“Quién sigue, no sé, lo triste de todo es que
no se sepa nada, en esta administración ya van cinco abogados asesinados
cobarde, artera e impunemente”, dijo a ZETA el licenciado Arturo Rubio Ruiz,
tras el homicidio de su colega Bruno Castro González, perpetrado por un comando
armado el 12 de septiembre
“Nos
da una enorme preocupación, me avergüenza el silencio de los compañeros. Si
comparas con otros gremios ofendidos, martillados, los abogados que nos
dedicamos a defender a otras personas, en estos casos no alzamos la voz”,
reclama el licenciado en Derecho, Arturo Rubio Ruiz.
Y
es que el 12 de septiembre de 2017 fue un martes rojo para los abogados de Baja
California Sur. Bruno Castro González, de 51 años de edad y originario de Los
Cabos, fue ejecutado por un comando armado que disparó en repetidas ocasiones.
“Fue
terrible ver a la mujer, yo digo que su familiar, llorar incansablemente al
lado de la persona muerta arriba de la (Jeep) Liberty, la señora le daba vuelta
a la camioneta lamentándose, luego de unos minutos llegaron elementos de la
Marina y una ambulancia de la Cruz Roja”, dijo uno de los vecinos que observó
momentos después de escuchar varias detonaciones de arma de fuego.
El
homicidio ocurrió al filo de la 5:30 pm, en las calles Valerio González y
Batalla de Puebla de la colonia Primero de Mayo, en San José del Cabo,
municipio de Los Cabos. El abogado quedó recostado sobre el asiento del
copiloto y con la puerta abierta. Vestía playera a rayas color gris y negro, y
al parecer un pantalón deportivo color gris.
“Me
siento expuesto, todos los que nos dedicamos al litigio estamos en un marco de
impunidad, cualquiera nos puede matar, porque solo hay que parecer sicario para
ser ejecutado y no pasa nada. Quién sigue, no sé, lo triste de todo es que no
se sepa nada, en esta administración ya van cinco abogados asesinados cobarde,
artera e impunemente”, lanzó Rubio Ruiz.
Demandan
abogados de BCS y la misma ciudadanía que haya perfiles calificados y con
capacidad en los diferentes puestos de Seguridad Pública, pues dicen se
requiere mayor compromiso y no trabajo político.
El
abogado Castro González era muy popular en Los Cabos, incluso estuvo al frente
del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en ese municipio, en procesos
administrativos, territoriales; contaba con propiedades a su nombre que alquilaba,
llevó fuertes procesos de propiedades de diferentes empresarios, incluso contra
la administración pública.
En
el Ayuntamiento cabeño trabajan dos de sus familiares, Isaac Castro González,
hermano y director municipal de Asentamientos Humanos; además de Julio César
Castro, primo y titular de Recursos Humanos en el municipio cabeño.
En
su gran mayoría los casos de litigantes asesinados tienen tintes de
participación de la delincuencia organizada, pero “no le quieren entrar para
aclamar justicia, tienen miedo frente a un Estado de Derecho roto por
delincuentes, si ellos que conocen la Ley no quieren denunciar y reclamar,
ahora imagínate los ciudadanos comunes, necesitamos que haya denuncias para que
nosotros como instituciones podamos entrar y atender la demanda ciudadana, si
no hay queja, cómo activar nuestros protocolos”, lamentó por su parte un agente
de investigación de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Aunque
el llamado de las fuerzas armadas es la denuncia a la sociedad, hay algo que
los propios abogados han dejado claro: conocer la Ley no es materia suficiente
para hacer que esta se cumpla.
“Es
la triste realidad, dime quién está al frente de la seguridad pública del
Estado, qué experiencia tiene; es como poner a realizar una cirugía de hígado a
alguien que se dedica a la carpintería o electricista, es lo que estamos
haciendo: le estamos dando la responsabilidad de la seguridad pública a un
administrador”, denunció otro asistente legal consultado por ZETA, el cual
pidió anonimato.
Es
de reconocerse que en Baja California Sur, las instituciones han quedado mucho
a deber debido a la falta de preparación no solo de la fuerza pública, sino de
quienes conducen la seguridad pública del Estado; hay un total descontrol de la
“coordinación” que tanto han pregonado.
