Décadas
de impunidad y complicidades dejaron el estado de Guerrero a merced de la
delincuencia organizada. Regiones como la Montaña baja, donde está Chilapa,
padecen el terror de las bandas del narcotráfico y nadie se salva, ni
funcionarios ni políticos que no se alinean. Ese parece ser el mensaje que la
banda de Los Ardillos envió al asesinar a Ulises Fabián Quiroz, un joven
priista que pretendía ser alcalde.
CHILPANCINGO,
GRO. (Proceso).- Autoridades federales señalan que la ejecución del candidato
del PRI-PVEM a la alcaldía de Chilapa de Álvarez, Ulises Fabián Quiroz, fue
consecuencia del nivel de impunidad, corrupción y violencia en la parte de la
región Centro conocida como La Montaña baja, donde se ha recrudecido la disputa
entre las bandas criminales Los Rojos y Los Ardillos por el control de las
áreas de producción y transporte de heroína y mariguana.
Indican
que Los Rojos tienen como líder a Zenén Nava Sánchez El Chaparro, y su bastión
está en la cabecera de Chilapa y el municipio indígena de Zitlala, mientras que
Los Ardillos son dirigidos por los hermanos del presidente del Congreso, el
diputado local perredista Bernardo Ortega Jiménez, y están afincados en los
municipios de Quechultenango y Mochitlán.
A
pesar de que a finales del año pasado el Ejército y la División de Gendarmería
asumieron el control de la seguridad en Chilapa, ante la incapacidad y
presuntos nexos de las autoridades locales con el narco, son frecuentes las
balaceras en pleno día, igual que los secuestros, extorsiones y asesinatos.
El
9 de marzo, Aidé Nava González, quien se perfilaba como candidata del PRD a la
alcaldía de Ahuacuotzingo, fue privada de su libertad por un grupo de sujetos
armados. Al siguiente día la decapitaron y sobre su cuerpo dejaron un mensaje
contra los políticos que “no se quieren alinear”. Meses antes, el 28 de junio
de 2014, habían matado en una emboscada a su esposo Francisco Quiñónez Ramírez,
quien fue alcalde perredista de Ahuacuotzingo en el periodo 2009-2012.
El
11 de octubre de 2012 el hijo de la pareja, Francisco Quiñónez Nava, fue
secuestrado. Sus padres pagaron 500 mil pesos a cambio de su liberación pero
los captores incumplieron el trato; hasta el momento el joven permanece en
calidad de desaparecido.
Aunque
políticos de todos los partidos han condenado los crímenes, las autoridades de
los tres niveles no han erradicado a las bandas de la zona…
Fragmento
del reportaje que se publica en la edición 2010 de la revista Proceso,
actualmente en circulación.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ EZEQUIEL
FLORES CONTRERAS/ 13 DE MAYO DE 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario