Fiscalía del estado no da trámite al
caso, afirma Grecia Venegas, ahijada del capo
El ex político y empresario
Julián Venegas Guzmán fue secuestrado en la carretera nayarita de Las Varas, el
pasado 1 de abril, a tan sólo unos días de que el gobierno mexicano anunciara
la autorización de extradición a Estados Unidos de su compadre, Joaquín El
Chapo Guzmán.
En entrevista con EL
UNIVERSAL, su hija, Grecia Venegas Oviedo, explica que la Fiscalía de Nayarit
no ha respondido en todo este tiempo a las denuncias de la familia por la
desaparición de su padre. “Se nos ha tratado de una forma grosera y prepotente.
Ahorita de plano ni nos paramos ahí. ¿Para malos tratos? ¡No se está haciendo
nada! Nos dicen que todo es por la delincuencia organizada. Según yo, deberían
saber quién se les está metiendo en el territorio, ¿no?”
La denuncia se hizo en tiempo
y forma, pero no se inició una investigación, dice Grecia.
“La demanda que quisimos
presentar no la quisieron recibir. No pusieron siquiera un sello de recibido,
solamente un numerito arriba en las hojas. No tenemos nada estatal ni federal.
“Mi papá y el fiscal [Edgar
Veytia] tenían una amistad y él lo recibía en su oficina. Más raro es que no
quiera ayudarnos. Y si es un delincuente, pues lo hubiera puesto a disposición
de las autoridades, ¿no es así?”, cuestiona la joven.
Desde que la familia de
Julián Venegas Guzmán notificó a las autoridades, cuenta Grecia, le pidieron
que no informara a la sociedad sobre este secuestro sin petición de rescate.
Transcurrieron 50 días del “levantón” y nada pasó.
Julián Venegas Guzmán
Por esa razón, enfatiza
Grecia, hace responsable al fiscal general del estado de Nayarit, Edgar Veytia,
de “cualquier cosa que nos pase a mí o a mi familia”, por denunciar
públicamente la desaparición de su padre.
De acuerdo con
investigaciones judiciales, hacia finales de los años 80 el ex político y
empresario nayarita Julián Venegas Guzmán habría sido quien conectó a El Chapo
con militares, por lo que luego fue posible realizar desembarcos de cocaína en
la costa de ese estado.
La periodista Anabel
Hernández documenta en su libro Los señores del narco la siguiente declaración
ante el Ministerio Público del propio líder del Cártel de Sinaloa: “Conocí a
Antonio Mendoza Cruz (teniente militar) a través de mi compadre Julián Venegas,
a quien conozco desde hace 10 años; (a Venegas) lo conocí en Tepic a través de
Manuel López. Julián Venegas se dedica a la ganadería, compra y vende reses.
Tiene un rancho en Compostela, Nayarit, y lo localizo vía telefónica en el
número 70317. Conocí a Julián porque yo y mi amigo Raúl (Guzmán Ruiz) le
compramos algunos becerros. Nos fue mal en el negocio, pero yo seguí mi amistad
con Julián. Antonio Mendoza Cruz es una persona hábil para el manejo de las
armas de fuego, llevaba arma cuando manejaba y cuando íbamos a cualquier parte
porque se encargaba de mi seguridad”.
Pero Grecia, de 27 años,
quiere dejar muy claro que no ha visto a su padrino de bautizo, El Chapo, en
veintitantos años. No lo menciona por su nombre. Tiene bonitos recuerdos de él,
pero sólo eso.
INEVITABLE, “SELLO DE POR VIDA”
En el muro de Facebook de
Grecia, en un post del 19 de mayo, puede leerse el relato sobre el
levantamiento de su padre, pese a que las autoridades le advirtieron que no
hiciera público el asunto. “Dijeron que era peligroso para mi padre y que podía
alterar las investigaciones”.
Grecia subió el post titulado
“Ayúdenme a encontrar a mi papá” y llamó al periodista Antonio Tello, director
de nayaritenlinea.mx y ex corresponsal de EL UNIVERSAL, el primero en escribir
sobre el periodo de violencia extrema de 2010 a 2013 en aquella entidad.
“¿Estás consciente de que es
inevitable mencionar a tu padrino?”, le preguntó Tello el 20 de mayo. Grecia
asintió. Es ahijada de un personaje cuyo nombre no menciona, al menos durante
la entrevista telefónica que esta cronista sostuvo con ella. “Lo relacionado
con mi padrino es un sello que tenemos de por vida. Es lamentable que se quede
así. Yo puedo enviarle el papel donde [consta que] mi papá salió libre...”.
En efecto, Grecia envió
fotografías del procedimiento 35/2004, correspondiente al juicio en el que se
hace constar que Julián Venegas Guzmán fue liberado de La Palma, en Almoloya de
Juárez, por falsedad en las acusaciones en contra suya. La historia es vieja.
En 2001, Venegas fue ingresado al penal por ocultar —presuntamente en su casa
de Compostela— a Guzmán Loera después de su primera fuga.
Insiste Grecia, y aquí
aumenta la velocidad de su relato: “No hay manera de culparlo”. Del otro lado
de la línea se escucha una voz joven que sube y baja en intensidad. Tres son
los temas álgidos: la desaparición del padre; la sospecha de que sea el propio
gobierno de Nayarit el responsable, pues la pareja del secuestrado vio a
encapuchados vestidos con uniforme de la Policía de Nayarit, y la situación
legal.
