Excélsior
Ciudad de México.- A
tres mil kilómetros de distancia, tanto de Brasil como de España, Guinea-Bissau
se ha convertido en la escala preferida de los cárteles latinoamericanos, como
el cártel de Sinaloa de El Chapo Guzmán, que suelen enviar en un vuelo
cargamentos de 600 a mil 200 kilogramos de droga a ese país, asentado en el
extremo más occidental del continente africano, informó ayer la edición
electrónica de la revista alemana Der Spiegel.
Los aviones para uso
privado de mediano alcance cubren cómodamente la distancia que separa a ese
país africano, tanto de Europa como de Sudamérica.
“Sin embargo, la
Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito sospecha que los Boeing
727 ya están llegando a las costas de África Occidental con cargamentos de más
de diez toneladas de drogas”, dice el
reportaje que Alexander Smoltczyk escribió para el semanario alemán.
Según esta versión,
en julio de 2008, uno de esos vuelos se vio obligado a aterrizar de emergencia,
debido a fallas en el sistema hidráulico. Sin embargo, cuando la policía
intentó registrar la nave se presentó un grupo de soldados que lo impidió.
Con base en
testimonios de la policía local, Smoltczyk relata que los soldados rodearon la
aeronave impidiendo que alguien pudiera abordarla y que ni El Chapo Guzmán pudo
rescatarla, a pesar de que al día siguiente llegó a Guinnea-Bissau una aeronave
más pequeña, procedente de Venezuela, con intenciones de repararla.
“Ninguna huella de
la carga ni de la tripulación pudo ser encontrada jamás (…) Según la policía
española, a bordo de la nave había media tonelada de cocaína y tres
venezolanos, entre ellos Carmelo Vásquez Guerra, de quien se dice que trabajaba
para dicho cártel, refiere el reportaje de Smoltczyk, que en inglés lleva el
título de Africa’s Cocaine Hub: Guinea-Bissau a Drug Trafficker’s Dream.
El texto explica que
las fronteras porosas, los campos de aterrizaje que pasan inadvertidos y un
gobierno civil virtualmente carente de poder han permitido que ese húmedo y
caluroso país africano, que ocupa una pequeña superficie de 36 mil 125
kilómetros cuadrados, se convierta en el centro de distribución anual de unas
40 toneladas de cocaína dirigida al consumo europeo.
“Para ser un
narcoEstado, Guinea-Bissau parece más bien pacífico, e incluso soñoliento en
ocasiones. Aquí no hay drogadictos ni traidores decapitados a un lado de la
ruta. El comercio cotidiano de la droga se realiza virtualmente sin violencia”,
dice el reportaje de la revista que semanalmente vende más de un millón de
ejemplares.
El texto de
Smoltczyk reporta que cada kilo de cocaína pura que en Guinea-Bissau vale 12
mil euros, en Europa alcanza un precio de 30 mil euros, equivalentes a 197 mil
y a 492 mil 646 pesos, respectivamente. Sin embargo Michael Daniels, sacerdote
franciscano de Bissau, la capital de ese país, dijo a Der Spiegel que los
habitantes de Guinea-Bissau todavía están a salvo de la drogadicción, porque
“son demasiado pobres para permitirse el lujo de consumir cocaína o crack”.
(ZOCALO/ Excélsior/ 09/03/2013 - 10:59 AM)
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