Gabriela Soto
La mañana de ayer, a
los 83 años de edad, murió la señora Rita Gaytán, quien luchó durante más de 36
años por encontrar a su hijo Henry López Gaytán, quien fue secuestrado por la
policía el 15 de julio de 1976, en el marco de la llamada Guerra Sucia, que el
Gobierno mexicano libró en contra de los movimientos sociales de la época y de
la guerrilla.
Junto con doña
Chuyita Caldera, muerta en junio de 2006, y decenas de madres con hijos
desaparecidos, doña Rita Gaytán luchó durante décadas por la presentación de
los desaparecidos políticos.
En enero de 2007,
Ríodoce entrevistó a doña Rita, donde relata los esfuerzos que hace para
mantenerse en la lucha, a pesar de que ya para entonces estaba mal de salud.
He aquí el texto:
La mentira y el
cinismo permean a la Fiscalia Especial sobre Movimientos Sociales y Políticos
del Pasado (Femospp), y parece que la justicia a las madres y demás familiares
de los desaparecidos en la década de los 70´s en Sinaloa, no llegará pronto.
Doña Rita Gaytán
Núñez, de la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos y a quien el gobierno le
“secuestró” a su hijo Henry López Gaytán, resume certera: todo es una farsa.
Casi postrada en su
cama por la anemia, la osteoporosis y mil enfermedades más –como ella dice—y
sin dinero para atenderse, acusa que juegan con el dolor de ellas, y se
aprovechan de sus apremiantes necesidades de ayuda económica para sobrevivir.
Pero a pesar de ello
se mantienen firmes en su exigencia de que así como se los llevaron, les
regresen vivos a sus hijos, grito justiciero que seguro taladra oídos e
historia.
En el ocaso de sus
vidas, a estas sufridas mujeres sinaloenses les siguen mintiendo. Les miente el
fiscal especial Ignacio Carrillo Prieto y la mayoría de sus funcionarios.
Primero les prometieron que los responsables en Sinaloa de la “guerra sucia”
serían puestos a disposición de los tribunales y que se sabría el destino de
sus hijos.
Pero a casi cuatro
años de supuestas investigaciones no hay muchos avances, a pesar de que la
entidad es la tercera en importancia por el número de víctimas y por la
efervescencia social que en aquellos años se presentó tanto en campo como en la
ciudad.
Las expectativas que
les crearon de que iban a volver a saber de sus vástagos ya se diluyeron y de
la esperanza nacida cuando el presidente Vicente Fox creó en noviembre del 2001
la Femospp, han pasado a la incredulidad surgida por los días que pasan sin
noticias, y a la indignación justa.
También les dijeron
que el Gobierno les daría servicios médicos, y otros apoyos, pero tampoco han
llegado. Mientras, las madres con hijos desaparecidos son carcomidas por la
desesperación del pasó del tiempo.
Todo es una farsa del Gobierno, dicen
“Como a nuestros
hijos --dice doña Rita Gaytán Núñez-- a nosotras también nos olvidaron”. Y
parece que para su desgracia así es. Las olvidó la autoridad, y los servidores
públicos que las representan y que en total desvergüenza, cuando se paran
frente a ellas, les espetan más mentiras y estupideces, exentos de conciencia.
Ella, como otras
mujeres y familiares de desaparecidos políticos, clama ayuda. Sobre todo
asistencia médica tan imperiosa por sus edades y congojas vividas en los
últimos 30 años.
La piden, no porque
mendiguen un trozo de socorro gubernamental, sino porque existen instrumentos
legales que obligan a la autoridad a otorgar esta ayuda. También porque con
aire de benefactor e insistentemente se las ofreció el fiscal Ignacio Carrillo
Prieto.
“Al principio me dieron apoyo médico, pero
luego se fueron como el cangrejo, se fueron haciendo para atrás y después ya no
me daban nada. El doctor me recetaba pero ya no me pagaban las medicinas”.
“Eso les pido yo,
que si no hay medicinas en el Hospital General, me den un vale para ir a una
farmacia comercial, yo no tengo para comprarlas”, expone. Y así como ella están
decenas de madres y parientes de las víctimas de la “guerra sucia”.
--¿Qué es lo que
tiene doña Rita”
--Ay hijo, ¿qué no
tengo?
“Tengo osteoporosis,
no puedo caminar, tengo anemia, además necesito lentes, con estos que traigo
ahorita no puedo ver bien, ocupo un aparato auditivo y necesito una pensión
alimenticia porque no tengo ni para comer”.
--¿Desde cuando cesó
el apoyo, desde cuando no tiene trato con la gente de la Fiscalía?
--Hace mucho que
dejaron de ayudarnos. Hace tres meses vino uno de la Fiscalía y me dijo que iba
a ir a México para hablar con el fiscal para gestionar otra vez los apoyos.
Nomás ofreció y nunca hubo nada. Están jugando con nosotras que ya estamos
viejas y cualquier día nos morimos sin saber de nuestros hijos y sin nada.
--¿Entonces la
fiscalía ni les ha podido encontrar a sus hijos y castigar a los delincuentes,
ni siquiera es capaz de brindarle una mínima ayuda?
--Y en mi caso tanto
es culpable el Gobierno del Estado, como la Federación, porque los dos se los
llevaron una mañana del jueves 15 de julio de 1976--, dice con dolorosa
precisión.
--¿Confía en que
haya apoyos?
--No, no, no... Es
una farsa todo. Lo peor es que yo necesito ayuda porque vivo arrimada con uno
de mis hijos.
De la mentira al cinismo oficial
Con la encomienda de
investigar y fincar responsabilidad a ex funcionarios públicos que participaron
durante la llamada “guerra sucia”, en 2001 el Gobierno Federal creó la Femospp,
y atajó la posibilidad de formar una Comisión de la Verdad, que indagara y
desenmascarara lo que realmente pasó durante los agitados años de finales de
los 60, la década de los 70 y principio de los 80.
Pero además se le
asignó la tarea de velar por las necesidades materiales y de salud de las
madres, cosa que al menos aquí en Sinaloa resultó ser una quimera y una falsa
expectativa.
Mario Ramírez Salas,
encargado del área de asistencia social a las familias víctimas de la “guerra
sucia” de la Femospp sortea con múltiples pretextos el incumplimiento de esta
responsabilidad de parte de las autoridades.
A pesar de que fue
normado en su cargo porque supuestamente fue integrante de la Liga Comunista 23
de Septiembre, y tendría más sensibilidad para atender su encargo, justifica
sin sonrojo el abandono inhumano en que están las mujeres.
En el caso de
Sinaloa explica que los apoyos se suspendieron porque la fiscalía no ha podido
firmar un convenio de colaboración con el gobernador Jesús Aguilar Padilla.
Recuerda que con
Juan Millán sí se dieron algunos apoyos y servicios médicos a través del
Hospital General, pero al término de su mandato, también terminaron las
atenciones. Insiste que todo es un problema “técnico” que pronto se va a
resolver y que ahora sí los apoyos van a fluir
para todas las madres y sus familias.
Luego se trata de
escabullir del reportero y acusa a que son “infundios” las denuncias de las
madres.
“Sí se les está apoyando,
no les creas todo” dice en fiel expresión de la mentira y el cinismo
oficial.”Todo esta bien, todo esta bien”, insiste.
(RIODOCE.COM.MX/ Redacción / Miércoles 23 de enero de 2013)
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