Martín Alberto Mendoza
De manera sorpresiva, elementos locales de la Policía Estatal Investigadora, catearon la negociación denominada Mariscos “El Rey” y capturaron a su propietario como presunto responsable de dar muerte a la cajera Guadalupe Vega Tellechea.
La aprehensión de Juan Antonio Contreras Espinoza,
se produjo poco antes de las 16:30 horas, en que agentes de la PEI
ingresaron a las oficinas administrativas de ese negocio ubicado en
calles Quintana Roo y Náinari.
La diligencia fue encabezada por el
licenciado Roberto Quintanar Rivas, agente del Ministerio Público del
Fuero Común del sector tres y el comandante Reyes Rivera Montaño, así
como personal de Servicios Periciales.
Trascendió que en las oficinas de la
marisquería, presuntamente se hizo el aseguramiento de indicios
importantes después de una prolongada diligencia.
Mientras varios agentes permanecieron en
ese negocio en apoyo al personal ministerial, otros se trasladaron a la
residencia de Contreras Espinoza, ubicada en la esquina sureste del
bulevar de la Lluvia y calle Ensenada.
Acompañaron al Ministerio Público a
revisar el inmueble y ahí estuvieron por espacio de veinte minutos hasta
que el fiscal encargado de la causa ordenó la retirada.
Contreras Espinoza, fue detenido en
calles de la ciudad, cuando conducía un vehículo marca Toyota, línea
Hulux, modelo 2012, color gris.
De inmediato fue presentado ante el
representante social a rendir su declaración y luego de esto se solicitó
un arraigo judicial a un Juzgado Penal que le fue concedido por espacio
de treinta días.
El empresario figura como presunto
responsable de dar muerte a la joven María Guadalupe Vega Tellechea,
quien contaba con 21 años de edad y vivía por la calle Viena #1319,
colonia Villafontana. Era originaria de Pueblo Yaqui.
Como oportunamente se dio a conocer en
este matutino, fue localizada a las 9:30 de la mañana del viernes 24 de
junio del 2011 por una calle de terracería que se localiza frente al
Mercado Central de Abasto, supuestamente estaba envuelta en una bolsa de
plástico color negra, sobre un montículo de desechos.
A simple vista se le apreció una herida producida por proyectil de arma de fuego en la cabeza, además de golpes contusos.
Al momento de su muerte vestía un
pantalón de color azul con blusa del mismo tono, que tenía a la vez una
leyenda escrita del citado negocio.
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