El defensor Andrés Granados relató a
Univisión la conversación que sostuvo con su cliente, Guzmán Loera, tras ser
trasladado al penal de Ciudad Juárez: “Me dijo que llegaron en la madrugada, y
que le dijeron: ‘véngase para acá’. Lo sacaron de la celda, lo esposaron y se
lo llevaron. Cuando iban saliendo escuchó los helicópteros y dijo: ‘Ya me van a
extraditar’. Hasta que bajó aquí. Dijo que ubicó el aeropuerto de Ciudad Juárez
y luego lo trasladaron al Penal Número 9”. SinEmbargo reproduce la siguiente
entrevista con autorización expresa de Univisión.
Arriba, la nueva prisión del
capo mexicano. Abajo, “El Chapo” en su última captura. Fotos: Cuartoscuro
Jésica Zermeño
Ciudad de México, 8 mayo
(Univisión).– Cuando los custodios entraron a su celda, Joaquín “El Chapo”
Guzmán no entendía qué sucedía, nadie le dio una explicación. Lo único que se
le ocurrió fue que el día de su extradición hacia Estados Unidos había llegado.
“Yo pensé que iba a ir a comer hamburguesas”,
le dijo el domingo Joaquín Guzmán Loera, en tono de broma, a su abogado Andrés
Granados.
Granados es el único de los
defensores del líder del Cártel de Sinaloa que ha podido hablar con el capo
después de su traslado al Penal Federal Número 9, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En exclusiva para Univision, el abogado dio detalles de su conversación con el
capo.
“Me dijo que llegaron en la
madrugada, y que le dijeron ‘véngase para acá’. Lo sacaron de la celda, lo
esposaron y se lo llevaron. Cuando iban saliendo escuchó los helicópteros y
dijo ‘Ya me van a extraditar’. Hasta que bajó aquí. Dijo que ubicó el aeropuerto
de Ciudad Juárez y luego lo trasladaron al Penal Número 9”, contó Granados.
El abogado dice que “El
Chapo” luce tranquilo a pesar del repentino movimiento, y asegura que cuestionó
la razón del traslado debido a que existe un amparo que impide que el capo deje
el Penal del Altiplano, el lugar al que fue llevado después de que lo
recapturaran en Los Mochis el pasado 8 de enero. “Le dije que qué se podía
esperar de este gobierno”, aseguró el defensor.
Aunque Granados se presentó
desde el sábado por la tarde en la cárcel de Ciudad Juárez y esperó dos horas
para que le autorizaran el ingreso, no lo dejaron pasar. Le aseguraron que el
Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, no había autorizado su
entrada.
El abogado procedió a
tramitar un amparo ante un juzgado local contra de la incomunicación en la que
se encontraba “El Chapo” y fue aceptado. El domingo pudo ver a su cliente 30
minutos.
El capo sinaloense también le
relató a su abogado cómo es su nueva celda: “Me dijo que es totalmente cerrada
y que no tiene a nadie al lado. Está totalmente segregado, aislado. No comparte
a los lados con nadie, no escucha nada. Está igual (que en el Altiplano), o
peor aquí”, comentó.
Pero si el aislamiento no
cambió, lo que sí sufrió una variación es la higiene de su nueva celda, ubicada
en el área de máxima seguridad del complejo carcelario.
“Algo que me dijo el señor es
que está muy sucia la celda, que quería que le pasaran jabón para lavarla,
porque está muy asquerosa. Y que no le habían dado sus útiles de aseo personal.
Nada, ni rastrillo, ni jabón. Me dijo que iba a hacer la solicitud. Me imagino
que el penal lo tiene que dotar de esos medios, porque no puede comprarlos él”,
dijo el abogado en la entrevista exclusiva.
La estrategia de la defensa
ahora será hacer valer los amparos en poder de Granados, en los que se ordena a
las autoridades mexicanas regresarlo al Penal del Altiplano.
La versión oficial de las
autoridades sobre el traslado del narcotraficante a la ciudad fronteriza de
Ciudad Juárez, en el norteño estado de Chihuahua, señala que obedece a
“protocolos de seguridad”.
En un comunicado, la Comisión
Nacional de Seguridad informó que el traslado había sido oportunamente
comunicado a los distintos jueces que tienen a cargo procesos de “El Chapo”.
Por su parte, en otro mensaje a la prensa, la Secretaría de Gobernación informó
que el traslado se debía a las distintas obras en el Altiplano “para reforzar
la seguridad del penal”.
Fuentes oficiales aseguraron
a Univision que la semana pasada un desperfecto en el sistema eléctrico del
penal del Altiplano prendió las alarmas sobre las vulnerabilidades de la cárcel
de máxima seguridad.
Fuentes oficiales le
confirmaron a Univisión que el traslado de “El Chapo” al penal de Ciudad Juárez
es indefinido, pero lo vivido en la cárcel de Almoloya lo recordará toda la
vida.
A su llegada a su nuevo
hogar, el narcotraficante recibió una mala noticia: “Cuando el médico le fue a
checar la presión le manifestó que ya no puede dejar de tomar el medicamento.
El daño que le hicieron es irreversible y seguirá teniendo problemas de sueño”,
aseguró Granados.
(SIN EMBARGO.MX/ REDACCIÓN / MAYO 8,
2016 - 9:57 PM)
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