El Tren Interurbano México-Toluca fue
cotizado en 2014 en 38 mil millones de pesos, pero el actual asciende a 59 mil
millones de pesos, 50 por ciento más, incluyendo los servicios legales por la
oposición social. Con este aumento, la obra ha dejado de ser socialmente
rentable y podría reflejarse en la tarifa a los usuarios, advirtió el Instituto
Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Ciudad de México, 14 de marzo
(SinEmbargo).- La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en la obra
pública del Tren Interurbano México-Toluca ha incurrido en falta de
información, una mala e incompleta planeación, sobrecosto hasta ahora de 21 mil
millones de pesos y un retraso, por lo que ha dejado de ser socialmente
rentable, de acuerdo con una herramienta de IMCO para detectar ineficiencia y
riesgos de corrupción en proyectos de infraestructura.
El proceso de determinar los
23 contratos por un monto de 36 mil millones de pesos fue “desorganizado y
opaco”, dijo Max Kaiser, director de Anticorrupción de IMCO.
La SCT y la Secretaría de
Hacienda dijeron no encontrar los documentos de dictámenes de excepción a
licitación pública ni los oficios de preinversión para determinar sobrecostos
excesivos. Tampoco se conocen los documentos iniciales para saber en cuánto se
presupuestó la obra. Respecto a lo disponible en CompraNet es deficiente.
Además, en cuatro
procedimientos se contaron solo con cuatro días desde la convocatoria para la
visita a los lugares de trabajo, lo cual limita la planeación.
La planeación es mala porque,
dijo Kaiser, no hay ningún mapa público que muestre el trazo exacto por el que
pasará el Tren de Zinacantepec a Observatorio.
Tampoco la SCT ni Secretaría
de Obras de la CDMX localizan los puntos de los tres tramos donde no tienen
control por cuestiones de derecho de vía ante la oposición de comunidades
aledañas.
“No tenemos evidencia que se
hayan hecho consultas públicas a las comunidades”, aseguró Max Kaiser. Los 7
litigios en contra e indemnizaciones de 5 mil millones de pesos están en curso,
pero se desconoce cuánto le costará al gobierno (con riesgo de especulación de
terrenos) y cuánto durarán.
Respecto al sobrecosto, el
Tren Interurbano fue cotizado en 2014 en 38 mil millones de pesos, pero el
actual asciende a 59 mil millones de pesos, 50 por ciento más, incluyendo esos
servicios legales por la oposición social. Con este aumento, la obra ha dejado
de ser socialmente rentable y podría reflejarse en la tarifa a los usuarios,
advirtió Kaiser.
Asimismo, se ha retrasado
principalmente por los derechos de vía. El contrato decía que debía entregarse
en diciembre de 2017, pero el Colegio de Ingenieros prevé que no terminará ni
este 2018.
Max Kaiser enfatizó que al
Plan Nacional de Desarrollo, en específico al plan de infraestructura de la
SCT, le faltó justificar concretamente por qué realizar ese Tren Interurbano
justo en esos dos puntos para que “no haya dudas” sobre si la selección de ese
megaproyecto era la mejor selección.
Kaiser dijo que en México y
otras partes del mundo los megaproyectos son vulnerables a sobrecosto, retraso
y afectaciones a comunidades cercanas, por lo que requieren herramientas de
control y vigilancia como la presentada por IMCO.
La investigadora de IMCO y
autora de la metodología, Ana Martínez, llamó al gobierno a incluir en los
contratos el objetivo social, quiénes son los beneficiarios y socios y si
cuentan con un historial de cumplimiento de otros contratos.
Además, el gobierno debe
invertir en mejor tecnología para la presupuestarios y rendición de cuentas de
megaproyectos como el Building Information Modelling, una plataforma digital de
seguimiento de obras privadas y públicas.
(SIN EMBARGO/ DULCE OLVERA/ MARZO 14, 2018, 2:00PM)
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