El
10 de octubre del 2012, Lonnie Swartz, agente de la Patrulla Fronteriza
estadounidense disparó con su pistola calibre .40, en 16 ocasiones, en tan sólo
34 segundos, a través de la cerca que divide a Estados Unidos con México,
contra un adolescente mexicano desarmado llamado José Antonio Elena Rodríguez,
de 16 años de edad, quien murió en Nogales, Sonora.
Pasaron
cinco años, cinco meses y 10 días para que Swartz enfrentara la justicia
después de los esfuerzos de sus abogados para postergar el juicio en cinco
ocasiones. Ayer miércoles 21 de marzo, en una Corte de Tucson, Arizona, un
fiscal de Estados Unidos asegurara que el acusado actuó “calmada y
deliberadamente” como “juez, jurado y ejecutor” cuando asesinó a Elena
Rodríguez.
Sean
Chapman, abogado de Lonnie Swartz, argumentó que el acusado se defendió porque
el adolescente lo atacó con piedras desde el lado mexicano. “La vida de los
agentes estaba en peligro, tirar piedras no es un juego”, declaró el defensor
del elemento de la patrulla fronteriza, y señaló que el adolescente fallecido
era parte de un grupo de tráfico de drogas.
El
abogado de Swartz afirmó que Elena Rodríguez lanzaba piedras a través del muro
fronterizo para distraer a agentes, y que un grupo de narcotraficantes pudieran
volver al lado mexicano sin ser detectados.
Sin
embargo, Mary Sue Feldmeier, Fiscal Federal adjunta, dejó claro al jurado que
la investigación no responde a un juicio por tráfico de drogas, sino a uno de
homicidio en segundo grado, por lo que el agente “no puede usar su placa como
escudo contra un cargo de asesinato”.
La
Fiscal Federal adjunta afirman que Swartz disparó alrededor de las 23:30 horas
del 10 de octubre de 2012, a través de los postes de metal de una valla de seis
metros, que se ubica sobre un terraplén de unos 7.6 metros de altura, hacia la
Calle Internacional, del costado mexicano.
Feldmeier
acusó que los disparos hechos por el agente estadounidense desde Nogales,
Arizona, no tienen justificación, porque cuando Swartz accionó su arma, agentes
de la Patrulla Fronteriza se encontraban a salvo, y no hubieran podido ser
dañados por las piedras, además de que señaló que Elena Rodríguez pasaba
caminando cuando recibió 10 impactos de bala, dos de estos en la cabeza y 8 en
la espalda.
A
pesar de los argumentos del Fiscal, el abogado de Swartz aseguró que luego de
disparar, su cliente no celebró la acción, sino que “vomitó y lloró”. Según la
agencia Reuters, durante la intervención de la defensa del agente fronterizo,
Araceli Rodríguez, madre del adolescente asesinado, se retiró del tribunal.
El
abogado aseguró que una de las piedras, del “tamaño de una pelota de beisbol”,
dio a un agente fronterizo en el pie y otra a un perro de la policía. “No se
trata de un juego, esto es grave, es peligroso”, dijo Chapman. “Esa noche
Lonnie Swartz enfrentó un peligro real. Las piedras matan. Las piedras mutilan.
Las piedras pueden romper un cráneo o sacar un ojo o romper un hueso”, dijo el
litigante defensor.
Según
abogados de derechos civiles sobre el juicio que preside el juez Raner C.
Collins en una Corte Federal de Distrito, este sería el primer caso del
Departamento de Justicia en contra de un agente de la Patrulla Fronteriza por
un tiroteo letal a través de los límites internacionales.
LA VERSIÓN DE LOS HECHOS DEL AGENTE
FRONTERIZO
Lonnie
Swart, agente de la Patrulla Fronteriza de EU, acusado de asesinato de
adolescente mexicano. Foto: Tomada de Internet / Google Imágenes
El
10 de octubre del 2012, la Policía y los agentes de la Patrulla Fronteriza
habían respondido a una llamada del número de emergencias 911, informando que
dos presuntos contrabandistas de drogas estaban escalando la valla y portaban
lo que parecía ser marihuana.
Cuando
los agentes fronterizos y oficiales buscaron a lo largo de la valla, dos
hombres salieron corriendo y empezaron a subir de nuevo para regresar al lado
mexicano. Fue entonces que Swartz, el agente de la Patrulla Fronteriza acusado
por el asesinato del adolescente, comenzó a disparar en respuesta a que los dos
hombres lanzaron rocas, lo que “puso en riesgo sus vidas”.
Sin
embargo, dos testigos del lado mexicano aseguraron que el joven Elena Rodríguez
se encontraba caminando por la calle Internacional -una vía que corre paralela
a la valla que limita la frontera- cuando otros dos jóvenes pasaron corriendo
justo antes de que comenzara el tiroteo.
Los
disparos fueron efectuados desde una pequeña colina que se eleva a una altura
de entre 12 y 15 metros sobre el nivel de la calle. La autopsia mostró que casi
la totalidad de las balas impactaron en el cuerpo de José Antonio desde atrás.
El adolescente falleció sobre la banqueta a tan solo cuatro calles de su casa.
Los
abogados de Araceli Rodríguez, la madre del adolescente asesinado, presentaron
una demanda civil en julio del 2014 contra el agente de la Patrulla Fronteriza
involucrados en la muerte, alegando que habían usado “fuerza excesiva y poco
razonable”, que viola la Cuarta y la Quinta Enmienda de los derechos del niño.
(SEMANARIO ZETA/ DESTACADOS / CARLOS
ÁLVAREZ JUEVES, 22 MARZO, 2018, 09:50 AM)
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