WASHINGTON
(proceso.com.mx).- “En realidad fue muy fácil, desde que me metieron -a
prisión- mis abogados se encargaron de preparar todo”, fue una de las muchas
aseveraciones que hizo Joaquín El Chapo Guzmán Loera a las autoridades que lo
interrogaron en enero de este año.
“No
fue nada complicado. La primera vez que quisieron sacarme se equivocaron de
celda, pero luego corrigieron y me fui”, fue otra de las revelaciones que hizo
El Chapo cuando fue cuestionado sobre su fuga del penal de máxima seguridad de
El Altiplano.
De
acuerdo con el recuento que hizo para esta columna uno de los funcionarios que
interrogaron a El Chapo en enero de este año, luego de su recaptura en Los
Mochis, Sinaloa el narcotraficante no tuvo el menor empacho en contar algunos
detalles de su escape de El Altiplano en julio de 2015.
“Al
hablar de que sus personeros se equivocaron de celda la primera vez que intentaron
liberarlo, dejó claro que se construyó otro túnel debajo del penal. De eso ya
no quiso dar detalles porque dijo que ya no tenía sentido si lo habían vuelto a
agarrar”, contó el funcionario que proporcionó algunos de los pormenores de uno de los interrogatorios al
que fue sometido el narcotraficante.
La
construcción del presunto segundo túnel en El Altiplano, abre nuevas y muchas
interrogantes sobre la investigación que llevó a cabo la PGR, después de la
fuga del famoso narcotraficante y uno de los líderes del Cártel de Sinaloa.
Si
fue muy fácil, como se lo describió El Chapo a quienes lo interrogaron, la
planeación de su fuga y la materialización de ésta por medio del túnel,
significa que la red de corrupción por narcotráfico en El Altiplano fue más
grande de cómo la pintó el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los
abogados de El Chapo no sólo compraron los planos de El Altiplano, lo cual no
es noticia ni novedoso, sino que lograron pagar por el silencio sobre la
construcción de un segundo túnel para corregir el error de la equivocación de
celda.
Las
declaraciones de El Chapo a las autoridades mexicanas fueron también una
estrategia concertada, según la fuente.
“El
narcotraficante cooperó en todo lo que pudo cuando fue interrogado porque
quería conseguir que no se le pusiera en la vía para ser extraditado a Estados
Unidos”, considera el funcionario.
Toda
la cooperación que pudo brindar el famoso narcotraficante sobre su fuga, pero
no sobre las operaciones del trasiego de drogas de la fracción del Cártel de
Sinaloa bajo su mando, no le funcionó para evitar el proceso de su extradición.
Con
su fuga por un túnel, El Chapo no sólo puso en ridículo al gobierno de Peña
Nieto sino que exhibió el altísimo nivel de narcocorrupción en el sistema
penitenciario de máxima seguridad y para no tener esa papa caliente en las manos
se optó por la eventual entrega del capo a las autoridades estadunidenses.
En
la Secretaría de Relaciones Exteriores y en la PGR ya está finiquitado el
proceso legal de la extradición de El Chapo. Los recursos jurídicos a los que
han recurrido los abogados del narcotraficante están por terminar. Guzmán Loera
podría ser enviado a Estados Unidos posiblemente este mes de diciembre. Fuentes
en la cancillería mexicana afirman que la extradición a la Unión Americana será
en unas semanas. No obstante, la celeridad con la que el gobierno de Peña Nieto
quería entregar a El Chapo a EU se detuvo un poco por la elección de Donald
Trump.
Varias
de las fuentes diplomáticas consultadas sobre el tema, aseguran que el traspaso
del narcotraficante a Estados Unidos es una carta importante en la baraja de
opciones de Peña Nieto para empezar a quedar bien con el próximo presidente
estadunidense. Trump toma posesión el 20 de enero de 2017, y un gesto de
cordialidad para el arranque de una nueva era en las relaciones con el presidente
que amenaza con construir un muro en la frontera y anular al Tratado de Libre
Comercio de América del Norte, sería la entrega de El Chapo unas semanas
después de esa fecha. El Chapo podría ser un presente de Peña Nieto a Trump.
(PROCESO/ J. JESÚS ESQUIVEL/ 5
DICIEMBRE, 2016)
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