México, D.F.- El 2
de diciembre de 2013, “Saltillo” amaneció pintado de azul.
Y no solo
metafóricamente –un día antes había tomado posesión Isidro López Villarreal, un
candidato de extracción panista–. El cambio también fue literal.
Ese día por la
mañana, el flamante presidente municipal realizó su primer tarea como
funcionario: pintó de color “PAN” las letras que dan la bienvenida a la capital
coahuilense.
El gesto dividió a
los ciudadanos y quizá fue el augurio de una administración que a casi 6 meses
de haber iniciado en realidad no “pinta” nada bien.
Hoy la popularidad
de López Villarreal no es la mejor.
Se le critica por
sus viajes constantes, por no contar un plan rector claro en las estrategias y
por no haber presentado hechos concretos en sus primeros meses como munícipe.
También por su
desatención en la seguridad. Fue un tema al que su predecesor daba prioridad,
pero el actual alcalde acabó pasándole la bolita el gobierno del Estado.
Y es que López
Villarreal ha estado envuelto en una serie de escándalos que no le han dado
tregua.
Algunos de ellos
giran en torno a la revelación de diversas grabaciones telefónicas en las que
se intenta probar presuntos actos de corrupción y nepotismo en su naciente
administración.
Dichas
conversaciones telefónicas pusieron al alcalde en entredicho.
Pero López
Villarreal en realidad adquirió notoriedad nacional cuando decidió publicar un
desplegado dirigido principalmente al presidente Enrique Peña Nieto.
Insertado en
periódicos de circulación nacional el 12 de mayo, el texto firmado por López
Villarreal llevaba como título: “Basta de espionaje en Saltillo”.
“En Saltillo se
violan permanentemente los derechos humanos mediante el espionaje sistemático
de conversaciones telefónicas, atropellando la privacidad y la intimidad”, se
leía en el desplegado.
“Las grabaciones son
utilizadas en una campaña difamatoria a base de medias verdades y mentiras
completas, en víspera del proceso electoral local”.
No se detuvo ahí y
cuestionó al gobierno estatal encabezado por Rubén Moreira, hermano de Humberto
Moreira.
“La situación ya fue
planteada al Gobernador del Estado, Rubén Moreira, sin que hasta el día de hoy
se haya hecho nada para detener el espionaje”, decía el documento.
“No queremos pensar
que se trata de solapar a quienes incurren en estas prácticas”.
Un día después,
alcalde y gobernador se reunieron para discutir el tema. Al terminar la junta,
la reacción del gobernador no se dejó esperar:
“Le reproché (al
alcalde) por qué tenemos que resolver las cosas o me tengo que enterar por
desplegados; creo que políticamente eso no nos corresponde”, dijo Moreira.
“Creo que no tiene
muy claro el señor alcalde qué requiere del Gobierno del Estado, pero si está
en nuestras manos ayudarle, lo haremos”, explicó.
En entrevista con el
periódico Vanguardia el alcalde tuvo que salir a enmendar la plana.
“Quiero agradecerle
al Gobernador la apertura porque a final de cuentas yo creo que, un poco por la
inexperiencia política, creo que debería de… ya lo había comentado con él y
debería de haberle comentado desde antes, que a final de cuentas yo quería
llamar la atención de la instancia federal, para que no fuera demasiado tarde
el día de mañana”, explicó.
A pocos meses de
iniciar su periodo como funcionario Isidro López ya era noticia nacional, pero
no por las razones ideales.
UN ALCALDE SORPRESIVO
Isidro López
Villarreal es hijo del extinto empresario Isidro López del Bosque y nieto de
Isidro López Zertuche.
Su abuelo y su padre
fueron precursores de la vocación industrial del sureste de Coahuila e
iniciadores de lo que hoy se conoce como Grupo Industrial Saltillo (GIS).
Hoy el GIS es un
conglomerado que fabrica productos para los sectores de la construcción, hogar
y automotriz.
No se puede entender
la historia de la capital coahuilense sin la influencia de “Los López”, como se
les conoce en aquel estado.
Fue por eso que la
postulación de Isidro López Villarreal a la alcaldía de Saltillo no dejó de
llamar la atención.
Ya algunos López
habían ocupado puestos públicos.
Su tío Rosendo
Villarreal Dávila fue el primer alcalde panista de la capital en 1990, quien
después ocupó la dirección de Administración en Pemex.
En 2009 presentó su
renuncia en la paraestatal luego de que se iniciara una investigación por
ordeña de ductos y corrupción. Nunca se le fincaron responsabilidades.
Un hermano de Isidro
–Manuel López Villarreal– también ocupó la presidencia municipal en 1997.
También por el PAN.
