Por Rubén Luis Ayala/ agorarevista.com
Un miembro del equipo forense trabaja en una escena del
crimen donde cinco hombres fueron muertos a balazos en Ciudad Juárez el 12 de
julio de 2011. Los sicarios asesinaron a los cinco hombres disparándoles desde
un vehículo en movimiento mientras se encontraban frente a una clínica.
[REUTERS/José Luis González]
Cuando se trata de Los Zetas, el poder reside en la intimidación a través de
la violencia.
Y la violencia ha sido intensa en los últimos siete días, debido a
que el cártel quiere demostrar que su fuerza no ha disminuido por los recientes
ataques militares en su contra.
El recrudecimiento se inició con un ataque en un bar de Monterrey, que dejó
20 muertos.
Los atacantes, que llegaron en dos camionetas y un coche, tomaron
por asalto el bar, en el distrito de vida nocturna de la ciudad, y abrieron
fuego sobre los clientes.
Varias horas después, la policía de la ciudad de Torreón, en el estado de
Coahuila, encontró los cuerpos decapitados de siete hombres y tres mujeres en la
parte trasera de una camioneta. La cabeza de una de las víctimas femeninas
estaba colocada de manera provocadora en el cofre de la camioneta, según el jefe
de la policía, Guillermo Flores.
La policía sospecha que las víctimas habrían sido ejecutadas en lugares
diferentes varios días antes de deshacerse de los cuerpos, según informes
publicados.
La pila de cuerpos mutilados fue “un intento para sembrar terror
entre los ciudadanos de Torreón,” dijo la policía municipal de la ciudad en una
declaración.
Las autoridades están preparándose para más asesinatos en este ciclo.
La captura de El Mamito
La oleada se debe a que las autoridades buscan explotar sus éxitos contra Los
Zetas y contra lo que queda de un cártel de la costa del Pacífico, La Familia
Michoacana, que parece haber sido fracturado irreparablemente desde la captura,
este año, del líder del grupo, José de Jesús Méndez Vargas, apodado “El
Chango”.
Según sugieren informes de periódicos locales, luego del arresto, en julio,
de Jesús Enrique Rejón Aguilar, cofundador de Los Zetas, el cártel de Golfo se
convirtió en un desafío importante para ellos en el estado de Coahuila.
El
cártel del Golfo busca detener a Los Zetas para evitar su expansión en Monterrey
y sus alrededores. Monterrey es la tercera ciudad más importante de México.
La captura de Rejón, apodado “El Mamito”, fue acogida por las autoridades
mexicanas como un punto decisivo en la lucha contra Los Zetas, el cártel de
drogas que muchos consideran la organización criminal más violenta de México.
El
vocero de seguridad federal, Alejandro Poiré, dijo que el arresto significa “un
golpe de alto nivel a la estructura del grupo criminal”.
Sólo uno de los
fundadores originales del grupo, Heriberto Lazcano, permanece fugitivo, enfatizó
el vocero.
Poco después del arresto de El Mamito, algunos analistas predijeron una
oleada de violencia, argumentando que Los Zetas buscarían refutar rápidamente la
afirmación de las autoridades.
Cárteles rivales desafían a Los Zetas
“El cártel del Golfo no perdió tiempo en preparar algunos desafíos para Los
Zetas”, dijo Juan Pedro Izarra, un periodista local.
“Y Los Zetas están
determinados a enfatizar públicamente que no se han debilitado debido al arresto
de Rejón o a la serie de reveses que les han asestado las autoridades.”
También
añadió que: “A menos que hagan eso, pueden enfrentar deserciones hacia cárteles
rivales, dificultades de reclutamiento y las alianzas con organizaciones
criminales menores y pandillas callejeras podrían desintegrarse”.
En el estado de Coahuila, las mayores batallas se llevan a cabo entre Los
Zetas y el cártel de Sinaloa, de Joaquín “Chapo” Guzmán.
En el estado de Nuevo
León, los tres cárteles más importantes están en conflicto por el control de las
lucrativas rutas de contrabando del noreste hacia el sur de Texas.
El Mamito era
el mayor estratega de Los Zetas en sus sangrientas guerras.
Las pandillas pelean por el control del territorio
Cuando hablamos del área metropolitana de Monterrey, Los Zetas son los más
poderosos en los municipios de San Pedro Garza García y Guadalupe, en el sur; en
el municipio de Apodaca, en el este, y de San Nicolás de los Garza y General
Escobedo, en el norte, informó El Economista.
El oeste y el centro de la capital
de Nuevo León están compartidos por el cártel del Golfo y algunos elementos del
cártel de Sinaloa.
La mayor parte de la violencia se centra en Guadalupe y
Apodaca.
Los Zetas mantienen un sólido récord de reaccionar rápidamente a los ataques.
El verano pasado, el cártel respondió ferozmente al arresto de su presunto líder
, Héctor Luna Luna, secuestrando autos y camionetas para bloquear las carreteras
y avenidas principales de Monterrey.
“Esta vez la reacción ha sido más cruenta y geográficamente más extensa e
involucró a cárteles rivales que creen que Los Zetas estarían debilitados”, dijo
John Barry, especialista en crimen y justicia del Programa de Desarrollo de las
Naciones Unidas.
También incluyó en la reciente oleada de violencia, el tiroteo,
el mismo día del ataque al bar de Monterrey, de 11 personas en Chalco, una
población en las afueras de la Ciudad de México.
Dijo: “El gobierno mexicano se enfrenta a un cártel que ha demostrado gran
adaptabilidad.
Los Zetas pueden ser mucho más que sus miembros fundadores e
incluso la captura de figuras de alto rango, como El Mamito, no los amedrentará.
Esto será una gran guerra de desgaste”.
Ataques militares exitosos contra Los Zetas
Pero la presión se acumula y se da en todos los frentes, desde las
autoridades hasta los cárteles rivales.
En la primavera, Los Zetas se
enfrentaron con el Ejército en el estado de Coahuila.
Las redadas de las
autoridades produjeron grandes capturas de narcóticos, armas de fuego y
camionetas blindadas.
Además, estas redadas, así como el arresto de El Mamito,
podrían haberse realizado gracias a denuncias anónimas.
“El Ejército obtuvo
información de inteligencia precisa y procedió”, dijo el periodista local Pedro
Rodríguez.
Qué tan rápidamente puede desintegrarse un cártel quedó demostrado en la
costa del Pacífico, donde La Familia Michoacana agoniza.
A mediados de julio,
las autoridades mantuvieron bajo presión a la mayor facción desprendida del
grupo La Familia, los Caballeros Templarios, al desplegar 1,800 agentes
federales adicionales en el estado de Michoacán.
El despliegue incluyó también
170 vehículos, 15 ambulancias y 4 helicópteros MI y Black Hawk, informó la
oficina de Seguridad Pública en un comunicado de prensa.
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