La PGR no persigue a las bandas criminales por ese
flagelo, sólo por el narco, dice ONG
Sólo en Apodaca y Guadalupe, Nuevo León, han
desaparecido más de 500 jóvenes
Sanjuana Martínez/ La Jornada
"Se fueron por
gusto", espetó un policía ministerial a Isabel Rivera y a otras madres de
desaparecidas en Apodaca, Nuevo León, luego de que denunciaron que el crimen
organizado había secuestrado a decenas de mujeres jóvenes en ese municipio, más
de 103, según el informe reciente de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres
y Niñas de América Latina y el Caribe (Catwlac, por sus siglas en inglés).
“Los cárteles de la
droga mexicanos han encontrado un nicho de ganancias inmensas en la trata de
mujeres y niñas con propósitos de explotación sexual y pornografía. Anualmente
ganan más de 10 mil millones de dólares. Lamentablemente, la Procuraduría
General de la República (PGR) no está persiguiendo a los cárteles por la trata
de mujeres, sólo por el tráfico de drogas”, expresa en entrevista Teresa Ulloa
Ziáurriz, directora para América Latina y el Caribe de Catwlac.
En su nuevo informe
sobre la trata y el crimen organizado en México, adelantado a La Jornada, la
organización que promueve el derecho de mujeres y niñas a una vida libre de
violencia y explotación sexual, incluye estadísticas cuantitativas y
cualitativas en los estados y ciudades de origen de la trata, los factores de
vulnerabilidad, las rutas de tránsito, el fin del ilícito y su modus operandi,
el tipo de perpetrador solitario o de crimen organizado y los cuatro cárteles
de la droga que han incursionado en este próspero delito.
“Los grupos del
crimen organizado, particularmente los cárteles del Golfo, Los Zetas, Nuevo
Milenio y los Caballeros Templarios, las levantan para usarlas de halconas
desde los 12 años; luego las convierten en sicarias, mulas o esclavas sexuales
de los jefes de plaza, y cuando se cansan de ellas, simplemente las matan y les
desfiguran el rostro para hacer más difícil su identificación. Lo que más nos
preocupa es que hemos empezado a ver un vínculo con desaparición de un periodo
de tres a seis meses y luego feminicidio”, dice.
El informe titulado
Estadísticas cualitativas y cuantitativas para medir el efecto de las nuevas
formas de criminalidad violenta contra las mujeres: la trata de mujeres, niñas
y adolescentes y sus vínculos con la delincuencia organizada traza un mapa
delictivo por Estado de las "nuevas" violencias contra las mujeres y
cómo el avance de la criminalidad en México ha afectado sus vidas, sin que los
operativos oficiales ofrezcan seguridad a las mujeres. Analiza los niveles de
impunidad sobre la trata y la eficiencia de la respuesta gubernamental: “Las
mujeres vivimos con miedo, y ya no se sabe quiénes son peores, si los cuerpos
policiacos y las fuerzas armadas, o los cárteles de la droga”.
Desaparecidas en Apodaca
Hace tres años,
Guadalupe Jazmín Torres Rivera desapareció en Apodaca, Nuevo León. Durante una
semana secuestraron a más de una docena de jovencitas en el mismo barrio;
algunas fueron levantadas en la calle, en la parada del autobús y otras fueron
sacadas de sus casas a punta de pistola. Sus casos están incluidos en el
informe de Catwlac.
"Desde entonces
han desaparecido más de 200 mujeres en Apodaca y otras tantas en el municipio
de Guadalupe", dice Isabel Rivera, madre de Guadalupe Jazmín, quien junto
a otras madres de desaparecidas (más de 500) han emprendido una incansable
lucha por su localización.
"Las
autoridades no las están buscando. Es la misma discriminación desde que
empezamos. Las discriminan por ser mujeres y luego no las buscan. Lo último que
nos dijo un ministerial es que ellas se fueron por gusto. Yo le contesté que
ellas no harían eso y que su argumento era una excusa para no buscarlas, pero
les da igual", comenta Rivera, quien ha observado cómo los expedientes
permanecen igual, sin avance, a pesar del tiempo transcurrido.
Las madres han
señalado a las autoridades la necesidad de buscar a las jóvenes de entre 15 y
23 años en los locales de servicios sexuales, como las salas de masaje, los
llamados men’s club, los prostíbulos y los table dance en la entidad:
"Pero la policía ministerial de Nuevo León no entra ni las busca allí; no
se meten. Nunca han hecho una redada para localizar mujeres en situación de
trata. Queremos que se investigue a fondo".
La última noticia
que tuvo de Guadalupe Jazmín fueron dos llamadas en 2012. "Las dos fueron
en fechas simbólicas: una el día en que a ella la secuestraron saliendo de dar
clases de baile en el DIF, y la otra, en el cumpleaños de su hija. La operadora
me dijo si yo aceptaba la llamada de un familiar de Torreón, Coahuila, pero
luego cortaba. La policía dijo que las llamadas fueron realizadas desde un
banco HSBC y me dijeron que iban a buscar los videos, pero no cumplieron."
