
Chihuahua— Un día sombrío y lluvioso enmarcó el funeral de los
niños Diego y Julia Sophia Tarango Holguín, hermanos de 11 y 7 años de
edad, respectivamente; el templo de San Antonio de Padua se llenó de
amigos y familiares que acudieron a despedir a los pequeños, víctimas
fatales del accidente en el Demolition Show, el pasado 5 de octubre.
Algunos automóviles en el estacionamiento tenían amarrados a los
espejos retrovisores globos blancos, rosas y azules; amigos y familiares
entraron al recinto vestidos con playeras blancas con una fotografía de
los hermanitos al frente y el versículo de la Biblia Marcos 10:14 en la
espalda: ‘Dejad a los niños venir a mí y no se los impidáis, porque de
ellos es el reino de Dios’.
Chihuahua— El interior de la iglesia lucía repleto de crisantemos
blancos y al centro, el ataúd que contenía los restos de los hermanos,
sostenía un balón de futbol junto al ramo de flores que los despedían.
Un grupo de niños del equipo de futbol los Doraditos se sentaron al
frente, ex compañeros de Diego, quien fue un fanático del futbol y los
deportes, como sus padres que son ciclistas.
También acudieron compañeros de Diego y Sofía, que cursaron en la
escuela Octavio Paz; él en sexto y ella en segundo. Algunas niñas se
abrazaban a sus madres con los ojos llorosos y sostenían un globo rosa
con el nombre de su amiguita. La leyenda ‘Los llevaremos siempre en el
corazón’, se podía leer con letras blancas en decenas de globos.
El lunes, el ataúd fue llevado al hospital Christus Muguerza en donde
la madre Adriana Holguín se recupera de sus graves heridas, para que
pudiera darles un último adiós; ella estaba en terapia intensiva y sus
familiares decidieron no decirle sobre la muerte de sus hijos hasta que
se recuperara, para no entorpecer su evolución.
Al concluir la homilía, en la que el párroco exaltó la esperanza del
paraíso e imaginó a los niños jugando con los ángeles y haciendo
preguntas a Dios sobre la vida en la tierra, el ataúd fue dirigido hacia
la salida, en donde se repartían globos azules y rosas con los nombres
de los pequeños.
El cortejo fúnebre partió al Panteón Colina, en donde los hijos de
Adriana y Héctor, descansarán juntos en el mismo ataúd; ellos llegaron a
su última morada, despedidos por su padre, sus familiares, amigos y
compañeros, al soltar un globo lleno de helio bajo la lluvia y entre el
dolor de su pérdida.
(El Diario de Chihuahua/ Sarahí Aguirre/ 2013-10-16 | 00:37)
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