La oficina del ex presidente está en una zona no
revelada; compartirá la tinta y las hojas con otros investigadores, pero no
podrá imprimir más de 200 hojas. El ex presidente mexicano se verá beneficiado
con la Beca Angelopoulos de Liderazgos Globales.
Víctor Hugo Michel
México • De mandatario a investigador. De ser el
primero entre pares, a uno más de tantos.
A primera impresión,
la transformación que inicia esta semana Felipe Calderón en Harvard en su nueva
etapa como académico no tiene la pinta de ser un proceso sencillo de digerir.
Implica el retorno a la horizontalidad tras años en la cima política.
Y conlleva la
extirpación de la mayoría de los atavismos del poder que le acompañaron
íntimamente desde 2006: luego de haber contado con los servicios de una cohorte
de funcionarios a su disposición las 24 horas del día, ahora solo tendrá una
secretaria para llevarle sus asuntos diarios.
Si las reglas que
rigen a los demás investigadores de Harvard le son aplicadas, la nueva rutina
del ex presidente significará un cambio dramático respecto a su vida inmediata.
Uno para el que los escoltas que le sigan del Estado Mayor Presidencial a Boston
no podrán servir de gran ayuda y que le obligará a encarar, cotidianamente,
detalles tan nimios como levantarse, salir de su oficina, ir por sus hojas para
imprimir, quitar las grapas a las recicladas para no atascar la impresora y
hasta compartir el tóner con varios vecinos de piso.
En los distintos
puestos de impresión dispersos por la escuela John F. Kennedy se advierte otra
regla a la que tendrá que someterse el ex presidente: no podrá imprimir más de
200 cuartillas por cortesía elemental con el resto de sus compañeros de
investigación.
Aún más llamativo,
tendrá que resignarse, como ellos, a trabajar en un sobrio cubículo de apenas
cinco metros cuadrados —un espacio menor a cualquier baño de Palacio Nacional—
que estará equipado solo con calefacción para el invierno, una computadora PC
de escritorio, una extensión de teléfono, un librero, una mesa con dos sillas y
una entrada a internet.
Aplicadas a todos
los investigadores, esas son algunas limitantes a las que tendrá que sujetarse
el ex presidente, que arranca esta semana una nueva etapa lejos de Los Pinos,
como uno más de tantos ex políticos que hicieron de la Escuela John F. Kennedy
de Gobierno su refugio, luego del desecamiento de las mieles del poder que trae
el paso del tiempo.
Calderón se suma a
una larga lista de líderes que han recalado en la Escuela de Gobierno al
término de sus mandatos, entre quienes se encuentran Esko Aho, Gordon Brown y
Kim Campbell, los ex primeros ministros de Finlandia, Gran Bretaña y Canadá,
respetivamente; el depuesto Jamil Mahuad, ex presidente de Ecuador; Bill
Richardson, ex gobernador de Nuevo México, y Robert Zoellick, ex presidente del
Banco Mundial, entre otros.
La llegada de
Calderón a Harvard y su transmutación de presidente a académico forma parte de
una iniciativa financiada por la multimillonaria griega Gianna Angelopoulos,
magnate de la navegación y la siderurgia, mejor conocida por haber organizado
los Juegos Olímpicos de Grecia, con una pasión por rescatar a políticos cuyos
mandatos terminaron. Es decir, aquellos que están en el desempleo.
“Cuando los líderes
democráticamente electos dejan sus puestos, el mundo pierde su compromiso, sus
contactos, su experiencia y su sabiduría. Por eso he decidido anunciar la
iniciativa de permitir a líderes que han dejado sus cargos para que continúen
en el servicio público compartiendo sus lecciones y preparando nuevas
generaciones en Harvard”, aseguró en octubre del año pasado, al referirse a la
beca que llevará su apellido. Y que hoy estrena Calderón como primer beneficiado.
Los privilegios de
la Beca Angelopoulos de Liderazgos Globales han sido guardados, hasta el
momento, con celo absoluto por Harvard. Lo único que queda claro es por la
extrapolación de otras becas para investigadores residentes, a los que se pide
pagar hasta 13 mil 500 dólares al semestre por el uso de las instalaciones, sin
contar el pago por residencias, comida, escuela para sus hijos y mantenimiento
de sus cónyuges, algo que puede elevar el presupuesto de vida en varios miles
de dólares más.
Angelopoulos, cuya
fortuna se calcula en mil 700 millones de dólares, también está vinculada a
otra iniciativa que puede estar en el futuro inmediato de Calderón: el Club de
Madrid, una agrupación dedicada a dar foro a ex mandatarios de todo el mundo, a
los que se integra a un circuito internacional de speakers y oradores
motivacionales.
