La falsa Reforma Educativa de
Enrique Peña Nieto, es una estrategia para borrar de un plumazo a toda la
planta de maestros del sistema educativo, contratada de manera colectiva
conforme a la Ley, y que se encuentra en el uso y goce de sus derechos fundamentales:
jubilación a los 30 años, aguinaldo, vacaciones anuales pagadas, primas
vacacionales, días de descanso obligatorio, servicio médico, apoyo para
vivienda, y demás.
El verdadero propósito de la
falsa Reforma, es pasar la educación pública a la iniciativa privada, que no
oculta su ansioso interés por tomarla, pero que no quiere heredar el gremio
magisterial, con todas las garantías laborales que goza por derecho. Como
despedir al magisterio de base, sin más ni más, implica un serio problema
jurídico y social para los artífices de la falsa Reforma, entre los que se
encuentran los propios empresarios de Mexicanos Primero, se les ocurrió crear
un mecanismo que les permitiera cumplir sus planes: diseñar un proceso de
evaluación, cuyo propósito central es despedir, con ciertas variantes, a quien
no acredite esa evaluación, diseñada con criterios unilaterales a favor del
patrón. Así, el gobierno federal obligó legalmente al magisterio a entrar en
este sendero de despido sin alternativas. Si acepta la evaluación, comienza a
morir laboralmente por etapas; y si no, la muerte es fulminante: despido
automático, sin responsabilidad para el patrón; es decir, sin un solo centavo
por liquidación ni por cualquier otro concepto.
Los dueños del poder político
y económico tienen todos los recursos a su disposición, para cumplir lo que se
propongan, ya sea a favor o en contra de los gobernados. Para obligar al
magisterio a entrar en la soga y extirparlo del sistema educativo, se creó un
conjunto de leyes, que emanó de una reforma al Artículo Tercero Constitucional.
Le llamó Reforma Educativa, a pesar de que únicamente se refiere a nuevas
disposiciones para la contratación de maestros de nuevo ingreso, y al despido
de los que ya estaban laborando, en flagrante violación de la garantía
constitucional de la no retroactividad. La Reforma diseñada no contempla nuevos
planes ni programas de estudio, ni nuevo enfoque académico ni pedagógico, ni
nuevos libros de texto, ni nada educativo, quedando reducida únicamente a
aspectos laborales y administrativos.
Los empresarios de mexicanos
Primero, con Claudio X. González a la cabeza, no han podido ocultar su
desesperación porque la Reforma termine de implementarse, al grado de volverse
evidente sus presiones contra el gobierno. A toda costa quieren ya comenzar a
explotar el redituable negocio de la educación. Mientras tanto, el gobierno se
empeña en negar tal hecho, alegando que las leyes no señalan la privatización
de la educación. Claro está que la intención de privatizar no se encuentra de
manera explícita, ya que es el verdadero fondo tácito de la estrategia.
Las autoridades educativas se han delatado, al
colocar en el centro de sus esfuerzos el concepto de Permanencia, poniendo
especial énfasis en la evaluación, a través de presiones, amenazas, acoso y
sobornos, para obligar a los maestros a evaluarse, y legitimar así los
despidos. Al mismo tiempo, se aseguraron de establecer el mecanismo que les
permitiera llevar al matadero a los rebeldes, estableciendo en la Ley General
del Servicio Profesional Docente, que quien se resistiera a la evaluación sería
despedido fulminantemente.
Fue así como miles de
maestros en todo el país, aterrados por tanto acoso administrativo, que fue
desde llamadas telefónicas amenazantes en la madrugada, hasta acciones directas
de fuerza, a través de las diversas policías, con toda la parafernalia
represiva, acudieron presos de pánico a los centros de evaluación, en contra de
su voluntad. Sin embargo, un número importante de maestros se resistió al
terrorismo de Estado, venciendo su miedo a las presiones, y se negó firmemente
a evaluarse, evitando caer en la trampa del despojo de sus derechos laborales.
El resultado fue el despido fulminante, sin derecho a nada, como escarmiento
para los docentes que faltan por ser notificados para la evaluación.
No obstante que se ha
publicitado como una reforma educativa, jamás se convocó al magisterio nacional
para que realizara sus aportaciones, como actor principal del sistema
educativo, y quien tiene el diagnóstico de primera mano de la realidad que vive
el país en ese aspecto. El magisterio de las bases se encuentra ahora en
abierta rebeldía contra las medidas aplicadas por negarse a participar en la
evaluación tramposa. Ha avanzado en la concientización propia y de los padres
de familia, y ha emprendido una jornada nacional de Resistencia Civil Pacífica.
Con ella, busca revertir el atropello del gobierno federal de despojarlo de sus
derechos fundamentales. Exige diálogo nacional y la abrogación de la injusta
Reforma, a la vez que demanda la creación de una verdadera Reforma Educativa ,
en la que se incluya su participación activa. Sin embargo, el gobierno federal,
lejos de escuchar los legítimos reclamos, ha optado por la represión sin
límites, gastando miles de millones de pesos en el aumento de los cuerpos de
policía y su equipamiento, su traslado, alimentación y alojamiento, para
reprimir las manifestaciones pacíficas. A estas alturas del sexenio, el aparato
represivo del gobierno tiene ya cesados a miles de maestros en todo el país,
encarcelados en prisiones federales con delitos prefabricados a varios líderes
magisteriales, amenazados con cárcel a otros tantos líderes más, poblaciones
fumigadas con gases lacrimógenos, y lo más reciente: más de una decena de
muertos, entre maestros y otros miembros de la sociedad, por las balas de la policía federal.
¿Toda esta masacre contra el
magisterio es por implantar una Reforma que pretende mejorar la educación, sin
siquiera tratar temas académicos ni pedagógicos? Aunque la reforma fuera en
realidad educativa, ¿se estaría colocando
el derecho a la educación por encima del derecho a la vida? Son obvios
los fines perversos del gobierno federal por convertir la educación pública en
un negocio altamente lucrativo, pisoteando los derechos laborales de los
maestros y masacrando a la población. Urge detener esta barbarie. El empeño por
sacar adelante la falsa Reforma Educativa debe ceder al diálogo, se deben tomar
en cuenta las propuestas del magisterio, y seguir conservando la educación
pública y gratuita como un patrimonio social intocable por los intereses
capitalistas.
(DOSSIER POLÍTICO/M.C. IRENE RÍOS
FIGUEROA / 2016-06-22)
No hay comentarios:
Publicar un comentario