ANABEL
HERNÁNDEZ
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- Diez millones de pesos de recompensa ofrece la Procuraduría General
de la República (PGR) por información que lleve a la captura de Francisco
Javier Jiménez, exagente de la SIEDO al que acusa de delitos contra la salud y
delincuencia organizada.
Desde 2010 exhibe su
nombre y rostro junto a los de narcotraficantes como el líder del Cártel de
Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, o Miguel Ángel Treviño, jefe de Los Zetas.
Prófugo desde el
sexenio de Felipe Calderón, Jiménez concede una entrevista a Proceso. La cita
se concretó por medio de diferentes contactos y al lugar elegido Jiménez llega
casi disfrazado y con un paquete de papeles oficiales que documentan la
historia que narra.
El exagente de la
SIEDO y exintegrante de la Unidad de Investigaciones Sensibles (SIU) de la DEA
revela que tres de los acusados en la fallida Operación Limpieza –él, Antonio
Mejía Robles y Jorge Alberto Zavala Segovia– habían sido certificados por la
agencia antinarcóticos de Estados Unidos, para la que trabajaban.
Los tres, señala,
eran parte del equipo de Miguel Colorado, coordinador general técnico de la
SIEDO, y del titular de la subprocuraduría, Noé Ramírez Mandujano, y corrieron
la misma suerte que sus jefes.
Reclama la traición
de la DEA y de la PGR. Afirma que pese a los múltiples exámenes de confianza,
los cursos de capacitación, el constante monitoreo de la embajada de Estados
Unidos y los rastreadores que la agencia antinarcóticos estadunidense los
obligaba a portar durante las operaciones de la SIU, para aquéllas “valieron
más los testimonios falsos de unos criminales”.
“Valió más la
declaración de tres exmilitares confesos de trabajar para el crimen organizado
–Fernando Rivera, Roberto García y Milton Cilia– para perseguirnos como
criminales cuando sabían, ¡lo sabían!, que estábamos limpios”, señala con
amargura.
De los tres agentes
que trabajaban para la DEA sólo él escapó de las órdenes de aprehensión giradas
en agosto de 2008. Zavala y Mejía fueron detenidos y encarcelados ese mismo
año.
Fragmento del
reportaje que se publica en la edición 1909 de la revista Proceso, ya en
circulación.
(PROCESO/ANABEL
HERNÁNDEZ/ 4 DE JUNIO DE 2013)
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