MILENIO corroboró
que los ex presidentes Ernesto Zedillo y Vicente Fox ya forman parte de ese
club, que incluye a Lionel Jospin, de Francia; Ricardo Lagos, de Chile; Jimmy
Carter, de Estados Unidos; José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Michelle
Bachellet, de Chile, y Álvaro Arzú, de Guatemala, entre otros ex mandatarios.
Una petición de información a la oficina de prensa del Club de Madrid para
definir si Calderón ha sido invitado no fue respondida.
Pero si bien el
esplendor que le acompañó en sus tiempos como presidente ha quedado en el
pasado, el trato que recibirá Calderón en Harvard no será del todo cotidiano en
un punto: la seguridad. La ubicación exacta de su oficina, en los pasillos de
los edificios de la escuela John F. Kennedy, es tratada como asunto de reserva.
“Por razones de seguridad no se dará a conocer dónde se encuentra su cubículo”,
informó la oficina de prensa de la Escuela de Gobierno a este diario.
Sin embargo, entre
los estudiantes mexicanos corre la versión de que estaría en el corazón del
Centro Belfer, en una serie de pasillos laberínticos para los que se necesita
una tarjeta de acceso.
“Dudo siquiera que
pongan su nombre en el directorio como a los demás investigadores”, dijo un
académico consultado.
***
Horas antes del
estreno de Calderón como académico, lo que priva entre la comunidad mexicana en
Harvard es, más que nada, una sensación de curiosidad.
Este martes, por lo
pronto, el ex presidente tendrá un recibimiento no oficial en Harvard.
Activistas mexicanos y estadunidenses entregarán a la rectora de la
universidad, Gilpin Faust, un manifiesto de rechazo a la contratación, con la
firma de más de 34 mil personas.
“He oído que en la
JFK hay verdaderas peleas por el tóner en las impresoras”, ironizó Adriana
Gutiérrez, profesora del Departamento de Lenguas Romances de Harvard, quien en
2012 firmó un desplegado a favor de Andrés Manuel López Obrador junto con
varios académicos mexicanos que laboran en la universidad.
“Hay muchas
opiniones. Desde luego es una llegada controvertida. En lo personal, creo que
el señor Calderón no tiene las cartas académicas para venir”, dijo. “Hay muchos
estudiantes que tienen mucha curiosidad por preguntarle de sus fallidas
políticas, en especial en el tema del narco”.
Para el presidente
de la Asociación de Mexicanos en Harvard (HUMA), Guillermo Lerdo de Tejada
Servitje, el arribo del ex presidente es la oportunidad que muchos estudiantes
esperaban para cuestionarle el porqué de varias decisiones.
Pero en la JFK, al
menos, su audiencia no será tan ruda: de los casi 40 mexicanos que actualmente
estudian maestrías, una veintena ocupó cargos en gobiernos panistas en los
últimos 12 años, según cálculos de HUMA. Son ex funcionarios que laboraron en
dependencias como la Presidencia, Energía, Relaciones Exteriores, Sedesol y
Economía.
“Como asociación de
estudiantes mexicanos tenemos gran interés de reunirnos con el ex presidente.
Buscaremos un encuentro para debatir temas de política pública”, señaló Lerdo
de Tejada.
EN EU, “MARCO” PARA
REFORMA MIGRATORIA
Tres senadores
demócratas y dos republicanos presentaron este lunes un marco inicial para una
reforma migratoria en Estados Unidos que incluirá un camino hacia la ciudadanía
para millones de indocumentados y que esperan que pueda ser presentado por la
Cámara alta en el primer semestre.
El demócrata Charles
Schumer dijo que espera que el Senado tenga un proyecto de ley consensuado en
marzo para que la nueva reforma migratoria pueda ser votada por el pleno del
Senado a finales del primer semestre o comienzos del segundo semestre.
“Aún tenemos un
largo camino por delante, pero éste es un paso importante” para conseguir
finalmente una reforma que permita la legalización de unos 11 millones de
inmigrantes indocumentados, indicó Schumer.
El senador
republicano por Florida, Marco Rubio, afirmó que “la inmensa mayoría de los 11
millones (de indocumentados) desea un mejor futuro y hay que buscar una
solución que no contribuya a la inmigración ilegal y, a la vez, no sea injusta
con aquellos que siguen las normas”.
El ex candidato
presidencial republicano John McCain aseguró que “2013 es la mejor oportunidad
para aprobar la reforma migratoria. Si fallamos, creo que pasarán muchos años
hasta que se vuelva a intentar arreglar este problema”, aseguró.
(MILENIO/Víctor
Hugo Michel/28 Enero 2013 - 9:25pm)
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