A los apaches se les hizo fama de bárbaros por no
cooperar con los conquistadores. Los ancestros de estas tribus enfrentaron
matanzas y esclavitud; hoy, los descendientes de ‘la gente gris claro’ buscan
el reconocimiento oficial de los gobiernos mexicano y estadounidense
Iván Alexander De León Aguirre, miembro
de la tribu Lipan Apache. Foto: Vanguardia/Omar Saucedo
Por: Quetzali García
Fotos: Omar Saucedo
Edición: Nazul Aramayo
Diseño: Edgar de la Garza
SALTILLO.- Parece que juega a
crear. Sus manos se pierden entre la piel, las piedras y huesos, que tras esta
microdanza se volverán joyas. Tiene un ritmo fácil y certero para transformar
estas piezas. Iván Alexander es uno de los últimos hablantes de la lengua ndée
mizgg y miembro de la tribu lipan apache; hoy hizo una pausa en la confección
de artesanías para que sus manos y voz trabajen por la justicia que les fue
negada a sus ancestros. Contará su historia para que no se repitan ni la
discriminación ni las mentiras que circulan sobre su gente.
Por su sangre corre un dolor
de siglos, su generación es resultado de una supervivencia extrema. Sus abuelos
tuvieron que enfrentarse a la esclavitud, a un exterminio brutal y
posteriormente a un olvido generalizado. En 1700 –según Morris Opler,
antropólogo estadounidense–, la población de lipanes era de 6 mil individuos,
hoy con un dejo de tristeza profunda Iván señala que quizá sólo queden 300.
Apache viene de la palabra
zuni “apachu”, que significa enemigo,
nombre con el que los españoles, ingleses y franceses estigmatizaron a las
tribus que ocupaban el sur de Estados Unidos y el norte de México. Ellos,
señala Alexander De León Aguirre, prefieren considerarse ndé o “la gente”.
Objetivo. Iván Alexander De León
Aguirre, miembro de la tribu Lipan Apache, cuenta su historia para que no se
repitan la discriminación y las mentiras sobre su gente. Foto: Vanguardia/Omar
Saucedo
Somos una etnia que está aquí desde antes que
se fundara Saltillo. Queremos que se nos reconozca como lo que somos, gente
grande”.
IVÁN ALEXANDER DE LEÓN AGUIRRE, MIEMBRO Y ACTIVISTA DE
LA TRIBU LIPAN APACHE.
A los apaches se les hizo
fama de bárbaros por no cooperar con los conquistadores, por negarse a olvidar
sus tierras y sus tradiciones. La versión oscura y los estereotipos que
mancharon a estos pueblos empezó con los conquistadores, siervos de un Dios que
les permitió ejercer matanzas, que el antropólogo José Medina González Dávila
considera tuvieron una magnitud tal “Como un genocidio”.
Dávila se refirió así al los
ataques que tanto los Gobiernos mexicanos y americanos emprendieron contra la
tribu de los lipanes. El experto en etnografía señala que los ataques masivos
fueron justificados en ocasiones, pero en otras fueron sencillas excusas para
exterminar a todos y cada uno de los apaches. Cuando éstos se defendían,
circulaban las versiones de que “eran violadores salvajes e incluso asesinos”,
cosa que ha sido refutada por distintos cronistas indígenas pero que se
mantiene en la versión histórica.
Hoy los lipanes son los
últimos apaches libres que viven en Estados Unidos, muchos aún buscan el
reconocimiento oficial nacional. “Hay mucho que aprender de ellos. Necesitamos
entender que no están extintos, están abiertos de corazón y mente para compartir
sus almas y extendernos su amistad”, externó en una conferencia González
Dávila.
El nombre lipan significa “la
gente gris claro”. Esto viene de la palabra lipan para un color gris claro
(kleh-pai) y la palabra para la gente o la tribu (indeh o ndé). Más que ser
sólo el nombre de la tribu, contiene un código que conmemora el éxodo del
apache lipan desde la Cuenca McKenzie de Canadá a su patria eventual de
Coahuila y Texas. ¿A qué se debe el color? A que el lipan y todos los apaches
ven la Tierra como un círculo suspendido en el espacio en los cuatro puntos
cardinales. Cada dirección es representada por un color.
Cuando los antiguos apaches
lipan emigraron del norte y se movieron a la parte este en Texas, ellos se
movían del blanco del norte hacia el negro del este. En la paleta de color que
ellos ven el mundo, si se mezcla un poco negro con blanco, se consigue el color
gris. Pues, por eso los apaches lipan son “la gente gris claro”.
El Éxodo. Los apaches Lipan
encontraron todo lo que ellos necesitaron en Coahuila y Texas: búfalo y
venados, tunas de nopal y agave, ciruelas salvajes.
UNA BÚSQUEDA INCESANTE
El éxodo de los lipanes
comenzó en el sur de Canadá, donde buscaban una patria que tuviera búfalo y
venado para cazar, plantar la comida que podría ser juntada y orillas de ríos
fértiles donde ellos podrían plantar el maíz y la calabaza. Poco a poco
comenzaron a ir hacia el sur, pues eran nómadas. Hasta que se establecieron en
Texas para siempre.