“No
hay instrucciones precisas, nadie está operando la parte estatal, no hay
instrucción de perseguir, detener y castigar a los sicarios o delincuentes,
necesitamos que haya una cabeza congruente, quien esté al tanto de las acciones
que estamos tomando y no solo de materia política y buscar un escaño más”,
reveló un agente adscrito al Grupo de Coordinación de Seguridad Pública en el
Estado.
Respecto
a la muerte del abogado cabeño, hasta el cierre de esta edición, se determinaban
modus operandi a través de terceras personas, ni siquiera con la capacidad de
investigar o una abstención de investigación; solo no han retomado los
detalles, únicamente se archivó.
El
grave problema reside dentro de la tropa institucional, dicho por los propios
elementos de investigación y seguridad pública, “no hay instrucción de detener,
mucho menos investigar, solo se está llevando los casos como archivo, la raza
así lo ha manifestado y prefieren otros caminos para apoyar en algo a la
gente”, lamentó el agente consultado.
Es
claro que la incompetencia de ciertos servidores es pública, lo peor de todo es
que no les importa lo que les digan, menos aún saber que van en un camino equívoco.
Homicidios
y cruces en gran parte de Los Cabos y La Paz, los municipios donde hay mayor
concentración de ejecuciones en los últimos dos años
“Es
la preocupación, indignados por la impunidad, preocupados por la sordera de las
autoridades a nuestros reclamos, mientras sigan al frente las personas que no
están capacitadas, esto va a seguir empeorando y este barco no se va a
enderezar”, advierte el abogado Arturo Rubio.
EL RECUENTO DE ABOGADOS ASESINADOS
La
muerte de Bruno Castro González es solo la muestra de la impunidad en las
calles de la entidad, ni los encargados de la seguridad de los tres niveles,
los de procuración, menos aún los de brindar protección a la ciudadanía, han
podido frenar los asesinatos a narcomenudistas, ciudadanos comunes, policías,
comunicadores y ahora abogados.
“Estamos
permitiendo que alguien que no conoce de seguridad pública juegue al encargado
de la seguridad pública, que alguien que no sabe procurar justicia se ponga a
dar clases y vender libros cuando debiera estar haciendo una labor eficaz y
contundente, y no se está haciendo. Basta de improvisación, siguen dando
nombramientos al amigo, al conocido”, lamentó el abogado litigante.
Los
hechos se han registrado en diferentes puntos, algunos en los propios despachos
jurídicos, en sus hogares o en la vía pública, algunos caracterizados por
defender a narcotraficantes, otros simplemente por dedicarse a lo que
estudiaron.
AQUÍ CINCO CASOS:
MANUEL MARTÍNEZ MERCADO. Ejecutado el 10 de noviembre de 2015 en el interior
de su domicilio en calle Coahuila, en el Ejido Chametla de La Paz. Fue
despojado de algunas pertenencias.
SAMGAR SALVADOR GÓMEZ REYES. Asesinado el 29 de junio de 2016, muy cerca de su
domicilio en las calles Airapí casi esquina con Puesta del Sol, Colonia Guaycura.
Tenía 37 años de edad y se desempeñó como encargado de despacho de la
Subprocuraduría de Investigaciones Especiales de la Procuraduría General de
Justicia en el Estado (PGJE). Su nombre apareció en una narcomanta colgada el
23 de abril de ese año: “CDS Samgar y Viviano, tienen cinco días para entregar
los 5 millones por limpiar la plaza, traidores hijos de su puta madre contesten
los blackberrys ratas traidoras…CDS”). Fue además abogado litigante y defendió
a policías estatales haciendo mal uso de sus armas de fuego.
FELIPE MORENO ACOSTA. Acribillado el 21 de febrero de 2017 a la puerta del
despacho donde llevaba algunos casos, ubicado en la colonia Pueblo Nuevo de La
Paz. Perdió la vida a los 33 años, tras llegar al hospital con múltiples
heridas de bala. Llevaba algunos casos de riesgo.
CARLOS PALOS AROCHA. Ultimado a balazos el 23 de agosto de 2017 a las
afueras de su despacho jurídico. En vida fungió como subprocurador de
Investigaciones Especiales de la PGJE. Además fue abogado litigante y tomó el
caso del ex líder de plaza por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación en Los
Cabos, Abraham Cervantes Escareaga “El Babay”, detenido la madrugada del 19 de
junio del año en curso, en su vivienda del lujoso fraccionamiento Pedregal de
Cabo San Lucas.