El tema de una de las
demandas contra su padre, por parte de Rubén Figueroa, su ex socio en Puerto
Vallarta, irrita a la entrevistada. “No es culpable. Mi padre no hizo fraude”.
Hace unos 10 años está en
litigio el edificio Andrea Mar, según reportan medios de Jalisco y Nayarit. No
alcanzamos a hablar sobre una acusación más, la de que Julián Venegas habría
presentado, cuando era un político local, a Joaquín Guzmán Loera con militares
en posiciones estratégicas que presuntamente facilitaron el trasiego de droga
sinaloense en la costa de Nayarit. A Grecia le importa aclarar que su padre ha
llevado una vida limpia desde que salió de La Palma, que no ha visto a su
padrino desde entonces.
FLASHBACK DEL PLAGIO
“El pasado viernes 1 de abril,
aproximadamente a las 2:00 pm., mi papá JULIÁN VENEGAS GUZMÁN y su pareja
sentimental se dirigían rumbo a Puerto Vallarta, Jal., saliendo de Compostela,
Nay.”, comienza contando Grecia
en su muro de Facebook el 19 de mayo. Pide a los lectores ayuda para encontrar
a su padre.
Según el testimonio de la
mujer de Venegas, a la altura del kilómetro 78 de la carretera, pasando Las
Varas —poblado de unos 12 mil habitantes, nacido en 1935 en una ex hacienda
perteneciente al municipio de Compostela— se topó con un retén de “al menos
ocho personas armadas, algunas portando uniforme de la Policía de Nayarit.
Los agresores encañonaron y
bajaron a Venegas de su camioneta y lo subieron a una Suburban. Traían también
una Cherokee roja. La pareja del agredido, única testigo, dijo que agentes de
Tránsito Municipal que pasaron por ahí a escasos cinco minutos se abstuvieron
de ayudarlos.
“Sólo movieron el auto para
que no estorbara en la carretera y la dejaron sola sin darle ningún apoyo”,
explica Grecia.
La pareja de su padre logró,
con dificultades, que le facilitaran un celular para avisar a su hermana y,
aunque en principio se negaron, terminaron prestándole el aparato. Durante el
trayecto de Compostela a Las Varas, los hermanos de Grecia reportaron tres
veces al 066 el secuestro. Ninguna autoridad acudió.
Al llegar a Las Varas un hijo
de Venegas vio pasar dos camionetas de la Policía Nayarit. “Mi hermano pensó
que era en apoyo a las llamadas realizadas, pero no hicieron nada por ayudar, y
tampoco por ir hacia donde se fueron las camionetas”.
Al día siguiente, 2 de abril,
en las instalaciones de la Fiscalía del Estado de Nayarit, “citados por el
fiscal Edgar Veytia se procedió a hacer la declaración, mas no se realizó como
se debe”, explica la hija de Venegas en el post.
La familia pidió las hojas de
registro de las llamadas con los reportes al 066 y hasta el momento les han
sido negadas. Además —siguiendo el relato de Grecia— comprobaron que no existía
ninguna averiguación ministerial.
El post concluye: “Hace
apenas algunos días accedieron a recibir nuestra demanda, y hasta el día de hoy
no hemos sabido nada de mi papá. Quisimos recurrir a la ayuda de otras
dependencias, pero lamentablemente es sabido que los altos mandos de las mismas
informan al fiscal EDGAR VEYTIA y por obvias razones sabemos que no se nos va a
otorgar ayuda”.
Al no recibir respuesta de
las autoridades, la familia decidió difundir información en las redes sociales
“para que vean que en Nayarit sí pasan cosas, sí hay secuestros, sí hay
levantones a plena luz del día”. El post fue compartido más de mil veces. Sin
embargo, a 59 días de la desaparición de Julián Venegas, no se tienen noticias de
su paradero.
LO QUE IMPORTA ES EL NOMBRE DEL PADRINO...
“En la prensa a lo que le dan
importancia es a mi padrino. Yo tengo recuerdos bonitos de él y hasta ahí. No
es molesto que me lo mencionen. Hace veintitantos años no lo veo. Tello me lo
dijo: ‘¿Estás consciente de que no puedo evitar mencionarlo?’ Yo, del 1 de
abril hacia atrás, tenía una vida muy tranquila. Todos nos dedicamos al campo.
Aparte yo diseño uñas, están en Facebook. No somos una familia que tenga los
millones que la gente cree. Son habladurías y yo lo puedo comprobar. Todo está
legal”.
La hija de Julián Venegas
Guzmán y ahijada de El Chapo concluye: “¡En manos de la justicia no estamos!
Por eso nos estamos movilizando. Nos tronaron los dedos y nos dijeron:
‘¡Búsquenle! Aquí no hay nada’. Es muy importante que mi papá y el fiscal
tenían una amistad y él lo recibía en su oficina. Más raro entonces es que no
quiera ayudarnos. Y si [mi papá] es un delincuente, pues lo hubiera puesto a
disposición de las autoridades, ¿no es así?”.
(El Debate/ REDACCION/ 29 DE MAYO 2016)
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