Patricia Dávila
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Además de ser un reconocido litigante, Arturo
Germán Rangel, defensor de Elba Esther Gordillo, ha ganado notoriedad por
obtener la libertad de sus clientes mediante “gestiones políticas” e
“inverosímiles argucias legales”.
Este abogado trabajó en la red de despachos jurídicos e intereses políticos
de panistas, como el excandidato presidencial Diego Fernández de Cevallos,
Antonio Lozano Gracia y Arturo Chávez Chávez, los dos últimos, procuradores
generales de la República.
Comenzó en los ochenta como pasante de derecho en la Quinta Agencia del
Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal
(PGJDF). Ahí, de atender la barandilla, ascendió a mecanógrafo y se relacionó
con Pablo Chapa Bezanilla, entonces agente del MP y bajo cuya sombra creció.
Hacia 1985 se convirtió en secretario de la Novena Agencia, donde también
consiguió el nombramiento de agente del Ministerio Público. Después asistió a
un diplomado en procuración de justicia en la UNAM y a dos cursos para la
formación de agentes del Ministerio Público Especializado en la Academia
Nacional del FBI en Quantico, Virginia (Proceso 999). Con base en dicha
preparación se le designó jefe del Departamento de Averiguaciones Previas de la
delegación Miguel Hidalgo y luego subjefe de la División I de la Coordinación
General del Ministerio Público Especializado.
Chapa Bezanilla ascendía vertiginosamente: a finales de los setenta y
principios de los ochenta era agente del Ministerio Público. En 1983 fue jefe del
Departamento de Averiguaciones Previas en la PGJDF para varias delegaciones. En
1986, director del Sector Sur de Averiguaciones Previas en el Distrito Federal.
En 1989 ya era delegado regional de la PGJDF en Coyoacán y director de agentes
del MP adscritos a juzgados de paz, de la Dirección General de Control de
Procesos de la PGJDF.
De 1989 a 1991 Chapa fue delegado regional en Cuauhtémoc y en septiembre de
1992 –cuando el titular de la PGR era Diego Valadés– asumió la Dirección
General de Averiguaciones Previas de la PGJDF.
En 1994, a sugerencia del abogado Juan Valadez, Lozano Gracia recomendó a
Chapa Bezanilla con el presidente Ernesto Zedillo, quien lo nombró
subprocurador especial para investigar los asesinatos de Luis Donaldo Colosio,
José Francisco Ruiz Massieu y Jesús Posadas Ocampo.
Chapa le encargó el caso Colosio a Rangel.
Sin embargo el grupo de políticos-litigantes fracasó: Rangel impulsó la
teoría del “segundo tirador”, con base en la cual Othón Cortés Vázquez,
integrante del Grupo Omega que fungía como chofer en la comitiva del candidato
presidencial del PRI, fue acusado de participar en su asesinato.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1896 de la revista
Proceso, actualmente en circulación.
(PROCESO/ Patricia
Dávila/ 4 de marzo de 2013)
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