martes, 5 de marzo de 2013

INTRIGAS Y GOLPES BAJOS RUMBO AL CÓNCLAVE



Agencia AP
Ciudad del Vaticano.- Los cónclaves a lo largo de la historia siempre han estado llenos de golpes bajos, desencuentros, y acuerdos en lo oscurito que obviamente, siempre han tenido su halo de misterio e intriga.

Hace 35 años, cuando se debía elegir al sucesor de Juan XXIII, la víctima excelente de una operación de este tipo fue el cardenal Giuseppe Siri, en 1978, en el Cónclave en el que se eligió al Papa polaco y él, Siri, estaba entre los favoritos.

Marco Tosatti, experto en cuestiones vaticanas,  recuerda aquel momento como una verdadera trampa, pues la candidatura de Siri parecía que nadie la podía echar abajo.

Siri era considerado un conservador, a quien se le oponía con Giovanni Benelli, quien era Obispo de Florencia y era bien visto en las izquierdas. Sin embargo, lo apoyaban varios más entre los que estaban el cardenal Stefan Wyszynski, Primado de Polonia.

“Pero el 14 de octubre, a pocas horas de iniciar el Cónclave, sobre la Gazzetta delLunedì’, una inserción del “Corriere della Sera” de Génova, se publicó una entrevista con Siri, quien atacaba duramente algunas reformas del Concilio, particularmente, las de la colegialidad episcopal.

“Ni siquiera sé qué quiere decir el desarrollo de la colegialidad episcopal. El Sínodo no podrá jamás convertirse en instituto deliberativo de la Iglesia porque no está contemplado en la constitución divina de la Iglesia. Podrá al máximo convertirse, si el Derecho Canónico lo admite, en una institución eclesiástica, pero no en un derecho divino”, dijo en aquella ocasión Siri.

Tosatti cuenta que el cardenal había pedido que la entrevista fuera publicada cuando los electores hubieran salido del Cónclave, sin embargo, en plena auscultación, los cardenales encontraron la nota en sus carpetas y Giuseppe Siri perdió así los favores de una parte de los purpurados.

“Es muy probable que sin la publicación anticipada de la entrevista, Siri hubiera podido ser el elegido”, asegura Tosatti.

Recuerda que cuando murió Juan XXIII ocurrió otra cosa. En una reunión secreta, llevada a cabo el 18 de junio de 1963, en el Convento de los Frailes Capuchinos de Frascati, estaban los cardenales llamados “progresistas”, convocados por el cardenal Clemente Micara, amigo de muchos años del cardenal Juan Bautista Montini, quien era arzobispo de Milán y el candidato con más posibilidades.

Llegaron, entre otros los cardenales Leo Jozef Suenens, de Bélgica; Joseph Frings, de Alemania; Achille Liénart, de Francia; Bernard Jan Alfrink, de Holanda; Paul-Émile Léger, de Canadá; Franz König, de Austria, y el mismo Montini.

Los progresistas temían un cónclave duro, y a Concilio abierto, hicieron un acuerdo, aunque sabían que podían ser criticados. Así, decidieron apoyar la candidatura de Montini y fue electo entonces como Paulo VI, el 21 de junio de 1963.

Algo escandaloso ocurrió en el Cónclave de 1903, cuando fue elegido Pío X. La competencia era abierta con Mariano Rampolla del Tíndaro, secretario de Estado del Papa apenas desaparecido, León XIII.

El cardenal de la corona austriaca, Jan Puzyna, príncipe obispo de Cracovia, se levantó cuando a Rampolla le faltaban pocos votos para ser elegido. Puzyna entonces extrajo de una bolsa un documento recibido de Viena y dijo que el emperador Francesco Giuseppe I de Austria, aprovechándose del antiguo ius exclusivae, ponía un veto contra Rampolla, pues lo consideraban “demasiado francés y antiaustriaco”.

Un cardenal entonces lo calificó como un episodio disgustoso.

Así, cuando Pío X llegó al poder, abolió de inmediato el derecho de veto de las potencias políticas.

SCHERER, UNO DE LOS IMPULSADOS

Antenoche el periódico italiano “La Stampa”, reportó que un nuevo grupo estaría en movimiento para llevar al Trono de Pedro al primer Papa latinoamericano de la historia, al lado de un secretario de Estado italiano o argentino de orígenes italianos.

Así como “en 2005, algunos cardenales influyentes se habían puesto en marcha para la elección de Joseph Ratzinger, ahora, casi ocho años después, un nuevo grupo estaría promoviendo un Papa latinoamericano”, confirmaron fuentes autorizadas a “La Stampa”.

Entre los protagonistas de esta iniciativa habría dos purpurados de peso como el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, y el cardenal Giovanni Battista Re. “Y no hay que excluir que se sumen otros curiales italianos a esta tendencia.”

