferes caigan en
retraso, la razón es que los estrictos periodos de revisión son cortos y por la
naturaleza de esta actividad laboral, a veces no es posible coincidir con los
tiempos.
“No puedes perder
tiempo productivo para que te inspeccionen el camión, y en ocasiones se te va y
no lo sacas porque el camión cuando fue, el centro no estaba disponible, y
cuando el centro está disponible el camión andaba de viaje”.
Además, explica que
el transporte de carga bajacaliforniano está sujeto a inspecciones del otro
lado de la frontera a cargo de la policía comercial de California, allá la
revisión se hace por lo menos dos veces al año en cuestiones de seguridad,
documentación y pesos permitidos, pero sin costo alguno, “se rigen por una
regla adicional que lo hace seguro por default”.
“Entonces nosotros
no necesitábamos que vinieran desde México para decirnos que cada seis meses
tienes que inspeccionar un camión, nuestros camiones ya estaban seguros, con
sus contadas excepciones como en cualquier parte no”, asevera el delegado de
Canacar.
Además de las multas
por retraso, existen otras sanciones que también superan los 4 mil pesos.
Faltos de tecnología en cuanto al almacenamiento de información se refiere, los
choferes están obligados a llevar consigo toda la documentación que los
acredite como transporte seguro y libre de contaminación, de no ser así serán
sujetos a pagar un costo por no traer un papel original en la guantera del
vehículo.
“Lo malo del asunto
es que la información no va a una base de datos de manera que se pueda revisar,
si el oficial te detecta con una inspección en copia o sin inspección, te va a
detener el camión, y te va a multar, te ponen la multa porque te agarraron sin
físico-mecánica. Está mal, si ya estamos en estos tiempos donde la información
es tan accesible a todos, suban la información a una base de datos, y el que
sea que te detecte que te vaya a inspeccionar, pues que acceda a esa base de
datos”, sugiere.
Donde hace más
hincapié el de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga, es la falta de
puntos de inspección a lo largo del Estado –solo hay uno en la carretera de
Mexicali a San Luis Río Colorado, Sonora, rumbo a la capital–, situación que
vuelve un absurdo la obligatoriedad de requisitos que pocas veces son requeridos.
“Si estamos hablando
de seguridad, al final del día creo que el gobierno de nosotros tiene que ser
en primer término la seguridad de los usuarios y de las carreteras por donde
andan los camiones, entonces desde esa perspectiva, pues es sano que el chofer
sea sujeto de un examen médico, es sano que esté capacitado, pero también es
necesario que el chofer sea revisado cuando está trabajando, no por el patrón,
porque su opinión puede ser parcial”, argumenta.
Por su parte, la
subdirectora de transporte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en
Baja California, Sandra Berenice Ávila Piñuela, sostiene que existen operativos
“temporales y programables” para, en coordinación con la Policía Federal, hacer
inspecciones físico-mecánicas y de “peso y dimensiones”.
“No podemos estar
diariamente, pero es a través de operativos para seguridad de las carreteras.
Por ejemplo, hace unos días tuvimos un operativo carretero de peso y
dimensiones aquí en la Salada y se estuvieron revisando las condiciones
físico-mecánicas de las unidades”.
(SEMANARIO
ZETA/ Saúl Alejandro Ramírez E. /agosto 19, 2013 12:00 PM)
Aduanas caras y engorrosas
Posted
agosto 19, 2013 12:00 PM by Saul Alejandro Ramirez E.
El transportista está sujeto a diversos a trámites
costosos para que sus vehículos circulen en territorio nacional y para
cruzar la frontera. Sin embargo, son cuotas establecidas a nivel
nacional que resulta difícil modificar en beneficio del prestador de
servicio
Los transportistas relatan a ZETA el proceso
burocrático con sus desgaste de tiempos y costos, desde la gasolina,
pagar por un gafete para los patios aduanales 5 veces más del costo de
impresión, la licencia, la expedición de placas, dar de alta seguros, y
realizar cada seis meses una inspección vehicular que no tiene mayor
seguimiento que el de operativos carreteros “temporales y programables”.