El Abááchi Nan'dant Pica'x
Nde in Tiinsle unificó a los lipanes y tenía un control desde el suroeste de
Kansas al norte hasta el sureste de Coahuila y norte de Durango. Truqueaba
pieles de búfalo en Torreón, Coahuila, y era respetado por los jefes tobosos,
huachichiles y coahuiltecos.
El gobernador de Coahuila trató
de instigar la rebelión dentro de los lipanes al querer sobornarlos en contra
de Pica'x Nde in Tiinsle, pero fue imposible. Al ver que no podían, pidieron
ayuda a los comanches. A la muerte de Pica'x Nde in Tiinsle en su antiguo
campamento en los cerros de arenas negras del suroeste de Nuevo México, los
lipanes terminaron por dividirse. Unos se regresaron al norte de Nuevo México
al área de Taos y se unieron al Abááchi Shash Nde (Jicarilla apache). El resto
de los lipanes emigró hacia el este y sur, a San Antonio y se unieron al grupo
del Kuel'gahen o los lipanes bajo el Nan'dant Kuelgas de Castro.
Alrededor del año 1700 en
Texas, una guerra amarga hizo erupción entre los lipanes y los comanches por el
control de las llanuras de búfalo del norte del estado. Una batalla de nueve
días, luchada alrededor de Wichita, dejó a muchos guerreros muertos. Los
lipanes comenzaron a contemplar el sur como un asilo seguro de los comanches.
En esta batalla del Red river de nueve días contra los comanches, el Kuel'gahen
emigró hacia el sureste a Coahuila y se unió a Al kune Tsa que ya estaba
establecido en Coahuila desde mucho antes. El Kuel'gahen se convirtió en el
nuevo núcleo del kle paii.
Hacia 1730, los lipanes
habitaron amplias áreas de Texas –de Brazos superior en el este por el Colorado
superior de Texas central al Río Pecos en el oeste. La tribu también había
comenzado a moverse hacia el sur, donde ellos entraron en contacto con los
españoles en San Antonio de Béxar.
Los apaches lipan encontraron
todo lo que ellos necesitaron en Coahuila y Texas: búfalo y venados, tunas de
nopal y agave, ciruelas salvajes. Ellos reclamaron el área de San Antonio como
su patria y lo llamaron Muchas Casas. En la lengua lipan, es llamado
Ki-aah-hii.
Los lipanes pronto ampliaron
su patria en Texas del sur y se extendió de San Antonio a Laredo. En 1751, una
parte de la tribu se movió permanentemente en el estado mexicano de Coahuila y
llamaron su patria coahuilense: Casa Redonda o Naa-ci-ká.
Adaptación. La familia de
Iván y su etnia han luchado por mantener sus costumbres compartiendo su
sabiduría ancestral. Han dejado de ser nómadas y aislados, y después de las
persecuciones tuvieron que enfrentarse al poco respeto existente hacia su
pueblo.
Hay mucho que aprender de ellos. Necesitamos
entender que no están extintos, están abiertos de corazón y mente para
compartir sus almas y extendernos su amistad”.
JOSÉ MEDINA GONZÁLEZ DÁVILA,
ANTROPÓLOGO.
Para Iván no ha sido difícil
integrarse en la cultura mexicana moderna. Pues su familia y su etnia han
luchado por mantener sus costumbres de manera equilibrada y compartiendo su
sabiduría ancestral. Han dejado atrás el ser nómadas y no han estado aislados,
pues después de las persecuciones tuvieron que enfrentarse al poco respeto que
se tenía para su pueblo. Un tiempo tuvieron posesión de las tierras de Múzquiz,
pero después de erradicarlos éstas fueron cedidas a los kikapués, seminoles y
mascogos. Con estas tribus actualmente tienen una relación cordial, “nos
llevamos bien”, asegura Iván.
Pese a todos los problemas
que históricamente han enfrentado, el que le parece más alarmante a este joven
de 32 años es la desaparición de la cultura, la pérdida de la lengua e
identidad de su pueblo. Por eso ha comenzado una lucha de acercamiento al Gobierno
y a los medios de comunicación para concientizar sobre la importancia de su
gente. Lo que empezó como dar clases de ndée, se ha transformado en una lucha
contra el olvido, la discriminación y la ignorancia.
Peligro. Para el activista, la amenaza
más grande que enfrenta la tribu es la desaparición de su cultura, la pérdida
de su lengua y la identidad de su pueblo. Foto: Vanguardia/Omar Saucedo
“Somos una etnia que está
aquí desde antes que se fundara Saltillo. Queremos que se nos reconozca como lo
que somos, gente nde”. Además de esto, buscan la protección ambiental de sus
lugares sagrados en el norte de Coahuila, Texas y Mescalero en Nuevo México. El
Big Bend, por ejemplo, se encuentra cerca de Maderas del Carmen.