Pero “Chilo”, como
le llaman algunos, se había mantenido lejos de la política. Si acaso había sido
líder empresarial de la Canacintra y otros organismos. Su carrera era la de
empresario.
Pero en 2012, un año
antes de la elección, se afilió al PAN.
Entonces el alcalde
de la capital de Coahuila era el priista Jericó Abramo Masso. Un edil que
terminó con una calificación buena entre la ciudadanía.
Y es que a Abramo
Masso se le reconoció en su momento por enfrentar problemas añejos de los
saltillenses como el transporte, la seguridad y el robo de autopartes.
Dejó finanzas sanas.
Un tema que en Coahuila no es muy común.
Finalmente llegaron
las elecciones y “Chilo” se encontró en las urnas con un rival complicado.
Fernando “El
Diablito” de las Fuentes buscaba su segundo mandato como alcalde de Saltillo,
puesto que el priista ya había ocupado en 2006.
Las apuestas del
triunfo se cargaban del lado de “El Diablito”, un colmilludo operador político
que se decía “invicto” en materia de elecciones.
Eso sumado a que la
maquinaria de los hermanos Moreira se mantenía aplastante en todo Coahuila,
obscurecían el panorama de López Villarreal.
Pero algo extraño
sucedió.
Unos dicen que fue
gracias al voto negativo para el PRI después de los escándalos de la deuda
moreirista, otros que el pleito entre los Moreira habría volteado la balanza
hacia el lado panista el día de la elección.
La victoria de
Isidro López sorprendió a propios y extraños. El PAN había vuelto a la capital.
LAS GRABACIONES INCÓMODAS
> Abril 7
‘O se ponen las
pilas o se van a la chingada’
El 7 de abril a
través de redes sociales se dio a conocer una primera grabación.
En ella el alcalde
reprende a su tesorero por no recibir a unos “socios de Arturo Ferrer”, futuro
esposo de su hija Sofía López.
“Están aquí las
gentes (inaudible) de Arturo, me dicen que no te avisaron. Nomás se vinieron de
México a eso”.
El tesorero Adrián
Ortiz se excusó diciendo que no se lo agendaron.
“¡Cómo es posible
que les digamos que vengan y no esté amarrado!”, le dice el alcalde molesto.
“Es la tercera vez
que estoy quedando mal con Arturo, pero no mames, o sea está cabrón esto...
“No quiero que
vuelva a pasar esto ni una pinche vez más si no se van los dos...”.
Y remata: “O se
ponen las pilas o se van a la chingada”.
Aunque el tesorero
va rumbo al aeropuerto de Saltillo para viajar a la Ciudad de México, acuerdan
verse en la terminal aérea con las personas que, según versiones periodísticas,
pertenecen a la empresa Sefise en la que participaría su futuro yerno.
> 10 de abril
EL HERMANO INCÓMODO
En esa ocasión
presuntamente se trataba de una conversación entre el tesorero Adrián Ortiz y
su hermano Víctor.
“Oye estos güeyes me
suspendieron la obra que porque necesitan una compañía que no tenga nombre de
Grupo Victoria”, comenta a quien se le identifica como Víctor.
“Y me suspendieron
la obra, ya la tenía empezada... ¿por qué razón no sabes tú?”.
“No, no sé”,
responde escuetamente el tesorero.
“Porque no te quiero
meter en problemas a ti...”, le aclara.
“...pero mañana
tengo junta con ellos a las 8, voy a ver que pedo y te digo”.
“Sí. Si puedes meter
otra compañía, pues hazlo...”, le responde el tesorero.
El escándalo fue
mayúsculo, al grado de que Adrián Ortiz publicó un desplegado en el que retaba
a probar alguna vinculación entre el municipio y la Constructora Victoria,
propiedad de su hermano.
> 29 de abril
‘ES LA HERMANA DE LA ESPOSA DEL ALCALDE’
Otra de las
grabaciones involucra a la cuñada de López Villarreal, Astrid Naranjo.
En esta
conversación, presuntamente se escucha una llamada entre el tesorero Adrián
Ortiz y el director de Servicios Administrativos, Armando Mireles.
“Sí vino (Naranjo) y
cobró ayer con cheque pero cuando le dijeron que describiera sus funciones dijo
que no sabía”, dice la voz que presuntamente es de Mireles.
“Paco Palacios
(titular del Instituto Municipal de Cultura) dijo no yo aquí no la quiero a la
chingada”.
“Dile que yo
platiqué con él es la hermana de la esposa del alcalde, que no la friegue”, se escucha
a quien se identifica como tesorero.
López Villarreal
justificó la contratación de su cuñada. “No es ilegal”, dijo en su momento.
El 30 de abril, fue
cesada del Instituto Municipal de Cultura.
(ZOCALO/ Reporte
Índigo/ 22/05/2014 - 02:29 PM)
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