El
exgobernador poblano Rafael Moreno Valle ha escalado su activismo político en
busca de ser el candidato presidencial panista el próximo año. Pero una persona
que trabajó con este personaje al inicio de su administración estatal advierte:
no se puede confiar en él, porque es incapaz de cumplir hasta acuerdos firmados
con las fuerzas de derecha, avasalló al PAN en la entidad poblana y se rodeó
sólo de priistas. En resumen, afirma, es un infiltrado del Grupo Atlacomulco.
CIUDAD
DE MÉXICO (Proceso).- En medio de las visiones polarizadas sobre los resultados
del Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones del domingo 4, que
exhibieron a Margarita Zavala y a Ricardo Anaya en riña en plena protesta por
el “fraude” en Coahuila, el expriista Rafael Moreno Valle escala su activismo
para ser el candidato presidencial blanquiazul; pero lo descalifica su
incumplimiento de pactos escritos con su partido y con jerarcas de El Yunque.
“La
eventual candidatura de Moreno Valle sería el fracaso del PAN”, advierte Juan
Carlos Mondragón, presidente de ese partido en Puebla cuando aquél ganó la
gubernatura, en 2010, y testigo directo del gobierno que incumplió sus promesas
de eficiencia, anticorrupción, transparencia, división de poderes y respeto a
los derechos humanos.
“Sería
un fracaso del PAN –explica– si después de tener varios gobernadores, dos
presidentes de la República y alcaldes no se encontrara alguien mejor que un
expriista como Moreno Valle, que además tuvo un gobierno ineficiente, dejó
endeudado al estado, realizó obras faraónicas que no contribuyen al desarrollo
y muchos compromisos que no se cumplieron.”
No
sólo eso: Mondragón asegura que Moreno Valle, nieto del general del mismo
nombre que fue también gobernador de Puebla, es un infiltrado del Grupo
Atlacomulco, al cual pertenece el presidente Enrique Peña Nieto.
“Veo
un proyecto político y económico que va mucho más allá de partidos, que tiene
que ver con esta mafia de Atlacomulco y la familia revolucionaria, que se
diversificó en un partido, el PRI, en el que fueron exitosos y ahora quieren
llegar al poder pero por un partido distinto, revestidos de azul, con un aire
más democrático, cuando en realidad sabemos que son los mismos.”
Puntualiza:
“Es un proyecto muy bien calculado de hacerse del poder desde el PAN. Es lo que
Andrés Manuel López Obrador ha llamado la mafia del poder”.
En
entrevista, Mondragón advierte que el panismo de todo el país debe saber que
Moreno Valle avasalló al PAN en Puebla, marginó del gobierno a sus militantes y
se rodeó de priistas afines al exgobernador Melquiades Morales, como él mismo
se lo reclamó en varias ocasiones, como en una que describe a detalle:
“Íbamos
juntos a un evento y en un momento le dije: Rafael, gobiernas con la misma
mierda de antes.
“–¿Cómo?
“–Sí,
con toda la gente de Melquiades Morales, pura gente del viejo sistema. No
gobiernas de acuerdo a los parámetros de Acción Nacional.
“–Es
que ustedes los panistas no saben gobernar, no saben qué es la gobernabilidad,
no saben el trabajo que cuesta.
“–No,
Rafael, si no abres espacios para los panistas nunca van a aprender.”
El
expresidente del PAN de Puebla recuerda sobre ese episodio: “Nuestra relación
se rompió. Rafael no soporta el diálogo franco”.
Pero
Moreno, discípulo de Elba Esther Gordillo, no sólo traicionó al PAN, como acusa
Mondragón, sino también a los jerarcas de la organización El Yunque de Puebla,
con quienes firmó un documento de compromisos que incumplió uno tras otro.
PACTO CON EL YUNQUE
En
2009, cuando siendo senador ya se perfilaba como candidato del PAN a gobernador
de Puebla, Moreno Valle tuvo una serie de reuniones con personajes que
jefaturan la organización secreta de ultraderecha El Yunque en esta entidad,
donde precisamente se fundó en 1953.
