Astillero
¡Dios mío, hazme Calderón!
Peña del árbol no leído
IFE, cuotas; Morenaza
Conejo coordina a Cordero
Julio Hernández López
La tenía difícil Roberto Gil Zuarth, pero salió adelante. En medio
de las múltiples y vistosas expresiones de la descomposición nacional, con
hechos noticiosos de primer orden y preocupaciones generalizadas por otros
temas, el secretario particular del ocupante actual de Los Pinos logró, con su
discurso de despedida del cargo (para buscar una de las senadurías por Chiapas),
ganarse un increíble lugar en el disputado escaparate de las adulaciones
extremas, de las exageraciones serviles ante el poder, de los disparates
ambiciosos.
Yo quiero algún día ser como usted, señor Presidente, le dijo el pequeñuelo Gil a quien tan enorme le parece, su jefe y promotor político, Felipe Calderón Hinojosa. Aspiraciones con visos de lactancia tardía que fue desgranando sin pudor alguno el párvulo Gil, según en bit.ly/vEbLIx puede leerse con detalle. Rosario de alabanzas sin mesura, elogio de la locura del burocratismo trepador. Y el cierre de aparente desmayo desde el cual épicamente saca fuerzas el diputado federal con licencia, aspirante fallido a secretario de Gobernación, secretario particular y ahora precandidato al Senado y sabido buscador de la gubernatura de Chiapas a mediano plazo.
Cuando, en esa cúpula de privilegio en la que se mueve, las convicciones
abandonaban al cruzado Gil, solía pensar que
si una fuerza superior, la mano invisible del destino o Dios, ha puesto a prueba el carácter de esta nación, incluso hasta desafiar las leyes de la probabilidad(¿el desafío fue en el rango de 0.56 por ciento?, ¿las leyes de la probabilidad son un daño colateral materializado o una nueva oración de los Legionarios de Felipe?: indagaciones astilladas a las que de grandes les gustaría ser un día como ellas mismas) , entonces llegaba a la iluminada consideración de que
esa fuerza, ese destino o Dios, ha tenido el cuidado, la generosidad de prestarnos al mejor presidente de México. Oportuna postulación del segundo Felipe de Jesús para llegar a los altares. ¡Gracias al cielo por habernos mandado a Calderón para alzarse con la Presidencia! ¡Dios mío, hazme Felipe Calderón, por favor!
(Ah, en información de menor importancia: Javier Lozano dejó la Secretaría
del Trabajo para buscar una senaduría por Puebla y luego aspirar a la
gubernatura. En su lugar quedó Rosalinda Vélez, quien había fungido como
procuradora federal del trabajo. Otro renunciante fue Salvador Vega Casillas,
quien según versiones oficiales había ocupado durante largos años la inocua
Secretaría de la Función Pública. Entró Rafael Morgan al relevo del michoacano
que también va tras lauros legislativos (aunque le persiguen las acusaciones por
irregularidades atribuidas a su esposa, que oficialmente fueron desechadas, muy
al estilo, precisamente, de la citada secretaría, pero que seguirán dando
material polémico). El trío de salidas del equipo calderonista fue completado
por el mencionado Gil, a quien sustituye José Guadalupe Tarcisio Rodríguez
Martínez, con aire más de compensación amistosa que de búsqueda de fuerza y
eficacia en la secretaría particular.
Los desfiguros de la barbería panista tuvieron réplicas en la zona devastada
del peñanietismo, donde el coordinador general de cuates del iletrado virtual
candidato, Luis Videgaray, se batió con deplorable entusiasmo en búsqueda de
atenuar el daño a su jefe encopetado aunque, en realidad, éste podría haber
gritado:
¡no me defiendas, compadre!. No es correcto hacer Peña del árbol caído, pues el damnificado de la FIL no es un intelectual, ni tiene obligaciones de índole literaria, sino que, bueno, pues, hombre, en realidad se dedica a resolver problemas, a atender asuntos públicos, a la cosa política y, según la desguanzada interpretación del amigo Videgaray, para esos menesteres no hace falta leer ni recordar títulos de autores ni evitar confusiones ni vergüenzas.
Al rescate del Gavioto caído también acudió el viejo zorro de la política,
Jesús Murillo Karam, quien acusó de arrogancia a Carlos Fuentes por decir que
Pena en Aprieto no tiene derecho a querer ser presidente de México a partir de
su ignorancia. El hidalguense dijo que todo mundo tiene derecho a sufrir
tropezones pero que éstos no pueden descalificar la trayectoria de una persona
que, como en el caso del sospechoso de dislexia ejecutiva, habría sido
exitosoen el gobierno del estado con capital en Toluca. (¿Y si ya mejor ni le movieran los priístas al despeñadero que viven a partir de la FIL?: contribución propositiva de esta columna henchida de fervor navideño).
Como siempre, los nuevos escándalos desplazan a los sucedidos apenas unas
horas atrás y que parecían de larga duración. En Chilpancingo, el Ángel de la
Guerra Sucia libra batallas videográficas y periciales contra la Policía
Federal, en espera de que el escándalo del asesinato de normalistas baje de
intensidad. Otros jóvenes, que habían desaparecido, son descubiertos en una fosa
en el edificio de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, con el
narcotráfico como principal línea de investigación. Y en Matamoros se registra
el preocupante arribo de un convoy de militares estadunidenses, custodiados por
mexicanos, para una reunión con
altos mandosdel Ejército nacional, según reporta en bit.ly/sgx0AZ el texano canal televisivo 48.
En otra pista, los partidos vuelven a repartirse mediante cuotas las plazas
del IFE: hoy deberán votar en San Lázaro para definir si todos quedan contentos
con que el PRI coloque a un dinosaurio jurídico, Sergio García Ramírez; el PAN
mueva del IFAI a María Marván (aunque anoche se hablaba de que Televisa insistía
en colocar allí a Arely Gómez) y el PRD chuchista instale a Lorenzo Córdova.
¡Perded toda esperanza!
Y, mientras Claudia I es coronada como Morenaza (véase bit.ly/rp9HMr Movimiento de Regeneración
Nacional, Zacatecas), luego de un
concurso de belleza e inteligenciapara elegir una vocera de la campaña de AMLO en esa entidad, ¡hasta mañana, con un Conejo Cejudo (Francisco Javier de nombre, rico empresario jalisciense) como coordinador de la campaña de un Cordero Rezagado!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio
Astillero
Fax: 5605-2099 juliohdz@jornada.com.mx
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