BRUNO CASTRO GONZÁLEZ. Privado de la vida la tarde del martes 12 de
septiembre en la colonia Primero de Mayo en San José del Cabo. Aún se siguen
las líneas de investigación que motivaron su asesinato:
La
posible trata y cobro de piso por parte del crimen organizado, misma que ha
sido denunciada por algunos comercios, debido a que contaba con algunos locales
en alquiler.
Vínculos
con el crimen organizado, debido a que pudiera haber mantenido relación o casos
de cuidado de propiedades de narcotraficantes establecidos en Los Cabos.
La
línea de menor fuerza, pero que ha sido tomada dentro de las investigaciones,
tiene que ver con asuntos políticos y de litigio de propiedades.
Aunado
a estos cinco homicidios cometidos contra litigantes, algunos profesionistas
han sido perturbados por atentados criminales que los han llevado a solicitar
protección de las fuerzas del orden.
Diversas
narcomantas han sido colgadas contra servidores públicos, abogados y miembros de
la delincuencia organizada como amenazas.
ZETA REGISTRÓ AL MENOS TRES EVENTOS DE
AMENAZA:
RAMÓN OCHOA. Ha sufrido dos atentados en su contra, el primero
registrado en noviembre de 2014, cuando fu agredido en la calle Morelos, muy
cerca del conocido en su momento como Gimnasio Auditorio; resultó gravemente lesionado. Mientras que el
segundo episodio tuvo lugar el 10 de diciembre dl 2016, en las calles Miguel
Hidalgo entre Aquiles Serdán y Guillermo Prieto de la colonia Centro de La Paz,
cuando resultó herido en una pierna.
DESPACHO JURÍDICO DUARTE GÓMEZ Y
ASOCIADOS. El 14 de agosto 2015, cuando se llevaba la
defensa de Simón Guillermo Hernández Peña “El Simón” o “El Sepulturero”, la
oficina que se ubica en las calles Allende y Altamirano de La Paz, fue atacada
a tiros. Allí dejaron una cartulina en la cual se leía: “LIC ROBERTO DUARTE GÓMEZ LIC GETZABE MURILLO SANCHEZ DEJENDE DEFENDER
ASESINOS SI LO SIGUEN HACIENDO USTEDES SEGUIRAN A LITIGAR AL PANTEON”.
El
temor de abogados litigantes del Estado es justificado, cinco compañeros han
muerto por desempeñar su labor, y otros más han sido amenazados por el crimen
organizado, y no se han entregado cuentas de estos y muchos otros homicidios
ocurridos en Baja California Sur.
El
mismo detalle ha sido señalado una y otra vez, todos los expertos consultados
han caído en el mismo dilema: “Revisa todas las corporaciones del Estado, no
vas a encontrar a ningún profesional de carrera al frente de ninguna. Cómo
vamos a esperar que se recupere la seguridad, cuando no hay profesionales al
frente de las instituciones que deben estar encargadas de darnos la misma”.
INCAPACIDAD AL DESCUBIERTO
“Vemos
patrullas circulando, pero no vemos eficacia y operatividad, vemos a demasiada
uniformada pero muy poca gente haciendo la labor que es más importante en esos
casos, que es la de inteligencia policial y coordinación. Es lamentable, pero
no va a mejorar la situación si no tenemos profesionales y si no tenemos aquí
en el Estado, hay que traerlos de otro lado, pero hay que poner las cosas en
manos de profesionales”, denunció un experto en criminología.
Pero
esto no ocurre solo en Baja California Sur. En redes sociales trascendió un
video supuestamente grabado en Tamaulipas, donde un comando armado se paseó
frente a un retén de gendarmes de la Policía Federal, e impunemente, los presuntos criminales se
retiraron del sitio sin ser molestados.
La
historia fue similar en Los Cabos la tarde del miércoles 13 de septiembre,
cuando un comando armado abrió fuego en las calles de Paseo Barlovento y
Chinook de la colonia Rosarito en San José del Cabo, frente al Hotel Renata
(antes Carolina II), en el que ya se habían presentado ejecuciones y balaceras,
además, es el hotel donde se hospedan elementos de la Policía Federal División
Gendarmería.
