Por Rubén Luis Ayala
Para agorarevista.com
La policía presenta a los medios de comunicación a José
de Jesús Méndez (segundo de la derecha), mejor conocido por el apodo de "El
Chango", y otros presuntos miembros del cártel en la Ciudad de México, el 22 de
junio de 2011. Méndez fue arrestado en un puesto de control de una carretera en
el centro de México. [REUTERS/Bernardo Montoya]
Pocos se hubieran imaginado que el arresto pudiera lograrse con tanta
facilidad y sin ningún disparo. Pero así fue la captura de José de Jesús Méndez
Vargas, jefe de La Familia Michoacana, el cártel más joven de México.
El arresto, en junio, involucró una redada de la Policía Federal en el centro
del estado de Aguascalientes, en contraste con la lucha armada de dos días donde
falleció la luminaria de La Familia, Nazario Moreno González, conocido como "El
Más Loco", en diciembre.
Mientras que la captura de Méndez, conocido también como "El Chango", fue
decepcionante desde algunas perspectivas, para las autoridades fue motivo de
júbilo.
El Presidente Felipe Calderón acogió la noticia del arresto con alegría a
través de su cuenta de Twitter, donde describió la captura del hombre, que tenía
una recompensa de $ 2.5 millones por su cabeza, como “un gran golpe" en contra
del crimen organizado.
En una conferencia de prensa en la Ciudad de México, el vocero de seguridad
más importante del Presidente, Alejandro Poiré, hizo eco de ese punto de
vista.
Describió la captura de El Chango como un gran e importante avance, alegando
que había “destruido lo que quedaba de la estructura de liderazgo” de La
Familia, un cártel famoso por mezclar teológica cristiana de culto y actos de
extrema violencia.
Los expertos de seguridad concuerdan y reconocen que el arresto es un gran
avance y que puede marcar el final del cártel, el primero en la guerra contra
las drogas del Presidente Calderón.
"Por primera vez, estoy de acuerdo con el
vocero mexicano", mencionó a CNN, George Grayson, profesor de gobierno en la
Universidad William & Mary. "Es un golpe fatal para La Familia."
Para el Presidente mexicano, la desaparición de La Familia será
particularmente gratificante.
El estado occidental de Michoacán, donde el cártel
tiene su centro de operaciones, es también el estado natal del Presidente
Calderón y fue el primer estado al que envió al Ejército después del anuncio de
la guerra contra las drogas.
El despliegue militar ocurrió después de que La Familia esparció de forma
espeluznante cinco cabezas humanas decapitadas en una pista de baile en la
ciudad montañosa de Uruapan.
Las cabezas estaban acompañadas por un mensaje
garabateado en un pedazo de papel que decía:
"La Familia no mata por dinero. No
mata mujeres. No mata personas inocentes, sólo a quienes merecen morir. Esto es
justicia divina".
Los funcionarios mexicanos han pronosticado por mucho tiempo el colapso de La
Familia. Y han tenido mucho qué señalar sobre el éxito en su incesante asalto al
cártel, desde la balacera de diciembre que dejó muerto a Moreno, hasta la
captura en mayo de 40 miembros de La Familia, incluyendo algunos importantes
miembros de nivel medio.
Pero algunos analistas y periodistas que han seguido la historia de La
Familia desde que se separó del cártel de Golfo, en 2006, y se formó como una
organización independiente, advierten que esto no es lo último que habremos de
escuchar por parte de de sus partidarios, estimados en más de 4,000.
Si no por
otra razón, debido a que la organización ya se estaba fracturando gravemente
antes de que la Policía Federal barriera con El Chango y esas fracciones
continuará desplegando violencia en los meses siguientes.
A comienzos del verano, se aceleraron las fracturas dentro de La Familia, el
proveedor de metanfetaminas más grande de la frontera norte.
Desencadenadas por
la muerte de Moreno, una figura ideológica mesiánica del cártel, las fracturas
ocasionaron una violencia extrema.
