Luciano Campos Garza
MONTERREY, N.L.
(Proceso).- La “pacificación” de Nuevo León se mostró abruptamente como una
falacia el pasado 26 de enero, cuando efectivos de la Agencia Estatal de
Investigaciones (AEI) encontraron ejecutados a balazos a 17 integrantes de la
agrupación musical Kombo Kolombia, cuyos cuerpos fueron arrojados al fondo de
una noria en un rancho abandonado del municipio de Mina, al norte de la
capital.
Días antes el
gobierno del priista Rodrigo Medina anunció la supuesta disminución de los
índices delictivos en la entidad, entre éstos los relativos a homicidios
dolosos. Pero la matanza confirmó que en Nuevo León los municipios aledaños al
área metropolitana están en total indefensión.
Algunas señales
anticipaban la cercanía del Kombo Kolombia con el peligro. El año pasado el
conjunto acudió a dos actos que acabaron en tragedia. En uno de ellos 11
jóvenes fueron levantados de un bar y los ejecutaron unas calles más adelante.
En el otro hubo cinco muertos durante una de sus presentaciones.
Este año cuatro
personas más han sido asesinadas en otro de los sitios donde alguna vez se
presentó la agrupación musical.
Manejo de las cifras
El pasado 4 de enero
el vocero de Seguridad Pública estatal, Jorge Domene, y el secretario general
de Gobierno, Álvaro Ibarra, convocaron a una conferencia de prensa para
presumir la supuesta disminución de homicidios en 2012 en comparación con el
año anterior. Dijeron que las muertes violentas se redujeron 30%, de mil 701 a
mil 184.
Precisaron que
noviembre pasado fue el mes menos violento de los últimos 34, con sólo 50
homicidios, en comparación con mayo de 2011, que con 241 asesinatos alcanzó el
pico más alto de los anteriores tres años.
Había un ánimo
festivo en los funcionarios que pregonaban la reducción de la violencia. La
crisis ya está pasando, parecían decir.
Al finalizar enero
las cifras regresaron al estado a su actual situación de violencia, con 109
muertes dolosas. Entre ellas estaba el homicidio múltiple del Kombo Kolombia,
primera matanza del sexenio de Enrique Peña Nieto.
En febrero la
agrupación festejaría tres años de formación. En las calles de Escobedo todavía
hay carteles en los que se anuncia su presentación en el Lone Star, un salón
ubicado cerca de la Presidencia Municipal. La cita era para el 2 de marzo.
En su corta
existencia la muerte rondó sus presentaciones. La madrugada del 26 de enero de
2012 ocho hombres fueron levantados en el bar La Eternidad, en el centro de la
capital. Todos fueron alineados contra una pared y ametrallados.
Al mismo tiempo tres
mujeres fueron asesinadas a balazos en otros puntos de la ciudad. Se descubrió
que los 11 homicidios estaban relacionados, pues las mujeres fueron levantadas
del mismo sitio. Los cuerpos tenían marcado en el brazo el sello de ingreso al
bar.
La noche siguiente
agentes ministeriales hicieron una redada en el bar La Eternidad y detuvieron a
204 personas, entre clientes, trabajadores y músicos. Todos fueron puestos en
libertad días después, sin que hasta ahora se haya aclarado la ejecución
múltiple. Versiones extraoficiales señalan que el Kombo Kolombia se presentaba
en ese bar.
El 15 de abril del
año pasado el mismo grupo tocaba en el Salón Dorado, de la colonia CROC de esta
ciudad, cuando un grupo de hombres armados mató a balazos al propietario del
lugar, que estaba en la taquilla, y disparó contra la clientela. Cinco personas
fallecieron. Entonces se mencionó que uno de los músicos fue herido de bala,
pero no pudo confirmarse la versión.
Domene reconoció que
el Kombo Kolombia se presentaba en lugares que habían sido puntos de conflicto.
“Ha habido la
oportunidad de estar consiguiendo algunas referencias de gente que pudo haber
tenido contacto con ellos. Inclusive sabemos que esta banda acudía
frecuentemente a hacer sus presentaciones en varios lugares del centro de
Monterrey y todo esto está arrojando datos que pudieran llevarnos con el
paradero de los que ejecutaron este crimen”, declaró el 1 de febrero.