Las
fuerzas armadas sin apoyo de las fuerzas estatales están deteniendo a sicarios
y salen libres por la incompetencia en los asuntos del fuero común, debe
existir acompañamiento de autoridades civiles y éstas han dejado de perseguir
delitos.
“Es
terrible el nivel de impunidad con que estamos viviendo en Los Cabos, para que
el comando armado siga a una familia y dispare en repetidas ocasiones en contra
de los ocupantes del carro justo enfrente de los elementos federales, esto no
tiene nada que ver en si los ocupantes estaban vinculados o no al narco, se
trata de que los delincuentes están atacando a sus víctimas en sus propias
narices y es una burla”, expuso un elemento del Mando Mixto Policial adscrito a
Los Cabos.
La
camioneta Honda CRV de color blanco era perseguida varias cuadras atrás,
incluso en su afán por huir de los agresores intentó escapar y entrar al hotel
resguardado por gendarmes, pero quedó en el acceso, donde recibió una fuerte
descarga de rifles automáticos. Después se conformó un fuerte dispositivo de
seguridad en la búsqueda de los agresores, que hasta la noche mantenía en
vigilia a las fuerzas federales, quienes establecieron operativos y retenes en
varias colonias a la redonda.
El
resultado, según el reporte obtenido, fue de cinco personas ocupante del
vehículo, tres de ellos hombres -dos son jóvenes-, una mujer y un niño; de los
ocupantes, tres resultaron lesionados por disparos de arma de fuego. Hasta el
cierre de esta edición, no se dieron a conocer mayores detalles del atentado.
Anteriormente
ese hotel fue escenario de una masacre y de recurrentes balaceras:
* Al mediodía del 16 de diciembre de
2016, un comando armado abrió fuego contra la habitación número 22, entre ocho
y diez disparos de arma de fuego desde un pick-up dorado en circulación.
* A las diez de la noche del 6 de enero
de 2017, una pareja armada ingresó al hotel y penetró la habitación marcada con
el número 18, donde había cuatro personas (tres masculinos y una femenina); en
el sitio quedaron tres hombres sin vida, mientras que la mujer pereció camino
al Hospital General de San José del Cabo.
Se
sabe que los dueños del hotel decidieron cambiar el nombre debido a la imagen
que proyecta tras el hecho de sangre, sin embargo, cabe destacar que cada
rincón ahora es escenario de balaceras, aún se encuentran elementos de
seguridad de la Federación.
Los
niveles de inseguridad han sido desbordados, incluso el 7 de septiembre de este
año quedó evidenciada la mala coordinación y el mal trabajo que se ha
realizado, esa tarde, pasadas las cuatro, se informó del cuerpo sin vida de una
persona del sexo masculino en el arroyo del Vado de Santa Rosa. Los presuntos
sicarios viajaban a bordo de un pick-up de color blanco, la cual portaba
material de construcción en la cajuela.
Tras
una persecución, efectivos de la Secretaría de Marina lograron la detención de
cuatro tripulantes, tres hombres y una mujer; sin embargo, fueron puestos en
libertad y, 48 horas después, se cumplimentaron las órdenes de aprehensión.
“La
cuestión es que nosotros como fuerzas federales no podemos realizar ese tipo de
detenciones si no hay una autoridad civil para el apoyo, por eso en cuanto
fueron detenidos sabíamos que no había mucho, pero las instituciones locales
han dejado de lado su acción, y nosotros estamos atendiendo en la medida de lo
posible la demanda ciudadana”, externó el efectivo militar.
Con
total impunidad sicarios ingresan a viviendas, negocios o en las calles,
ejecutan y se retiran sin ser vistos por las autoridades, las cuales se han
hecho a un lado por miedo a equivocarse.
Pero
lo que la Federación, en estos casos militares de la Sedena, Marina y Policía
Federal desconocen, es una paralización de las fuerzas locales para atender la
demanda de la ciudadanía, hay extrema precaución de las cabezas institucionales
en otro tipo de procesos. Álvaro de la Peña Angulo, secretario general; Ismael
Sigala Páez, subsecretario de Seguridad Pública estatal; y Erasmo Palemón
Alamilla Villeda, procurador; incluso los encargados de las direcciones
generales de Seguridad Pública de los municipios, están más preocupados por
atender procesos de elección en puestos, que en
las tareas que actualmente deberían desempeñar.