Isabel Rivera cuenta
que no hay un solo día que no piense en su hija y que su nieta de seis años le
da la fuerza para seguirla buscando: "Estas llamadas son una señal de que
está viva. Yo la siento. Me llena de esperanza. Tengo fe de encontrarla. Ella
tiene que regresar".
El rescate
El informe de
Catwlac incluye las formas de rescate y daño de las víctimas. En los seis años
recientes esta organización ha logrado rescatar a mil 37 víctimas: "El
problema es que hemos podido ubicar a algunas, todas adolescentes entre 12 y 16
años, pero no pueden dejar de trabajar para ellos, porque están amenazadas de
muerte, tanto ellas como sus familias, lo que las lleva a paralizarse. Por un
lado, la amenaza del grupo delictivo y por el otro, la del Ejército, que ahora
las está deteniendo y enviado a los juzgados para jóvenes en conflicto con la ley
penal".
Según las estadísticas
del más reciente informe sobre trata de la Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito (Unodc) 90 por ciento de este delito es con fines
de explotación sexual, pero las autoridades mexicanas no lo toman en cuenta
cuando realizan operativos: “Lo que realmente pasa en muchos de los casos es
que aun estando bajo el control de sus tratantes o explotadores, las mujeres en
situación de trata las dejan a cargo de las nuevas mujeres o niñas reclutadas,
y al llegar el operativo policial o militar, son detenidas y llevadas ante la
justicia como presuntas culpables y el verdadero tratante o explotador, nunca
responde frente a la justicia. Las autoridades no han entendido bien el delito.
No se le está dando prioridad. Persiguen la extorsión, el secuestro, la
piratería, pero no le entran a la trata. El delito no está siendo perseguido y
socialmente está naturalizado”, afirma Ulloa Ziáurriz.
El rescate de las
víctimas mexicanas de trata trasciende las fronteras: "Hemos encontrado a
muchas chicas del otro lado, concretamente en Nueva York, a las que pasaron por
Reynosa, Tamaulipas, donde las inician. Tenemos una rescatada allá y una chica
registrada en el padrón de Reynosa con el nombre y los papeles de la que tengo
en Nueva York. Les cambian la identidad. Las pasan por McAllen, Texas, y como
no se persigue el delito, 99 por ciento de los casos quedan en la
impunidad".
Ulloa Ziáurriz fue
una de las precursoras de la nueva ley para prevenir, sancionar y erradicar los
delitos de trata, pero está convencida que se necesita reformarla:
"Lamentablemente en el Senado la echaron a perder, los cambios que le
hicieron los legisladores priístas fueron para generar mayor impunidad. Y en
este gobierno no hemos escuchado ni una sola manifestación contra la trata de
Enrique Peña Nieto o de su gabinete".
El nuevo informe
exhibe la poca efectividad de las actuaciones de las autoridades mexicanas en
la persecución del delito y en el acceso a la justicia para las víctimas. El
año pasado, por ejemplo, sólo hubo 31 consignaciones por este delito, pero se
lograron únicamente dos sentencias a escala federal y siete en los estados,
aunque dos absolutorias.
"El problema
más grave que tiene la PGR es que la Fiscalía Especial para los Delitos de
Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) no tiene facultades
para nada. La crearon para callarnos la boca, pero no funciona, al final de
cuentas sólo tiene competencia para los asuntos federales y donde no hay
delincuencia organizada. Hay que cambiarla."
Las complicidades
El informe de
Catwlac ubica los focos rojos del país en la incidencia de mayor número de
desapariciones de mujeres y niñas con fines de trata y explotación sexual:
Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Zacatecas, Durango, Chiapas, Oaxaca,
estado de México, Hidalgo, Baja California Sur, Chihuahua, Guerrero, Jalisco,
Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas.
La investigación
cruza los datos de desapariciones y las vincula con la frecuencia de
feminicidios: “Son feminicidios con razgos similares y características de una
violencia salvaje. Los cuerpos aparecen todavía con fauna cadavérica. Los
cráneos están separados de los cuerpos, la mayoría son cráneos limpios y con la
mandíbula separada. Tienen golpes en todo el cuerpo, quebrados los dientes de
enfrente, sus manitas crispadas, y algunas están completamente con la pelvis y
las piernas desarticuladas por las violaciones. Creemos que este modus operandi
está directamente relacionado con la posibilidad de evitar la identificación,
porque les arrancan el tendón que une la quijada y es el más fuerte que tenemos
en el cuerpo para obtener el ADN y la mayoría de las procuradurías de los
estados no cuentan con la tecnología para ese tipo de prueba, algunos ni siquiera
para sacar el ADN”.
Con base en su
experiencia, Ulloa Ziáurriz afirma que la trata en México es un negocio
constituido por redes de complicidad entre el poder político, económico y el
crimen organizado, y hay nexos entre hombres propietarios de negocios sexuales
metidos en política. Según la PGR, unas 800 mil mujeres adultas y 20 mil
menores son obligadas a ingresar a las 47 redes de trata que existen en el
país: “Hay intereses muy fuertes. Después de violarlas se las llevan a
explotarlas a los men’s club y lugares como los masajes eróticos, que ahora se
han extendido de forma alarmante en todo el país, donde hay servicio de
prostitución. Son lugares que se han convertido en los nuevos negocios de
lavado de dinero procedente del narcotráfico”.
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