NdeR:
Se recomienda leer los siguientes datos antes de
continuar
[Frente a la resistencia de las entidades públicas y
los muros legales, el navegante de los portales de acceso a la información se
parece a Moisés, el hombre bíblico que en cuarenta años de búsqueda jamás pisó
la tierra prometida. El marco jurídico de la Transparencia nacional permite que
la información sea negada con uno de estos argumentos: los datos solicitados
están bajo reserva, son inexistentes o confidenciales. Así, la Administración
de Enrique Peña Nieto mantiene más de 12 millones de expedientes bajo llave. Se
ha negado a mostrar el acta de nacimiento del Presidente, el decreto que avala
la pensión vitalicia a exPresidentes y sus viudas, los resultados de sus
encuestas, los fundamentos para crear la Gendarmería o los gastos de las
fiestas dentro de Los Pinos. #DatosCerrados es un ejercicio de la Unidad de
Datos de SinEmbargo que identifica lo que el Gobierno y otras instituciones no
quieren revelar.]
#DatosCerrados | Nombrado en 1991 por el
entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari, el presidente de la Comisión
Nacional de Salarios Mínimos, Basilio González Núñez, es el funcionario más
veterano en la alta burocracia mexicana. Percibe al mes 173 mil 620 pesos
brutos, lo que un trabajador con el mínimo alcanzaría sólo si laborara mil 486
días.
Pero, ¿cuál es su fortuna? ¿Ha comprado
casas? ¿Autos? ¿Joyas? ¿Obras de Arte? ¿En qué ha gastado este hombre que ha
negociado con cinco Presidentes y 11 Secretarios del Trabajo? En 26 años jamás
ha logrado que el mínimo cruce el umbral hacia el bienestar, pero lo que sí ha
conseguido es mantener su fortuna oculta. Siempre, en sus declaraciones
patrimoniales, el hombre que en febrero pasado cumplió 73 años ha suscrito que
no está de acuerdo en hacer públicos sus datos patrimoniales.
Ciudad de México, 27 de
noviembre (SinEmbargo).- Estos son sus números: 173 mil pesos de salario bruto,
26 años en la presidencia de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos
(Conasami) y cero propiedades públicas declaradas ante los ciudadanos. Es
Basilio González Núñez, el funcionario más veterano de México quien no ha
logrado que el mínimo llegue a un nivel de bienestar, pero sí ha logrado
mantener oculta su fortuna.
El hombre que ha negociado
con cinco Presidentes de la República, 11 Secretarios del Trabajo, que trabajó
durante el salinismo y luego con el zedillismo al tiempo de la crisis
financiera de 1995; el contemporáneo de los asesinatos del candidato y secretario
general del PRI, Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu, así como la
muerte del octogenario dirigente de la Confederación de Trabajadores de México,
Fidel Velázquez Sánchez; jamás ha aceptado hacer públicos sus bienes
patrimoniales.
Durante el peñanietismo, el
salario bruto de Basilio González Núñez se ha mantenido prácticamente igual: en
2014 era de 173 mil 466 pesos, en 2015 fue de 173 mil 436, en 2016 fue también
de 173 mil 436. Es decir, sólo durante esta Administración ha percibido más de
diez millones de pesos.
Es una incógnita si Basilio
González Núñez ha adquirido casas, automóviles, obras de arte, joyas o relojes
en las casi tres décadas en que ha ocupado el despacho principal de la Conasami
en la Avenida Cuauhtémoc de la antigua colonia Doctores de la Ciudad de México.
Lo es también si ha ahorrado su dinero en inversiones en cuentas bancarias. En
el cúmulo de declaraciones patrimoniales que está obligado a presentar ante la
Secretaría de la Función Pública (SFP) siempre ha suscrito que no está de
acuerdo en hacer público su patrimonio.
No hacer públicos los bienes
es un derecho estipulado en el artículo 40 de la Ley Federal de
Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. Basilio González
Núñez no ha variado jamás en atenerse a ese precepto legal. En las 16
declaraciones patrimoniales que aparecen en el portal de Declaranet de la SFP
no hay ningún bien acreditado bajo su nombre.
***
Basilio González, presidente de la
Conasami y el funcionario más veterano de México. Foto: Armando Monroy,
Cuartoscuro
Con 73 años de edad, Basilio
González Núñez –el hombre que cada año fija el salario mínimo- ha logrado
permanecer en esa comisión creada en 1962, pero reformada en 1987 cuando desde
el Gobierno del entonces Presidente, Miguel de la Madrid Hurtado, se impulsó un
pacto económico con los sectores laboral y empresarial para frenar la
inflación.
Cada año, la Conasami instala
una sesión ordinaria en la que, con base en estudios debate cuál debe ser la
remuneración mínima de los trabajadores. Pero, en los últimos quince años, el
salario se ha fijado de acuerdo con la Inflación estimada por el Banco de
México, un promedio de 20 pesos anuales.
Así ocurrió el pasado 21 de
noviembre un alza al salario mínimo. Pero como si se tratara de un guión,
repetido cada año desde 1991, el incremento fue menor al requerido para cruzar
hacia la línea de bienestar. El Consejo de Representantes de la Comisión Nacional
de los Salarios Mínimos (Conasami) determinó que a partir de diciembre de 2017,
el Salario Mínimo General subirá de 80.04 pesos a 88.36 pesos diarios, un
aumento de 10.4 por ciento.
La Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI) indica que la mitad de la población ocupada en el país sólo
gasa hasta dos salarios mínimos. La cifra de trabajadores que ganan uno o hasta
dos salarios mínimos y también aquellos que no reciben ingresos por su
actividad, ascendió 24.5 millones, el 47 por ciento de la población ocupada
durante el cuarto trimestre del año pasado.
En 2014, la Auditoría
Superior de la Federación (ASF) detectó que de 2001 a 2014, la Conasami había
gastado 539 millones 600 mil pesos en 144 estudios socioeconómicos en los
cuales se sustentaría el debate de la fijación anual del salario mínimo, pero
ninguno reflejaba una metodología para la determinación de ese referente. “En
los estudios realizados no se refleja una metodología para la determinación del
monto de los salarios mínimos, ni los factores a considerar para el incremento
del mismo; tampoco se identificó la realización de estudios para analizar el
presupuesto indispensable para la satisfacción de necesidades de cada familia,
y las condiciones de vida de los trabajadores del salario mínimo”, indicó la
ASF.
Cuando tomó el encargo de la
Conasami, Basilio González Núñez no estaba titulado. Pasaron diez años para que
se licenciara en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), de acuerdo con una búsqueda en el Registro Nacional de Profesiones de
la Secretaría de Educación Pública (SEP). Su tesis fue “La concertación social
en México”, un documento de 70 cuartillas en el que uno de los capítulos se
refiere al salario mínimo como resultado de ese proceso que implicaba la
contención de la economía de México.
En la última década, la Unión
Nacional de Trabajadores (UNT) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD)
han pedido la desaparición de la Conasami, por considerarla rebasada y
obsoleta. El último intento para su extinción lo hizo en agosto pasado el Jefe
de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, a través de una carta
enviada a los coordinadores parlamentarios de todos los partidos en la Cámara
de Diputados. Pero la Conasami se ha quedado y con ella, su presidente.
(SIN EMBARGO/ LINALOE R. FLORES/ NOVIEMBRE 27, 2017,
12:05 AM)
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