Nadie
quiere equivocarse y que le cueste un cargo, quieren crecer más en política que
incentivar la credibilidad de la gente.
“Me
ofende la pasividad de los diputados que están bien apurados sacándose fotos,
repartiendo despensas, para congraciarse con la comunidad, haciéndose pasar
como grandes benefactores de la humanidad, los escucho en sus informes llenos
de generalidades, de vaguedades, de ambigüedades y no escucho a nadie hablar de
lo que más nos preocupa a todos que es la seguridad, con bombo y platillos todo
el fin de semana estuvieron cacaraqueando sus resultados, ninguno que
trascienda como importante”, denunció el encargado de la Asociación de Atención
a Víctimas del Delito, Arturo Rubio.
Pero
en el lado de justicia, la queja de policías es clara, pues arriesgan su vida
portando uniformes y no actuando.
“Estamos
de manos atadas, la palomilla no puede operar la estrategia para detener puchas
ni a nadie, no quien se encargue de ordenar las detenciones, por eso la
palomilla se encuentra atendiendo en lo que puede”, señaló un agente de la
Policía Ministerial.
Para
abogados litigantes del Estado, los cuales ya realizan sus cálculos sobre la
labor que desempeña Erasmo Palemón Alamilla Villeda, el resultado es que el
servidor público ha quedado mucho a deber: “Se está generando una impunidad
espantosa, 360 muertos, sobre la base de 360 y con base a las personas que han
sido consignadas, el nivel de impunidad es del 99.3 por ciento, esto es
increíble, es una tierra sin Ley, donde no pasa nada”, denuncian.
CERESOS SIN LEY
La
mañana del 12 de septiembre, en el interior del Centro de Reinserción Social
(Cereso) de San José del Cabo, se registró una riña entre internos y, tras
varios minutos de angustia, surgió la información de que una persona había
perdido la vida “producto de un arma punzocortante, una ‘puntala’ o un cuchillo
hechizo, realizado con herramienta de trabajo del taller”, apuntó la fuente de
seguridad.
De
acuerdo al informe médico, la víctima resultó con herida punzocortante en
carótida, lo que le costó la vida y murió desangrado cuando era trasladado a la
unidad médica; personal del Cereso denunció ante ZETA que “es imposible
mantener un control en el penal, se tienen que ir algunos personajes que están
causando muchos problemas y no hay quien les pare las actividades ilícitas, si
ya saben quiénes son, quienes desde dentro solicitan quién debe morir, ojalá se
les prenda el foco a los jefes”.
La
única justificación que ha sido presentada, es que los elementos no tienen la
capacitación requerida o los exámenes de Control y Confianza, pero como
denunció el elemento del penal, se requieren las condiciones laborales para
poder operar, y con toda franqueza se dirigió a este medio, informando que
aparte de laborar como custodio, cuenta con negocio para poder solventar y
sobrellevar los gastos en el hogar.
Álvaro
de la Peña Angulo, Secretario General de Gobierno, asegura que se perseguirá
los homicidios de abogados y todos los ciudadanos que han sido ultimados por la
delincuencia organizada.
Ante
dicha denuncia, Álvaro de la Peña Angulo, secretario general de Gobierno y
vocero del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública en Baja California Sur,
respondió:
“Es
importante que el personal de los reclusorios estén capacitados y con mejores
salarios. Están instalados los equipos de video vigilancia al interior, y
tenemos posibilidad de determinar responsabilidades cuando se dan situaciones
al interior del Cereso, no nada más de una agresión de esta naturaleza, sino de
cualquier ilícito que se presente”.
Pero
cómo conseguir que los elementos que resguardan el penal puedan actuar en
contra de las “irregularidades” que se viven dentro, si ni siquiera existe el
apoyo necesario para atender las necesidades básicas.
“Los
dejaron ahí parados durante un buen tiempo, después les dan una hora para
comer, y el problema es que los mandan con sus propios recursos, así cómo
quieren que haya un buen trabajo”, denunció uno de los efectivos de la Marina,
quienes sí recibieron atención e insumos en la hora de comida que recibieron.
