Los
militares al mando de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Estado se
alimentan bien y tienen atención personalizada cuando comen, con cargo al
erario.
A
pesar de que el decreto de austeridad del gobernador Quirino Ordaz Coppel
prohíbe gastos en alimentación, el titular de la SSP, Genaro Robles Casillas,
mandó habilitar una cocina y contrató un chef.
Los
alimentos son preparados solo para Robles Casillas, el subsecretario de
Seguridad Pública y Prevención y Readaptación Social, Cristóbal Castañeda
Camarillo, y el subsecretario de Estudios, Proyectos y Desarrollo, Sergio
Piñeiro Camacho.
Además
de los tres militares, ocasionalmente ingresan los capitanes que ocupan las
direcciones o jefaturas de la SSP y son del grupo cercano a Robles Casillas.
El
personal de la dependencia tiene restringido el ingreso a esa área, solo pueden
entrar los militares, el chef y una señora del área de intendencia, quien sirve
la comida en la mesa o prepara los alimentos cuando el chef no está.
De
acuerdo con facturas de las que Ríodoce tiene copias, entre septiembre y
octubre los sinaloenses pagaron 31 mil 226 pesos por la alimentación de los
militares.
Ese
gasto contempla la compra de alimentos y el sueldo del chef.
En
dos meses, compraron desde carnes, frutas y verduras, hasta golosinas y
rastrillos.
Con
cargo al erario adquirieron carne de res, pollo, frutas, verduras, crema de
cacahuate, agua mineral importada, jarabe de chocolate, harina para crepas,
yogurt griego, chocolates, cereales Zucaritas, Chococrispis y Honey Brunch.
El
general retirado pasó por alto las instrucciones de su superior, el Gobernador,
quien emitió el “Decreto que establece las medidas de disciplina del gasto en
el ejercicio presupuestal, así como para el uso ordenado y eficiente y
transparente de los recursos públicos”.
El
9 de enero de este año, el secretario de Administración y Finanzas, Carlos
Ortega Carricante, dio conocer el plan de austeridad y lo sintetizó en 20
medidas para obtener ahorros en el gasto gubernamental.
La
número 15 es: “No se autorizarán gastos de consumos de alimentación personales
o familiares”.
El
decreto fue publicado por el gobernador Quirino Ordaz Coppel un día después con
carácter de obligatorio para todas las dependencias de la administración
pública estatal.
El
documento restringe los gastos de las dependencias en alimentación, viáticos,
gasolina y telefonía celular, entre otros.
El
Artículo 72 establece: “los titulares de las Dependencias y Entidades se
abstendrán de autorizar erogaciones por concepto de alimentación personales o
familiares, con excepción de los gastos de alimentación al personal en las
propias instalaciones en casos plenamente justificados de las áreas de salud,
seguridad pública y procuración de justicia”.
El
decreto permite alimentación para el personal de seguridad y para ellos la SSP
cuenta con un comedor en las instalaciones de la Policía Estatal Preventiva
(PEP). Ahí, los elementos policiales tienen comida sin costo y el personal
administrativo de la PEP y de la SSP, a un precio de 20 pesos.
Los
mandos de la dependencia nunca han usado ese comedor, solamente el día que lo
reabrieron en mayo y cuando se celebró el Día del Policía en julio.
De
acuerdo con trabajadores de la SSP consultados, el comedor exclusivo para los
militares fue habilitado desde abril.
Cuando
el General retirado tomó el mando de la dependencia, él y su grupo de allegados
comían en el comedor del Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad
Pública (INECIPE), ubicado a un costado de la Secretaría, en donde hay un
comedor para los cadetes y otro para los mandos de esa institución, el segundo
era el que usaban los militares.
En
abril, Robles Casillas mandó habilitar un área de cocina en las instalaciones
de la SSP.
La
cocina y comedor están ubicada en un área del departamento de administración de
la dependencia.
De
acuerdo con las facturas, por habilitar esa área como cocina pagaron 29 mil 447
pesos a Fermín Peraza Nevárez.
Para
que preparara los alimentos, el general contrató un chef con un sueldo de 11
mil 111 pesos mensuales.
Trabajadores
de la SSP criticaron que además de ser un gasto innecesario, el chef tiene un
sueldo superior al de algunos empleados de la dependencia.
Un
policía segundo de la Dirección de Servicios de Protección por ejemplo, tiene
un salario de 7 mil 802 pesos; y un
asistente C, recibe 4 mil 241 pesos al mes menos impuestos.
De
acuerdo con las facturas de septiembre y octubre, en dos meses compraron 9 mil
cuatro pesos en alimentos con cargo a los contribuyentes.
Los
militares gustan de comer pechugas de pollo, carne deshebrada, milanesas de
res, carne molida, salchichas de Viena, jamón york, salami y yogurt natural
griego.
En
frutas y verduras además de tomate, cebolla, chiles, papaya y manzanas, compran
zanahoria baby espinaca baby, champiñones, corazones de apio, lechuga italiana,
tunas y pitahayas.
En
bebidas solo aparecen compras de agua mineral de sabor limón Perrier importada
de Francia, jugo de soya, agua de coco y café soluble.
Para
los antojos compran crema de cacahuate, cajeta, mermelada, paletas de
malvavisco cubierto de chocolate, donas, Negritos Bimbo, dulces de chocolate y
leche y harina para crepas.
En
una de las factura se incluye la compra de una paquete de rastrillos Gillette
Prestobarba de tres hojas.
Mientras
los mandos de la SSP tienen cocina privada, los elementos de la Policía Estatal
Preventiva salen a operativos sin viáticos.
En
el comedor de la PEP consumen solo cuando se encuentran en Culiacán.
Desde
la llegada los militares a la SSP, señalaron los agentes, los viáticos se
convirtieron en un problema.
El
caso más reciente ocurrió el mes pasado con agentes enviados a la sierra de
Concordia sin viáticos, por más de dos semanas.
Los
elementos comisionados tuvieron que desembolsar de su sueldo para los gastos de
alimentación.
A
la zona norte del estado, comentaron elementos, los han mandado hasta por tres
meses sin viáticos. De su bolsillo tienen que pagar alimentos y hospedaje.
A
los únicos que les entregan viáticos y a tiempo, mencionaron, son a los
elementos de la Ayudantía del Gobernador; y a los militares que tienen puestos
de mandos en la PEP.
(RIODOCE/ ALEJANDRO MONJARDÍN/ 13
NOVIEMBRE, 2017)
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