Antonio Heras/ Proceso
TIJUANA, B.C.
(apro).- Liv Donovan es un estadunidense que desde dos años se encuentra
recluido en una prisión de California, desde donde ordena ejecuciones en
territorio mexicano.
Se trata de ajustes
de cuentas por la distribución y venta de drogas en esta ciudad fronteriza con
San Diego, California.
A sus 40 años de
edad, Donovan purga una condena por posesión de drogas, aunque también se le vincula
con siete asesinatos en ambos lados de la frontera.
Hace unos días
formalizó un contrato con cuatro sicarios para que asesinaran el pasado 15 de
abril a un hombre en Playas de Tijuana.
Los gatilleros
ubicaron el domicilio de la víctima y simularon cortar el césped para obligar
que saliera al patio frontal. Aprovecharon la confusión para asesinarlo con un
disparo de arma de fuego en la nuca y después huir en un Mazda.
Los vecinos
denunciaron a la policía la agresión armada, por lo que los sicarios fueron
detenidos en la colonia Xicoténcatl Leyva Mortera de Tijuana.
Los detenidos son:
Juan Carlos Torres Rocha, Fernando Balderas Silva, Martin Ruoi Villafana,
Francisco Gijón Atanasio y Leónides Zurita Diaz. Este último portaba un arma
Glock 22, calibre 40 mm, con tiros expansivos y en su declaración ministerial
reveló que fue contratado por Donovan.
A Balderas Silva se
le decomiso una pistola Brownings calibre 9 mm. En el vehículo traían además 51
plantas de mariguana de diferentes tamaños, de acuerdo con el oficio
T02/378/2013 de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
MUERTES EN LA FRONTERA
Esta es una historia
del narcotráfico en la frontera noroeste de Mexico.
Para las autoridades
investigadoras de Baja California alrededor de 125 asesinatos de los 150
registrados en el primer trimestre del año en Tijuana es producto del ajuste de
cuentas entre bandas de distribución y venta de drogas al menudeo.
De acuerdo a la
Procuraduría de Justicia de Baja California, en esta ciudad fronteriza se han
reportado un total de 150 homicidios violentos, de los cuales el 85% están
vinculados a enfrentamientos entre narcomenudistas que operan en esta frontera,
cuya causa es la pugna entre distribuidores de drogas sintéticas, sobre todo de
crystal.
Un informe de la
Secretaria de Seguridad Pública del Estado señala que son cuatro células del
crimen organizado las que se tienen detectadas como las de mayor importancia en
Tijuana y que forman parte del Cártel de Sinaloa y de la organización Arellano
Félix.
La dependencia
estatal detalló que uno de cada dos de los asesinatos corresponde a personas no
originarias de Tijuana, es decir, a fuereños, principalmente de los estados de
Sinaloa y Michoacán.
La Subprocuraduria
contra la Delincuencia Organizada de la PGJE señala que los familiares de las
personas asesinadas se limitan a reclamar y recoger los cadáveres para trasladarlos
a sus lugares de origen.
Según informes
ministeriales, los familiares rechazan toda investigación en torno a estos
homicidios dolosos por temor a mayores represalias y pretextan que su única
finalidad es darles cristiana sepultura en panteones de sus lugares de origen.
(PROCESO/ Antonio Heras/ 17 de abril de 2013)
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