El activista señala que
existe un riesgo de que se pierda su identidad, porque falta interés del Estado
por promover el respeto a sus tradiciones. Una de las propuestas más
arriesgadas es que se revisen los libros de texto y que se incluya la verdad de
su pasado. Que ya no se tilde de bárbaros a los pueblos que estaban antes de la
llegada de los tlaxcaltecas, sino que se reconozca la barbarie cometida contra
ellos. Que se hagan publicaciones en su dialecto y, sobre todo, que el Gobierno
concientice a la gente sobre la existencia de la tribu. Porque al hablar de
pueblos indígenas, inmediatamente se hace referencia a los pueblos aztecas y
mayas, pero su etnia, y la participación de ésta en la construcción social, no
se menciona.
La gente de su pueblo sufrió
un grado alto de discriminación. Pese a que cesaron las masacres, mucha gente
prefirió ocultar su identidad para evitar el acoso. Es fecha de que muchos
miembros de la tribu tienen miedo de acercarse a denunciar a Derechos Humanos o
a cualquier institución debido al pasado violento de las instituciones
gubernamentales con los lipanes. Pero, señaló, se está tratando de recuperar
esta confianza. Por último, De León, señaló que es urgente que se les dé
promoción y apoyo cultural, pues desde 1820 no han recibido reconocimiento
oficial por parte del Gobierno mexicano.
Iván Alexander ofrece clases
de su lengua indígena, venta de artesanía los sábados y domingos en el Museo
del Desierto.
Patria en Coahuila. En 1751, una parte
de la tribu se trasladó al estado mexicano de Coahuila, al que nombraron Naa-ci-ká
o Casa Redonda. Foto: Vanguardia/Omar Saucedo
El muro de Trump es una amenaza a las tierras
sagradas nde del Río Grande. Destruiría el área tradicional Kune tsa”.
IVÁN ALEXANDER DE LEÓN AGUIRRE, MIEMBRO Y ACTIVISTA DE
LA TRIBU LIPAN APACHE.
LA DENUNCIA
En los últimos días se
viralizó en Estados Unidos la fotografía de un miembro de los lipan apache de
15ª generación que sostiene un cartel que reza “Governor Abbott, show me your
papers. I am Lipan Apache 15th Generation”. (Gobernador Abbott, muéstreme sus
papeles, soy lipan apache 15ª
generación). Pese a mantenerse siempre al margen de ciertos problemas
políticos, hoy los indígenas nativos de América están tomando cartas en el
asunto para evitar que las órdenes administrativas del presidente Donald Trump
afecten al medio ambiente y propicien el contexto de discriminación que tanto
afectó a sus ancestros.
Pese a la batalla histórica
en Dakota del Norte para evitar la instalación de oleoductos, que pasó de
protestas pacíficas a encuentros violentos y finalmente el éxito de las
empresas; la unión de los pueblos marcó un precedente en la participación de
las etnias en la vida pública de Estados Unidos de América.
Cosmovisión. El Lipan y todos los
apaches ven la Tierra como un círculo suspendido en el espacio en los cuatro
puntos cardinales. Cada dirección es representada por un color. Foto:
Vanguardia/Omar Saucedo
El beautiful wall (hermoso
muro) que tiene contemplado Trump no será la excepción por levantar ámpulas en
estas comunidades. Al respecto, Iván Alexander señaló que “El muro de Trump es
una amenaza a las tierras sagradas nde del Río Grande. Destruiría el área
tradicional Kune tsa”. Además de corromper territorios que consideran parte de
su cosmovisión, como las montañas Mbaadzil (montañas coyote) y Tzil lizzi
(montañas negras) y donde se han presentado sus deidades, el costo para la
flora y fauna de la región sería irreparable. Específicamente la conservación
de las especies migratorias está en juego. Ante esta amenaza, los lipanes no
tienen miedo de enfrentarse y protestar, así como de llamar a todos los
mexicanos a unírseles para que no se repita la historia de odio y sangre por
tratar de dividir seres humanos.
Gente Gris Claro. Cuando los
antiguos apaches Lipan emigraron del norte y se movieron a la parte este en
Texas, ellos se movían del blanco del norte hacia el negro del este, según su
cosmovisión. Por este éxodo es que se les llama la gente gris claro.
Propuesta 1.- Que se revisen los libros de texto y que
se incluya la verdad de su pasado.
Propuesta 2.- Que ya no se tilde de bárbaros a los
pueblos que estaban antes de la llegada de los tlaxcaltecas, sino que se
reconozca la barbarie cometida contra ellos.
Propuesta 3.- Que se hagan publicaciones en su
dialecto.
Propuesta 4.- Que el Gobierno concientice a la gente
sobre la existencia de los lipanes apaches, porque al hablar de pueblos
indígenas, inmediatamente se hace referencia a los pueblos aztecas y mayas,
pero su etnia, y la participación de ésta en la construcción social, no se
menciona.
Propuesta 5.- Que se les dé promoción y apoyo
cultural, pues desde 1820 no han recibido reconocimiento oficial por parte del
Gobierno mexicano.
300
apaches Lipan quedan actualmente. En 1700, según
el
antropólogo estadounidense Morris Opler,
había
una población de 6 mil individuos
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