Pero los dueños de las empresas de fletes no tienen otra
opción. Deben seguir los procesos ordenados tanto por la Administración
de la Aduana como por la Secretaría de Comunicaciones y Transporte,
algunos sin costo en los Estados Unidos donde, por ejemplo, se hace más
de una revisión mecánica anual.
Un transportista que tiene a su cargo 5 unidades, 2
camiones de carga y 3 panales –camionetas tipo Van–, gana semanalmente
por exportar o importar materia prima, alrededor de mil 450 dólares a la
semana si consideramos que se hacen alrededor de 15 cruces cotizados
entre 90 y 110 dólares cada uno.
A una ganancia mensual estimada en 71 mil pesos –según
el tipo de cambio actual– habría que restarle de entrada 20 mil pesos al
mes por el concepto de gasolina y 24 mil de nómina para sacar una
ganancia bruta, sin considerar gastos variables y en números cerrados,
de: 27 mil pesos cada 30 días.
De lo restante hay que sacar para los requisitos
federales y aduaneros anteriormente referidos, unos anuales y otros
semestrales. Sobre el mismo ejemplo, este transportista debe considerar
anualmente 9 mil 700 pesos y 2 mil 450 dólares –30 mil 135 pesos– cada
año en pólizas de seguro, también, 3 mil 700 pesos en placas federales y
estatales en México, y mil 420 dólares en láminas americanas –17 mil
466 pesos.
Pero también está el costo de la verificación que es
obligatoria cada seis meses, hay que pagar por vehículo de carga 786
pesos y en caso de multa la cifra ascendería a 7 mil 771 pesos, cosa muy
factible por la dinámica del negocio, según las consultas de ZETA.
“Ya casi estamos tablas con este negocio, por eso te
digo que mes con mes que va subiendo la gasolina, van bajando las
ganancias para nosotros”, comenta un transportista y agrega que de subir
los precios de fletes para recuperarse el monto saldría del rango de
competencia entre el gremio.
Por su parte, la subdirectora de transporte de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Baja California, Sandra
Berenice Ávila Piñuela, sostiene que son requisitos y costos
determinados en la Ley Federal de Derechos de la secretaría, mismos que
han mantenido sus costos desde diciembre del año pasado, “realmente no
considero que sea un cobro excesivo cada uno de los conceptos”, expresa.
Gafete obsoleto y caro
Cada chofer de transporte de carga debe contar con un
gafete que le permitirá el ingreso a los patios aduanales y la
realización de sus actividades ahí dentro, se requiere uno por cada
recinto fiscal: Tijuana, Mexicali, Tecate y Ensenada. Dicha
identificación tiene vigencia, independientemente de la fecha de
expedición, hasta el 31 de diciembre de cada año.
Según los “Lineamientos para el trámite de gafetes de
identificación en los recintos fiscales y fiscalizados”, son 13 las
agrupaciones autorizadas para su expedición. En el caso de Baja
California solo la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga A.C
(Canacar) y la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la
República Mexicana (CAAAREM), pueden hacerlo.
Y aunque el apartado 2.3.10 de las Reglas en Materia de
Comercio Exterior dicta que el precio final de éste, no debe exceder los
60 pesos, en las agrupaciones autorizadas la tarifa rebasa los 200
pesos.
Existen dos precios, para agremiados y no agremiados, en
Canacar son 200 y 350 pesos, mientras que en la Asociación de Agentes
Aduanales solo tiene un costo para no afiliados de 393 pesos.
Sin embargo, un chofer entrevistado, expresó que ha
pagado por el trámite alrededor de 60 dólares en una agencia aduanal,
según su dicho, el argumento es una “cooperación para mejorar los patios
aduanales”, cosa no existente en los reglamentos.
Entrevistado al respecto, Alejandro González Guilbot,
asegura que son 60 pesos por gafete lo que se debe cobrar en Talleres
Gráficos de México –únicos facultados para su impresión– no obstante,
sobre la diferencia de las cuotas reales, responde: “La verdad que los
desconozco porque son gastos que tienen ellos, de los cuales la aduana
no se entera, nosotros desconocemos, cuál es el costo”.