El Universal informó que Méndez le dijo a la policía que él buscaba una
alianza con el enemigo más implacable de La Familia, Los Zetas, mientras que
otro grupo fracturado llamado los Caballeros Templarios estaba consolidando un
acuerdo con el cártel de Sinaloa.
El jefe de la División Antidrogas de la Policía Federal, Ramón Eduardo
Pequeño, dijo, a los reporteros en una conferencia de prensa, que Los Zetas
acordaron apoyar a Méndez en su enfrentamiento con los separados Caballeros
Templarios, conducidos por su antiguo aliado, Servando Gómez, y que habrían
prometido suministrar a 200 hombres armados.
“Esto establece otro frente en la lucha por la supremacía entre Los Zetas y
la mafia de Sinaloa”, dijo en Michoacán, el reportero Esteban García. “La
naturaleza aborrece un vacío de poder, como ellos dicen. La contienda en el área
de Michoacán va a caldearse.”
Desde mayo, han sucedido batallas armadas entre las dos facciones. En una
balacera, un helicóptero de la Policía Federal fue forzado a aterrizar después
de ser baleado por un grupo de hombres armados.
Los funcionarios mexicanos también insinuaron que recibieron datos de
facciones enemigas que buscan derrotar a sus competidores.
En su conferencia de prensa, el jefe antidrogas, Pequeño, mencionó que a
finales de mayo Méndez invitó a sus allegados más cercanos a una junta en Las
Lomas, en el estado vecino de Jalisco. Fue cuando dicha junta concluía que la
Policía Federal pudo atrapar a 40 miembros de La Familia.
Sin lugar a dudas, el misterio continúa alrededor de la captura del propio
Méndez. Las autoridades federales han dado diferentes versiones de cómo
sucedió.
Las declaraciones iniciales de los oficiales y la policía dicen que fue
arrestado en un puesto de control en Aguascalientes sin enfrentamiento alguno.
Pero otras declaraciones de la policía, sugieren que habría sido capturado en su
escondite.
Subsecuentemente, el Comisionado de la Policía Federal, Facundo
Rosas, mencionó que fue capturado durante una operación “de precisión”.
El Economista citó que el Comisionado de la Policía, Rosas, reconoció que
“algunos hombres de su círculo cercano” habrían traicionado al líder de La
Familia.
De cualquier forma, los cárteles más grandes no quieren que los dejen atrás
en la lucha entre las facciones de La Familia sobre quién tomará el control de
la importante y estratégica costa oeste de México.
En un memorándum sobre seguridad acerca de las implicaciones del arresto de
El Chango enviado a sus clientes, Stratfor, una empresa comercial de
inteligencia global, dijo:
“En los siguientes meses vamos a ver indicios sobre
qué camino va a tomar esto: ya sea que la facción de LFM (Méndez) pudiera
continuar unida, o si serán capaces de esquivar la ofensiva de los Caballeros
Templarios, y si podrán convertirse o no en los aliados más cercanos de Los
Zetas”.
En el pasado, La Familia había contado con la simpatía de algunos ciudadanos
locales, quienes han abrigado por mucho tiempo sentimientos complejos hacia el
cártel debido a su solidaridad con la región y recelo hacía la gente de afuera y
al gobierno federal.
De la misma manera que el legendario Pablo Escobar, de
Colombia, se comprometió para hacer “buenos trabajos” para los residentes
locales mientras que los extorsionaba, La Familia, bajo el mando de El Más Loco,
pudo llevar a cabo el mismo truco, distribuyendo Biblias y reconstruyendo
escuelas.
Con su partida, en diciembre, mucho de ese trabajo estratégico ha disminuido.
El Comisionado de la Policía, Rosas, añadió que La Familia ha estado sufriendo
una crisis de flujo de efectivo desde diciembre y que ni siquiera puede pagarle
a los hombres armados del cártel.
Ahora, con El Chango bajo custodia federal, el
grupo ha perdido a su líder con más mentalidad estratégica. “Sería equivocado
pensar que La Familia ahora sólo desaparecerá”, dijo García. “Pero la estamos
viendo morir.”
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