Denise Dresser
Pregunta 1
Pregunta 2
Dices –con razón– que la actual oligarquía ha adquirido el poder político
suficiente como para situarse por encima de las instituciones constitucionales,
incluyendo la Cámara de Diputados, el Senado y el IFE. Pero las propuestas que
presentas para que dejen de mandar ellos parecen sugerir que tan sólo quieres
transferir el poder hacia ti y tu grupo, no necesariamente hacia los ciudadanos.
¿Qué propones para lograr la ciudadanización necesaria de la política en
México?
Pregunta 3
Dices que la crisis se agravó cuando la oligarquía decidió imponer a Felipe
Calderón para impedir un verdadero cambio, y que él ha ejercido el poder atado a
los intereses creados. ¿Pero no es cierto que la izquierda ha contribuido a esa
crisis al negar la posibilidad de forjar alianzas políticas y legislativas que
pudieran combatir a los intereses creados? ¿No es cierto que la propia izquierda
también se ha doblegado ante éstos, y un ejemplo de ello es cuando el PRD votó
en favor de la Ley Televisa con tu anuencia? ¿Y qué harás tú para combatir los
intereses creados en el sector público, como los sindicatos, cuyas prebendas
también forman parte del “capitalismo de cuates” que prevalece actualmente en
México?
Pregunta 4
Hablas de cómo los que realmente mandan y deciden en el país están haciendo
una recomposición del mismo régimen. ¿Pero no has contribuido tú a esa
recomposición, en la medida en la cual la “presidencia legítima” y las
divisiones en la izquierda han llevado al resurgimiento del PRI y al
fortalecimiento del régimen que necesitamos remodelar?
Pregunta 5
Has dicho que la apuesta de la oligarquía es al PRI y a Peña Nieto. Eso nadie
lo disputa, pero lo que sorprende es tu renuencia a aceptar medidas y
estrategias –como las alianzas electorales– que pudieran frenar ese desenlace.
¿De qué otra manera se puede parar a Peña Nieto si no es debilitando sus
perspectivas presidenciales a través de una alianza electoral de oposición en el
Estado de México?
Pregunta 6
Dado que Peña Nieto es, como lo has argumentado, “un producto chatarra”, y
“candidato de la mafia en el poder para 2012”, ¿cómo piensas confrontarlo y
pararlo eficazmente? ¿Qué propones –prácticamente– más allá de la denuncia en
tus discursos?
Pregunta 7
Sugieres que la fuerza del movimiento que has creado será suficiente. ¿Pero
cómo traducir ese movimiento en un frente electoral competitivo? ¿Con qué
partido? ¿Con qué estrategia de movilización?
Pregunta 8
Tienes razón: hay millones de mexicanos, hombres y mujeres, libres,
conscientes y decididos a construir una sociedad más justa, más humana y más
igualitaria. Pero para lograr esos objetivos no basta un movimiento basado en la
indignación moral. ¿Cómo construirás una coalición electoral incluyente,
multiclasista, ganadora, con base en los mismos planteamientos del 2006?
Pregunta 9
Las encuestas revelan que a pesar de tu esfuerzo de peregrinaje a través de
los 2 mil 456 municipios del país, y no obstante tu empeño en construir un
movimiento desde abajo, el PRI lleva la delantera, y por mucho. Si los
planteamientos y las posiciones que usaste hace cuatro años no fueron
suficientes para asegurar una victoria contundente, ¿por qué crees que ahora sí
funcionarán ante un adversario más unido, más rico y más hambriento de regresar
a Los Pinos que en el 2006? Si el Proyecto Alternativo de Nación no fue lo
suficientemente convincente entonces, ¿qué harás para lograr que lo sea
ahora?
Pregunta 10
Las economías verdaderamente exitosas son aquellas que tienen un buen
equilibrio entre el Estado y el mercado, entre la innovación y la regulación.
Sin embargo, en tus planteamientos demuestras una profunda aversión hacia el
mercado y quieres “rescatar al Estado” para que administre la riqueza y los
bienes públicos. ¿Pero no será que en México un problema fundamental ha sido la
rapacidad del propio Estado, la manera en la que grupos dentro del Estado se han
apropiado de bienes públicos, como lo ha hecho el sindicato de Pemex? Ante ello,
¿no sería una mejor propuesta crear mercados funcionales bien regulados, como
los que existen en regímenes capitalistas democráticos?
Pregunta 11
Dices que la nueva política económica que propones “debe ser conducida por el
Estado”. ¿No sugiere eso una resurrección del estatismo sofocante y
contraproducente de los años de Luis Echeverría y José López Portillo? ¿No sería
mejor hablar de la creación de una economía pujante, de terreno nivelado de
juego, dinámica, globalizada, capaz de generar motores internos de crecimiento y
bien regulada por el Estado?
Pregunta 12
Criticas –con razón– las prácticas monopólicas, y entre ellas hablas de los
pagos excesivos por la telefonía y la electricidad. En esos sectores, Carlos
Slim, Luz y Fuerza y el SME han tenido una gran responsabilidad por la
expoliación de los consumidores. Si vas a ser consistente en la denuncia de los
monopolios, ¿estarás dispuesto a confrontarlos tanto en el sector público como
en el sector privado?
Pregunta 13
Planteas que México no debe vender un solo barril de petróleo crudo al
extranjero. Dado que una gran parte del presupuesto público que financia las
actividades del Estado –educación, salud, etcétera– proviene de la venta de
petróleo, ¿con qué recursos vas a suplir los que el Estado dejaría de recibir?
¿Cortar de tajo la renta petrolera entrañaría subir los impuestos de una manera
dramática? ¿Estarías dispuesto a hacerlo?
Pregunta 14
Hablas de pensiones universales, becas, seguridad social, y todo ello
financiado por el Estado. Pero las cuentas simplemente no funcionan, aun con la
política de austeridad que propones y el fin de los privilegios fiscales para
los grandes grupos empresariales. A México le urge una revisión fundamental de
los usos del gasto público, incluyendo las transferencias a los gobernadores y a
los sindicatos. ¿Estarías dispuesto a emprender esa revisión, aunque entrañara
confrontar a tus aliados en el aparato estatal y el mundo sindical?
Pregunta 15
Hablas de “cristalizar una nueva corriente de pensamiento sustentada en la
cultura de nuestro pueblo”. ¿Pero no será que es imprescindible promover lo
contrario? Durante demasiado tiempo, la cultura del pueblo ha sido corporativa,
clientelar, patrimonialista y propensa a la entronización de líderes
providenciales. ¿No sería necesario enarbolar un nuevo discurso basado en la
construcción de ciudadanía, la promoción de derechos liberales, el imperativo de
la movilidad social, la creación de un país poblado mayoritariamente por clases
medias, la construcción de un México rico? ¿No sería más provechoso pensar en un
Proyecto de Nación basado menos en la exaltación de moralidades y más en la
creación de oportunidades?
No hay comentarios:
Publicar un comentario