Reunidos
cada dos semanas, con Moreno Valle asistían Fernando Manzanilla, quien sería su
primer secretario de Gobierno, y Luis Banck Serrato, actual alcalde de Puebla,
mientras que El Yunque era representado por Jorge Espina Reyes, expresidente
nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana; Luis Regordosa
Valenciana y Pablo Rodríguez Posada, líderes empresariales; así como el
diputado Pablo Rodríguez Regordosa.
Producto
de esas reuniones secretas fue un documento de compromisos redactado en la
última de las que tuvo Moreno Valle con los jerarcas de El Yunque y a la cual
ya no asistieron Manzanilla ni Banck. “No me pidieron algo fuera de lo obvio”,
les compartió a sus colaboradores tras la firma.
Aunque
Mondragón no participó en esas reuniones, que se celebraron antes de que él
llegara a la presidencia del PAN, asegura que el documento por duplicado –que
sólo tienen Moreno Valle y Rodríguez Regordosa– enlista compromisos sobre un
gobierno con visión de largo plazo y participación ciudadana.
“Uno
de los acuerdos era respetar la vida interna del partido, no meterse desde el
gobierno, y a cambio no nos meteríamos en el gobierno. Él había dicho que iba a
gobernar con panistas, pero no se exigió una sola cartera. Se pidió que fuera
un gobierno sin corrupción, abierto a la transparencia y al desarrollo
democrático y con separación de poderes”, detalla Mondragón.
–¿Y
Moreno Valle cumplió con estos compromisos?
–¡No,
de ninguna manera, en absoluto! No hay un solo punto que se haya cumplido: Ni
en el tema de la corrupción ni de transparencia, mucho menos en la división de
poderes. Inclusive la conformación de su gobierno no fue de verdadera
transición. De ninguna manera cumplió.
De
hecho, pese a que unilateralmente ofreció que integraría un gabinete de
panistas, sólo incorporó a dos: Myriam Arabián como secretaria de Desarrollo
Social, que duró sólo dos años en el cargo, y Rodríguez Regordosa como
secretario del Trabajo, quien sigue siendo fiel a Moreno Valle.
Dirigente
nacional juvenil del PAN cuando Manuel Espino era presidente, promotor de la
candidatura presidencial de Margarita Zavala –como casi todos los panistas de
Puebla desplazados por Moreno Valle e identificados con El Yunque–, Mondragón
cita otro acuerdo violado por el exgobernador.
“Hay
un segundo momento de negociación: cuando hacen una reforma legal para sacarme
del partido”, recuerda y detalla que en septiembre de 2012, Moreno Valle hizo
aprobar al Congreso estatal –en un desaseado trámite– una reforma para aplazar
el inicio del proceso electoral local, una maniobra para evitar la relección de
aquél como presidente del PAN (Proceso 1872).
Después
de un escándalo que escaló a nivel nacional, el presidente del PAN, Gustavo
Madero, armó una mesa con las partes mediada por Juan Molinar Horcasitas y en
la que participaron, además de Mondragón, sus prosélitos Javier Lozano Alarcón
y Maximiliano Cortázar.
“Hubo
varias reuniones y varios acuerdos. Uno de ellos fue: no se van a utilizar las
cuentas públicas como ‘garrote político’, habría incorporación de varios
panistas al gabinete de Antonio Gali (que se perfilaba como alcalde de la
capital poblana), y yo estaría en la lista plurinominal, con el fin de tratar
de reencauzar la relación.”
–¿Y
cumplió Moreno Valle?
–Evidentemente
no cumplió tampoco.
Mondragón
dejó la presidencia poblana del PAN a Rafael Micalco, quien terminó por ser
desplazado por el grupo de Moreno Valle. La esposa de éste, Martha Érika
Alonso, es la que manda en el partido en la entidad, como secretaria general,
con Jesús Giles, visto como un presidente de paja.
En
retrospectiva, Mondragón lamenta que él como presidente del PAN haya hecho
concesiones a Moreno Valle que derivaron en que haya tomado por completo el
control de ese partido en Puebla, con la anuencia de la dirigencia nacional,
desde que Madero era presidente y Ricardo Anaya secretario general.
“Parece
que van a seguir estas concesiones que nosotros le fuimos dando. Por ejemplo,
yo le cedí la coordinación en el Congreso del estado, posiciones en el Consejo
y en el Comité Estatal. Y poquito a poco hoy tiene todo el control del Consejo
y del Comité.”