Refiere que su único trabajo en el tema es recibir la
documentación requerida, los gafetes impresos –previamente gestionados y
vendidos por las agrupaciones– y la oficialización de éstos con su
firma.
En todo caso podrían actuar si hubiese queja de los
transportistas o choferes: “se tomaría y se analizaría para hablar con
la administración”, pues refiere que son lineamientos de aduana central.
Por su parte, Alfonso Isaías Esquer Millán, delegado de
Canacar en Tijuana, Tecate y Ensenada argumenta que se trata de costo de
impresión y gastos de operación, que Canacar México es responsable de
adquirir el cartón impreso, del traslado y la gestión con los
transportistas. Definió la responsabilidad como un “permiso incómodo”.
“Nosotros como transportistas estuvimos en desacuerdo de
que fuera ese el formato pero la regla la pone aduanas no Canacar,
entonces Canacar está siguiendo el requisito, para facilitar las cosas a
sus choferes agremiados y no agremiados, pues puso una oficina de
gestión de gafetes”, comenta a su favor.
Además, insiste en que es necesaria la modernidad en
estos procedimientos para ganar efectividad, menores precios y mayor
vigencia en el gafete, “me parece una aberración que el gafete tenga que
ser un cartón oficial, que lo tenga que firmar el chofer, el
transportista, el administrador cuando hay formatos electrónicos, en
donde tú aplicas en línea con aduanas y subes la información para que se
valide…de manera que el trámite sea más barato gasta menos en papel y
menos en tantas vueltas”.
Falta de disposición de SCT
Anualmente SCT recauda más de 29 millones en altas, bajas, multas y otros tramites
Por otro lado, está la renovación de licencias de
chofer de carga emitidas por la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes (SCT). Un requisito que para librarse tiene que llevar de
por medio un examen médico y un curso donde cada dos años se ofrece el
mismo conocimiento.
“Teoría y práctica, la practica la da un mecánico,
prácticamente son tráileres, si tú manejas un camión más pequeño te dan
el curso para tráileres grandes. Te dicen como enganchar, desenganchar,
revisarle presión a las llantas, todo eso que ya saben muchos choferes”,
menciona el transportista quejoso.
La licencia tiene una vigencia de cinco años, no
obstante, tanto el examen médico como el curso deben hacerse cada dos
años sumando 3 mil 396 pesos, tomando en cuenta que el dictamen médico
asciende a mil 620, el curso a mil 776 pesos.
Esquer Millán explica que con anterioridad, estos
procedimientos eran hechos directamente por personal de SCT, sin
embargo, ahora se cuenta con los servicios de terceros especializados en
el área médica y mecánica. Precisa que se trata de exámenes completos,
físicos y psicológicos que comparados con los costos de médicos
particulares, no se podría hablar de una alta tarifa.
No obstante, coincide en que, en el caso del curso de
mecánica, se trata de una “mala disposición” de la SCT, pues sería
prudente que para los choferes que ya hayan adquirido cierto
conocimiento se les ofertaran habilidades distintas, o que en todo caso,
al que demuestra la capacidad se le dé el certificado.
Verificación sin seguimiento constante
Después de haber sido un requisito anual, a partir de
julio del 2012, la revisión físico-mecánica y de contaminantes en el
transporte de carga adquirió el carácter de semestral, según consta en
el Diario Oficial de la Federación del viernes 29 de junio del mismo
año.
En el documento regulador además se emite una
calendarización con la que, según el número de placas, cada chofer
asistirá a uno de los centros en el Estado concesionados por la SCT:
Tres en Tijuana, uno en Mexicali y otro en Ensenada.