En el Bar
Internacional, ubicado en el corredor de los table dances de la calzada Madero,
la noche del miércoles 13, hombres armados dispararon contra personas que
estaban afuera del local. Dos fallecieron en el lugar y otra más en el
hospital, la madrugada siguiente. Ahí mismo el 4 de enero un franelero fue
ametrallado.
Una fuente cercana a
la investigación dijo que en las indagatorias sobre los asesinatos del Kombo
Kolombia se mencionó que éste era uno de los sitios donde la agrupación se
presentaba con frecuencia.
La tragedia del
conjunto musical se suma a la larga lista de matanzas de Nuevo León; entre
ellas la del bar Sabino Gordo, donde el 8 de julio de 2011 fueron asesinadas a
balazos 20 personas, o el ataque incendiario contra el Casino Royale, el 25 de
agosto de ese año, con saldo de 52 muertos.
También figura en la
lista la matanza del Penal de Apodaca, donde el 19 de febrero de 2012 fueron
asesinados 44 internos mientras 37 se fugaban. El 13 de mayo pasado 49 torsos
fueron tirados en Cadereyta, a un lado de la carretera libre a Reynosa, y el 13
de agosto pistoleros balearon el bar Matehuala, con saldo de nueve muertos.
El viernes 8 Domene
dio los primeros indicios sobre los ejecutores del grupo. Señaló que los
responsables fueron Los Zetas. Ese día el periódico El Norte publicó que el
jefe local zeta José Isidro Cruz Villarreal, El Pichilo, había ordenado la
ejecución pues el Kombo se presentaba en lugares que antes dominaban ellos y
ahora controla el Cártel del Golfo.
Las Estacas
El rancho Las
Estacas está en el kilómetro 92 de la carretera a Monclova, en el municipio de
Mina, cuya cabecera se ubica a 50 kilómetros al norte de la capital. Al lugar
se llega después de sortear una pesada reja y transitar por un camino de grava
de tres kilómetros.
Hay una senda
polvosa de al menos dos kilómetros que conduce hasta una torre de extracción de
agua, conocida como papalote, bajo la cual hay una noria cuadrada de 70
centímetros de lado y 15 metros de profundidad.
El agua extraída del
pozo se llevaba a una pileta ubicada a 30 metros para que abrevara el ganado.
Ahora el rancho está abandonado. Ahí fueron asesinados los integrantes del
grupo Kombo Kolombia la madrugada del 26 de enero.
Horas antes los
habían levantado de la bodega La Carreta, en el municipio de Hidalgo, 40
kilómetros al norte de Monterrey, donde comenzaron a tocar cerca de la
medianoche del viernes 25 de enero. Fueron 10 hombres armados quienes se los
llevaron. Los músicos dirigidos por Carlos Sánchez, El Vallenato, se
presentaban frente a un grupo de aproximadamente 50 personas en un festejo
privado.
Los llevaron por un
camino de terracería. En el trayecto sus captores les preguntaban si
pertenecían a algún grupo criminal y si vendían drogas. Los condujeron a la
noria de Las Estacas. En torno al pozo hay una construcción derruida. Cinco
días después de la tragedia aún se podían ver manchas de sangre en las paredes,
y en una de las orillas un mechón de cabello que parece desprendido del cráneo
de una de las víctimas.
Según la versión de
un testigo que logró escapar de la matanza, a los jóvenes los ejecutaron de
tres en tres para luego arrojarlos en el agujero. Todos los cadáveres tenían
impactos de bala en la cabeza.
El que pudo huir fue
auxiliado por un campesino de los alrededores, quien lo ayudó a llegar hasta un
restaurante en el kilómetro 102 de la citada carretera, donde pidió ayuda.
Domene informó que este muchacho, cuya identidad no fue revelada, rindió
declaración ante autoridades locales, y por razones de seguridad se le condujo
fuera del estado bajo la protección de autoridades federales.
Los interrogatorios
al joven se enfocaron en saber cómo escapó de sus captores y si ellos lo
dejaron ir para que difundiera pormenores de los hechos a fin de enviar un mensaje
a la banda rival.
Hasta ahora la
Procuraduría General de Justicia de Nuevo León no ha hecho pública la identidad
de la persona que contrató al grupo musical. Las autoridades anunciaron que
sería investigada para saber si tuvo participación en los hechos.
Los municipios de
Hidalgo –lugar del secuestro– y Mina –sitio de la ejecución– forman parte del
grupo de 35 ayuntamientos que carecen de policías municipales.
(PROCESO/ Luciano Campos Garza/ 20 de febrero de 2013)
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