El
joven fallecido en el penal llevaba por nombre Max Daniel Peralta Pacheco, de
25 años de edad y, de acuerdo a la información obtenida, se encontraba recluido
desde finales de febrero de 2014. Policías ministeriales ejecutaron orden de
aprehensión girada por el juez segundo de Primera Instancia del Ramo Penal, el
delito imputado fue lesiones dolosas que ponen en riesgo la vida.
Desde
ese entonces se encontró recluido en el penal, su condición de problemático
dentro del centro, terminó cuando fue acuchillado.
“Es
muy complicado poderlo controlar, porque dentro del Cereso hay talleres en que
los internos se mantienen ocupados, y en una riña entre ellos, sin embargo, no
va a quedar impune, el interno señalado está ahí dentro del mismo reclusorio,
se tendrá que llevar un procedimiento penal como cualquier hecho que acontece”,
argumentó De la Peña Angulo.
Reconoció
que es complicado establecer vigilancia y evitar que los reclusos se hagan
daño, lo que deja entrever que están expuestos a la furia de otros internos, o
bien, que la lucha entre diferentes grupos dentro del penal sigan en disputa
por la venta y distribución de estupefacientes.
“Estamos
haciendo una vigilancia con diferentes corporaciones del Grupo de Coordinación,
Sedena, Marina, Policía Federal, la Estatal y la Policía Municipal están
haciendo recorridos constantes en la periferia de los Ceresos, principalmente
en Los Cabos, que es donde tenemos que observar mucho más”, finalizó el
secretario general de Gobierno.
Ha
sido muy obvio el descuido de las autoridades en los centros penitenciarios,
pues es claro que algunos internos que han pasado su estadía, algunos larga,
otros corta, han vivido sin carencias, incluso familiares han denunciado a ZETA
en múltiples ocasiones que para estar tranquilos, sin que los molesten, deben
cubrir una cuota semanal.
Quien
pasó tranquilamente su estadía en el penal de La Paz, fue Raúl Castañeda “El
Pay”, que por haber sido boxeador olímpico, dedicó gran parte de esa estancia a
entrenar a distribuidores de droga, pero no solo eso: brindaba protección a
otros, llevándolo a ganarse el respeto de muchos.
“Entró
y al poco tiempo se hizo de amigos, mismos que lo fueron enrolando en el
movimiento dentro del Cereso, al poco tiempo ya tenía a muchos entrenando, algunos
gozaban de su protección, incluso con el intercambio de celulares que él les
prestaba a cambio de favores”, expresó una fuente penitenciaria.
“No
pueden dentro de cuatro paredes, cómo van a poder fuera en las calles”, reveló
un litigante, “conozco cómo es el movimiento adentro, y quien no tiene
amistades, difícilmente la pasa bien”, finalizó.
“El
Pay” fue aprehendido el 5 de noviembre de 2012, por robo con violencia,
ocurrido a las afueras del banco Banamex de las calles Isabel la Católica y
Juárez de la colonia Centro, en La Paz; el hurto fue de más de 165 mil pesos,
perpetrado entre él y dos compañeros más.
El
miércoles 6 de septiembre de 2017, Castañeda fue ejecutado en las calles
Márquez de León y Chiapas de La Paz; murió al llegar al hospital.
“Cada
tanto tiempo cambiaba de carro, ya eran varios en menos de dos meses, lo que
hace pensar que andaba en movimiento con la delincuencia organizada”, informó
un agente del Mando Mixto de La Paz.
El
caso de “El Pay” es solo una evidencia más de que la impunidad, dentro y fuera
de los penales, sigue siendo el pan de cada día, autoridades hacen oídos sordos
en algunos casos, otras actúan sin el apoyo real que dicen tener, por lo cual
es necesario:
* Aprehender a líderes criminales que
siguen operando en las calles y que las propias autoridades conocen.
* Que los mandos y directivos tengan la
capacidad para actuar, que sean profesionales de carrera y con intenciones de
atender la demanda de la población y no sus necesidades políticas.
* Trabajar de manera coordinada y no de
discurso para adentro.
* Por último, y quizá lo más importante:
que haya un verdadero trabajo de inteligencia e investigación.
(SEMANARIO ZETA/ DESTACADAS BCS /
INVESTIGACIONES ZETA/MARTES, 19 SEPTIEMBRE, 2017 12:00 PM)
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