El “papable” de este grupo es el arzobispo de Sao Paulo Odilo Pedro Scherer, brasileño de 63 años que de 1994 a 2001 trabajó como oficial en la Congregación para los Obispos.

 En estos días, su nombre ha aparecido en varias de las conversaciones de los cardenales. Una de las intenciones de sus “patrocinadores” curiales sería llevar por primera vez a un prelado latinoamericano al Trono de Pedro, pero siempre y cuando hubiera a su lado un secretario de Estado que conozca bien la Curia romana.

El del argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y sustituto durante la última fase de Juan Pablo II y el comienzo de Benedicto XVI, también se escucha por los pasillos de la Secretaría de Estado.

NO MÁS RENUNCIAS

Un cardenal australiano expresó la esperanza de que la renuncia del papa Benedicto XVI no siente un precedente, porque a la Iglesia católica Romana no le conviene que “el sucesor de Pedro entre y salga”.

El cardenal George Pell dijo en una entrevista: “Espero que no entremos en una sucesión de papas que renuncien rápidamente”.

Vatileaks en la mente de los cardenales

Los cardenales dijeron ayer que quieren hablar con los administradores del Vaticano sobre las acusaciones de corrupción y compadrazgo en los más altos niveles de la Iglesia Católica antes de elegir al nuevo papa, evidencia de que el escándalo por el robo de los documentos papales está en la mente de todos los participantes del Cónclave y de que ésta será una de las elecciones papales más inciertas en tiempos modernos.

Los príncipes de la Iglesia juraron guardar secreto en lo relativo a la elección del pontífice y decidieron redactar una carta de agradecimiento al ahora papa emérito Benedicto XVI, cuya renuncia ha creado incertidumbre en medio de un torrente de escándalos.

“Me imagino que a medida que avancemos habrá preguntas a los cardenales involucrados en el gobierno de la Curia, para ver qué opinan que deba cambiarse, y en ese contexto todo puede suceder”, comentó el cardenal estadounidense Francis George.

SALE A LA LUZ EL ESCÁNDALO

Las fallas administrativas del Vaticano quedaron expuestas el año pasado, luego de la publicación de documentos que fueron robados del escritorio de Benedicto XVI y que pusieron de manifiesto intrigas, forcejeos y denuncias de corrupción, nepotismo y amiguismo en las altas esferas de la Iglesia católica.

El mayordomo del Papa fue condenado por robar los documentos y revelarlos a un periodista; poco después recibió un perdón papal.

Todavía no se ha fijado fecha para el comienzo del Cónclave. El decano del Colegio de Cardenales dijo que no se hará hasta la llegada del último cardenal. Los cardenales que faltan aún están camino a Roma; algunos tenían que cumplir compromisos previos y otros eran esperados ayer por la noche o en días venideros, dijo la Santa Sede.

Se ha especulado que el Cónclave podría comenzar alrededor del 11 de marzo, con el objetivo de tener un papa instalado para el 17 de marzo, el domingo anterior al Domingo de Ramos y el comienzo de la Semana Santa.

El temario de las reuniones incluye la fecha del cónclave y la puesta en marcha de los preparativos, incluso el cierre de la Capilla Sixtina a los visitantes y el desalojo e inspección del hotel del Vaticano para garantizar que no haya micrófonos ocultos.

Listos los atuendos para el nuevo papa

¿Sotana blanca? ¿Solideo blanco? ¿Zapatos rojos?

Los cardenales no han empezado todavía las reuniones en la Capilla Sixtina para elegir el nuevo papa, pero la sastrería Gammarelli está lista para vestir al nuevo pontífice, como lo viene haciendo desde hace dos siglos.

El comercio exhibió ayer en su vitrina tres juegos de vestimentas –grande, mediano y pequeño– para enviar al Vaticano a fin de vestir al papa que sucederá al renunciante Benedicto XVI.

“Debemos enviar estos tres juegos antes de que comience el Cónclave, porque no podemos entrar una vez que empiece”, explicó el sastre Lorenzo Gammarelli.

Un “zucchetto” o solideo blanco se veía sobre una cubierta de tela roja en la vitrina, al igual que una faja blanca con flecos dorados y un par de zapatos rojos de cuero.

Detrás del Panteón en el centro de Roma, el comercio Giammarelli ha vestido a decenas de cardenales y papas desde 1798. El papa Pío XII fue una excepción, ya que usó su sastre familiar.

La exhibición de las vestiduras fue uno de los primeros indicios tangibles de que se elegirá pronto un nuevo papa. “Para mí es siempre como la primera vez”, dijo la sastre Teresa Palombini. “Es un sentimiento maravilloso y me pregunto quién usará estas ropas, quién será el próximo papa”.

(ZOCALO/AP/05/03/2013 - 04:05 AM)

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