–¿Los
avasalló?
–Totalmente.
Aquí el problema es que partimos de acuerdos de buena fe en dos ocasiones: Una
primera, que no fue con el partido, pero la segunda vez, que ya fue con el
partido, nuevamente lo hizo y el partido no metió las manos por nosotros. Anaya
supo todo cuando estuvo de interino. Es lamentable, porque por minimizarlo ha
llegado muy lejos.
SON “LOS GRUPOS MASÓNICOS”
Mondragón
da la entrevista vía telefónica desde España, a donde se fue a estudiar desde
que concluyó su presidencia en el PAN, pero desde donde también se mantiene
informado y en contacto con panistas que rechazan la posibilidad de que Moreno
Valle sea candidato presidencial, pero también que logre imponer a su esposa
como candidata a gobernadora el próximo año.
“Sabiendo
que podría no ser candidato a la Presidencia, todo se está moviendo en Puebla
para que su esposa sea la gobernadora y obviamente él va a seguir encareciendo
su posición. Mi impresión es que va para allá. Eso me parece muy mal”, expone.
A
eso obedece, dice, que el Congreso local haya inhabilitado y sancionado al
exalcalde de Puebla Eduardo Rivera para dejarlo sin posibilidad de disputar la
candidatura a gobernador.
Moreno
Valle, admite, tiene ya el control total del PAN, gracias a que domina las
prácticas de operación electoral, incluyendo las traiciones a panistas, como a
la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota en 2012, cuando también se
jactó de hacer que Javier Lozano ganara la elección para senador, pese a que
iba detrás de Manuel Bartlett.
“Rafael
se jactaba de que, gracias a la operación política directamente en las
casillas, ellos pudieron revertir el resultado de la senaduría. Y fue muy
chistoso porque días antes yo había hablado con Lozano y le conté lo que había
dicho Rafael: ‘Dice que había operado para que tú ganaras’, le dije. ‘No, cómo
crees, yo gané limpiamente’, me dijo.”
Pero
a principios de 2013 hubo una comida con Moreno Valle para discutir la
selección de candidatos en las elecciones intermedias de 2013, y Mondragón le
recordó que las encuestas habían fallado, porque daban como ganador al PRD en
Puebla.
“Para
mí las encuestas no son un instrumento creíble de acuerdo a lo que acabamos de
ver en esta elección”, le respondió el gobernador. “Vimos estos resultados”,
insistió Mondragón, y Moreno Valle le devolvió: “Por favor, Juan Carlos, quién
crees que operó para que Javier fuera senador”.
Rememora
Mondragón: “Esto lo dijo delante de Javier Lozano, quien ni siquiera movió una
ceja”.
Por
eso, el expresidente del PAN poblano alerta al panismo nacional sobre las
prácticas de Moreno Valle, quien es capaz de todo con tal de lograr sus
propósitos: “A mí ya me tocó ver en Puebla el ganar a toda costa y ver un
partido desdibujado y sin los valores del PAN.”
Puntualiza:
“Yo les digo a mis amigos: imagínate si Rafael fuera presidente, no les
sorprenda que Beatriz Paredes sea la secretaria de Gobernación o Graco Ramírez
y la gente de Elba Esther Gordillo. Esa es la forma de gobernar de Rafael: No
va a haber panistas. Van a estar sometidos y amenazados”.
Inclusive
desde 2010 Moreno Valle quiso que el candidato del PAN para Puebla fuera el
priista Enrique Doger Guerrero, exrector de la Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla: “Presionó a César Nava, pero Josefina Vázquez Mota y Margarita
Zavala ayudaron para que no se tomara esa decisión”.
Por
eso insiste en que Moreno Valle es parte de un proyecto del Grupo Atlacomulco y
de la masonería, algo que la dirigencia del PAN debe entender:
“Si
el comité nacional no ha entendido después de lo que ha visto en Puebla, no
está dimensionando nada. Hay que verlo así: es una estrategia de estos grupos
masónicos, del control político y económico de México para tener el control de
otro partido: el PAN.”
Este
reportaje se publicó en la edición 2119 de la revista Proceso del 11 de junio
de 2017.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ ÁLVARO DELGADO/
15 JUNIO, 2017)
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