Así, cada seis meses, se pagan por vehículo 499 pesos de
la inspección físico-mecánica y 287 por la de gases contaminantes, 786
pesos en total. Sin embargo, para hacer la revisión, cada camión tiene
un margen de dos meses semestralmente, y de haber un día de retraso la
multa llega a 7 mil 771 pesos –6 mil 476 mecánica y mil 295
contaminantes–. Esta última debe ser saldada en la SCT.
Consultada al respecto, la subdirectora de transporte de
la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Baja California,
Sandra Berenice Ávila Piñuela, refiere que los costos ya están
establecidos en la Ley de Derechos de la secretaría.
Sobre lo recaudado por concepto de multas en la SCT dice
no tener conocimientos, sin embargo, los ingresos derivados por el
concepto caen directamente a la secretaría para “cubrir gastos de
operación e inversión en tecnología y programas vinculados al
autotransporte”, según la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte
Federal.
De acuerdo con Alfonso Esquer, es “muy factible” que los
transportistas y choferes caigan en retraso, la razón es que los
estrictos periodos de revisión son cortos y por la naturaleza de esta
actividad laboral, a veces no es posible coincidir con los tiempos.
“No puedes perder tiempo productivo para que te
inspeccionen el camión, y en ocasiones se te va y no lo sacas porque el
camión cuando fue, el centro no estaba disponible, y cuando el centro
está disponible el camión andaba de viaje”.
Además, explica que el transporte de carga
bajacaliforniano está sujeto a inspecciones del otro lado de la frontera
a cargo de la policía comercial de California, allá la revisión se hace
por lo menos dos veces al año en cuestiones de seguridad, documentación
y pesos permitidos, pero sin costo alguno, “se rigen por una regla
adicional que lo hace seguro por default”.
“Entonces nosotros no necesitábamos que vinieran desde
México para decirnos que cada seis meses tienes que inspeccionar un
camión, nuestros camiones ya estaban seguros, con sus contadas
excepciones como en cualquier parte no”, asevera el delegado de Canacar.
Además de las multas por retraso, existen otras
sanciones que también superan los 4 mil pesos. Faltos de tecnología en
cuanto al almacenamiento de información se refiere, los choferes están
obligados a llevar consigo toda la documentación que los acredite como
transporte seguro y libre de contaminación, de no ser así serán sujetos a
pagar un costo por no traer un papel original en la guantera del
vehículo.
“Lo malo del asunto es que la información no va a una
base de datos de manera que se pueda revisar, si el oficial te detecta
con una inspección en copia o sin inspección, te va a detener el camión,
y te va a multar, te ponen la multa porque te agarraron sin
físico-mecánica. Está mal, si ya estamos en estos tiempos donde la
información es tan accesible a todos, suban la información a una base de
datos, y el que sea que te detecte que te vaya a inspeccionar, pues que
acceda a esa base de datos”, sugiere.
Donde hace más hincapié el de la Cámara Nacional de
Autotransporte de Carga, es la falta de puntos de inspección a lo largo
del Estado –solo hay uno en la carretera de Mexicali a San Luis Río
Colorado, Sonora, rumbo a la capital–, situación que vuelve un absurdo
la obligatoriedad de requisitos que pocas veces son requeridos.
“Si estamos hablando de seguridad, al final del día creo
que el gobierno de nosotros tiene que ser en primer término la
seguridad de los usuarios y de las carreteras por donde andan los
camiones, entonces desde esa perspectiva, pues es sano que el chofer sea
sujeto de un examen médico, es sano que esté capacitado, pero también
es necesario que el chofer sea revisado cuando está trabajando, no por
el patrón, porque su opinión puede ser parcial”, argumenta.
Por su parte, la subdirectora de transporte de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Baja California, Sandra
Berenice Ávila Piñuela, sostiene que existen operativos “temporales y
programables” para, en coordinación con la Policía Federal, hacer
inspecciones físico-mecánicas y de “peso y dimensiones”.
“No podemos estar diariamente, pero es a través de
operativos para seguridad de las carreteras. Por ejemplo, hace unos días
tuvimos un operativo carretero de peso y dimensiones aquí en la Salada y
se estuvieron revisando las condiciones físico-mecánicas de las
unidades”.